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jueves, agosto 31, 2006
Mayra Santos-Febres presenta
El miercoles 13 de septiembre de 2006 Mayra estará también presentando en la Librería La Tertulia en Río Piedras a las 7:30pm.
martes, agosto 29, 2006
De huracanes y corazones torcidos...
Tengo un listado enorme de mensajes escritos, garabateados, redactados y grabados que no te he enviado (ni te enviaré). Te extraño descarnadamente y me duele en la piel(en la primera, la segunda, la tercera y las demás). El replay se ha vuelto mi operación favorita del DVD player. Una y otra, y otra vez veo Love Actually. Los ojos se me han vuelto mares huracanados. Adoro a ese niño colorao y hermoso que es Sam.
Daniel: So what's the problem, Sammy-o? Is it just Mum or is it something else? Maybe... school - are you being bullied? Or is it something worse? Can you give me any clues at all?
Sam: You really want to know?
Daniel: I really want to know.
Sam: Even though you won't be able to do anything to help?
Daniel: Even if that's the case, yeah.
Sam: OK. The truth is actually... I'm in love.
Daniel: Sorry?
Sam: I know I should be thinking about Mum all the time, and I am. But the truth is I'm in love and I was before she died, and there's nothing I can do about it.
Daniel: Aren't you a bit young to be in love?
Sam: No.
Daniel: Oh, OK, right. Well, I'm a little relieved.
Sam: Why?
Daniel: Well, you know - I thought it might be something worse.
Sam: [incredulous] Worse than the total agony of being in love?
Daniel: Oh. No, you're right. Yeah, the total agony.
Of course I miss you...
Daniel: So what's the problem, Sammy-o? Is it just Mum or is it something else? Maybe... school - are you being bullied? Or is it something worse? Can you give me any clues at all?
Sam: You really want to know?
Daniel: I really want to know.
Sam: Even though you won't be able to do anything to help?
Daniel: Even if that's the case, yeah.
Sam: OK. The truth is actually... I'm in love.
Daniel: Sorry?
Sam: I know I should be thinking about Mum all the time, and I am. But the truth is I'm in love and I was before she died, and there's nothing I can do about it.
Daniel: Aren't you a bit young to be in love?
Sam: No.
Daniel: Oh, OK, right. Well, I'm a little relieved.
Sam: Why?
Daniel: Well, you know - I thought it might be something worse.
Sam: [incredulous] Worse than the total agony of being in love?
Daniel: Oh. No, you're right. Yeah, the total agony.
Of course I miss you...
lunes, agosto 28, 2006
Cuento: El ritual de la cruz
Por Emilio Del Carril
El ritual de la cruz
La casa amarilla se encuentra antes de la curva final del solitario camino de las Arandelas. La casona está bordeada por una verja de hierro cuyos portones están cerrados con gruesos candados de bronce decorados con osos agresivos que el tiempo ha pintado con suaves patinas turquesa. El césped impecable, precede con vergüenza a la residencia. Las ventanas tienen cristales que el tiempo ha esmerilado y sirven para filtrar la luz exterior.
La residencia está habitada por la señorita Wellys, a quien nunca se le ve en las actividades sociales del pueblo. Algunos piensan que no puede ocultar el bochorno que le causa ser la única solterona de su grupo.
Las mujeres la miran compasivamente, pues saben la carga que conlleva el no casarse. Los hombres, por su parte, han perdido la curiosidad que le causaba como mujer para sólo considerarla motivo de burlas. Así se convirtió en el premio de consolación que nadie quería, en la exageración de lo improbable, en el chiste obligado del final de una borrachera; la más espeluznante de las probabilidades.
El tiempo ha decolorado sus sueños tanto como a su piel blanca, transparente y mustia. No le queda ningún rastro de ilusión de que alguien, incapaz de ocultar su placer, llame a la puerta de su casa un día. Mantiene los peinados de la juventud: una exuberante ensalada de postizos crespos y rizos largos, sobre la cabellera ahora canosa. Sólo la acompañan dos perros feroces que muchos aseguran satisfacen las necesidades afectivas de la solitaria mujer. Son vigilantes que evitan los posibles robos de la no muy pequeña fortuna, guardada en los baúles de los áticos.
No tiene servidumbre y desde hace cinco años, sólo Manuelo el jardinero, la visita una vez a la semana. El muchacho está sobrepeso, es fuerte, pero carece de inteligencia; sin embargo mantiene los alrededores perfectos.
Además de los ladridos y la podadera semanal, lo demás en la casa es silencio mezclados con olores a alcoholado, a ungüentos y a lavanda. Un constante e inaudible quejido se apodera de los pasillos.
En ocasiones, y sólo en las noches de luna llena, se puede ver a la señorita Wellys, fantasmagórica, con la cara y el cuello pintados con capas gruesas de polvo blanco y una gastada y remendada bata de encajes rosa.
La noche avanza paralela al insomnio. El viento sopla en espirales. Ella mantiene la lamparita de cristal de murano encendida. El teléfono lleva cuatro años descompuesto. El pasillo está oscuro: la luz se ha ido de nuevo.
Los perros ladran por un instante, de súbito, un inquietante silencio. Ella se levanta y se pone la bata de encajes con decenas de remiendos. Agarra la lamparita y camina por el pasillo inundado de sombras. Al pasar frente a la pequeña mesa de caoba negra, la luz ilumina la cruz de bronce antiguo que había heredado de su abuela.
Se persigna con reverencia y acomoda la pesada cruz en el centro: justo al lado de las fotos de su abuela y de su mamá. La cruz está deforme por las muchas caídas que ha recibido a través de los años. Recuerda las palabras de la abuela; “La cruz puede salvarte.”
Siente pasos. Detiene la respiración. El aire comienza a soplar con fuerza. Los perros no ladran. Divisa una sombra al final del pasillo. Intenta correr al cuarto pero se enreda con la exuberante tela de su bata rosa. Cae de rodillas frente a la cruz. Los pasos del intruso se aceleran, retumban. El miedo no le permite gritar, siente el peso del hombre sobre ella. No le ve la cara. En un momento de debilidad del él, logra escaparse y gatea hasta la mesita de caoba para alcanzar la cruz y defenderse, pero la pesada figura cae al suelo fuera de su alcance. El hombre retoma su poderío.
El intruso rasga la bata, muerde el cuello con fuerza. Siente el aliento cargado de hombre. Forcejea, pero él la domina por completo. Le hala el cabello, le saca los postizos, rompe con furia la ropa interior y la deja desnuda. Entonces la posee con rabia mientras ella se entrega sumisa ante lo inminente.
El hombre se incorpora con rapidez después de un rato de contorsiones y quejidos.
-¿Dónde dejo la llave, señorita?
Ella se levanta dejando un hilo de saliva pegado al suelo y contesta con voz temblorosa;
-En la maceta verde.
-Nos vemos la semana que viene, hay que cortarle algunas ramas al sauce.
La señorita Wellys no contesta, pudorosa se cubre, besa la cruz con una nueva reverencia y la coloca entre la foto de la abuela y la de su madre. Entonces regresa al cuarto rezando un padre nuestro mientras se sienta a remendar la bata de encajes rosa.
jueves, agosto 24, 2006
Premiado Emilio del Carril
“El ritual de la cruz” un maravilloso cuento del escritor
puertorriqueño Emilio del Carril, acaba de ser premiado por el portal cibernético Letras de Chile y el Ministerio de Cultura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.Su cuento formará parte de la Primera Antología de Cuento Breve auspiciada por el portal. Felicitamos de corazón al amigo Emilio.
domingo, agosto 20, 2006
Interludio de una tarde con Glen Monroig
Algún día, hallarás el amor de nuevo
En la vida
Mientras tanto
Pasarás la tuya esperando
Siempre buscando una razón
Que justifique el por qué, te dejó…
Corazón, mi corazón
Sácate ya ese amor de la cabeza
Que con quién se besa….
Corazón, mi corazón
No puedes comprender que ya no nos quiere más.
Tu amor propio
Sufre al saber que ya la vieron, con otro
Que te extraña, dices sabiendo que te engañas
Y en brazos de la soledad
Soñarás que un día tal vez, volverá.
Corazón, mi corazón
Sácate ya ese amor de la cabeza
Que con quién se besa….
Corazón, mi corazón
No puedes comprender que ya no nos quiere más.
No sigas soñando que volverá.
Corazón, mi corazón
Sácate ya ese amor de la cabeza
Que con quién se besa….
Corazón, mi corazón
No puedes comprender que ya no nos quiere más.
(Canción: CORAZÓN de Glen Monroig)
No paras de llorar. Has dejado de pasar la rainbow sobre las losas y aprietas entre los dedos con olor a clorox el handy wipe. Apagas la aspiradora y te acuestas en posición fetal sobre la cama vestida de combinados Martha Stewart. La laptop vibra conectada a las bocinas del home theater en el cuarto matrimonial. La canción está en “repeat”. No sigas soñando que volverá. Guess what? Ha vuelto. Ha vuelto y no estás lista para recibir lo que la vida te ha regresado. ¿Tu gran amor? ¿Será eso? Te casaste con su mejor amigo harta de sus debilidades, harta de compartirle entre más relaciones ajenas a la tuya, harta de las mentiras. Mentiras disecadas ya por el tiempo. Pasaron los años y se te llenó la casa de escrines sucios, de losetas de baño para restregar, de ropa para lavar los domingos, de marcos de fotografías que llenar con aniversarios de intrusos.
Recuerdas el corazón roto, tu hipnosis auto-impuesta exigiéndote a ti misma dejar de quererlo. Te preguntas porqué no fuiste suficiente en aquel momento. ¿Por qué sí eres suficiente ahora? Soñarás que un día tal vez, volverá. Ha vuelto.
miércoles, agosto 16, 2006
Acercamiento del planeta Marte a la Tierra
Desde la pasada semana ha corrido por Internet un email según el cual, supuestamente el 27 de agosto de 2006 el planeta Marte se acercará tanto a la Tierra que podría ser observado del tamaño de la Luna. La realidad es que este avistamiento y cercanía de los dos planetas se dio en el año 2003. Lo sé a ciencia cierta porque aquella vez lo celebré con un cuento y una participación en un certamen literario de Argentina.
Desafortunadamente desde aquel año 2003, cada vez que se acerca el 27 de agosto, todo el mundo empieza a enviarse el mismo email indicando que en el año corriente es que ocurrirá. Sin embargo, la próxima vez que Marte se acerque a la Tierra como lo hizo en el 2003 será en el 2287.
Este es el link que explica un poco mejor todo el asunto: Leer el cielo: una ciencia de estrellas desempolvadas
Además les incluyo un fragmento del cuento de mi autoría titulado Alguna vez seré Marte.
Nunca antes había descubierto yo un amor así y quise hacerlos míos. Eran una pareja sin principio y sin fin. No alfa, ni omega. Distintiva, digna de cualquier planeta, y yo, siendo una simple luna la quería adquirir. Ello me ganó algunos contrincantes, entre estos a mi hermana, pero Deimos nunca fue buena rival así que fue fácil y ampliamente descartada por mis estratagemas. El resto se retiró temiendo la furia y represalia de mi padre, cuyo nombre provenía del dios romano de la guerra, y poseía la ventajosa posición de ser el cuarto planeta desde el Sol y el tercero en cuanto a masa en esta galaxia. Y su hija, la más preciada y la mayor había sido locamente enamorada por vez primera, por una pareja de mortales con sentimientos a la magnitud de una tormenta solar.
No soy una cursi. Mi naturaleza guerrera me imposibilita portar sentimientos ridículamente tiernos, pero lo que logré divisar en aquella unión hizo demoler todos mis cimientos. El resto de las galaxias, nebulosas y cuerpos astrales, siderales y cósmicos se enteraron de mi caída al amor. Hasta lo celebraron. Mi padre me hizo un regalo.
—Eres mi hija más grande, la mayor y más contigua, la luna más cercana a cualquier planeta del sistema solar. A partir de hoy estipularé que nuestros cuerpos celestes se acerquen aún más, cada cierta distancia por cada cierto periodo de tiempo, así que como obsequio ante este sentimiento que has descubierto te absorberé, finalmente seremos uno tú y yo (1).
Mi dicha no podía ser más extrema, me hallaba cósmicamente agradecida. Era lo que siempre había querido, anhelado. Yo, que era de Marte, sería Marte alguna vez.
Hoy es veintiséis de agosto y no están juntos.
Algo sucedió. Aún con toda la sabiduría que me otorga la supremacía y omnipotencia planetaria no logro descifrar a ciencia cierta qué ha ocurrido. Esperé poco paciente algunos tiempos, intentando comprender la ruptura. Sigue siendo para mí una desventura ilógica. Un rompimiento incoherente y sin base, puesto que la única base aceptable para mí es el desamor. Ninguna otra razón valida tal separación de la que pende mi infame tranquilidad.
Como un torbellino propulsado por agujeros negros de megatónicas explosiones, lancé mi espada homicida a través de la vía láctea con destino terrenal, y como ángel exterminador en una sola mañana acabé con millones de vidas, todas menos la de ellos. Colérico, Marte, mi padre, se acercó al planeta de oxígeno para intentar prevenirlos, pero no logró demasiado con aquella conjunción, solo captar la atención de algunos curiosos (2). Siendo que ningún cuerpo celeste puede intervenir en las acciones de otro, y siendo que entre ellos solo media la voluntad de dejarse regir por sentimientos parecidos, en este caso, a la gratitud, Marte convocó un comité judicial con los otros planetas y sus lunas. Y me tienen ahora cercada para leer el veredicto.
—Tu condena será nunca más enamorarte. — sentenció mirándome a los ojos mientras el resto asentía de acuerdo y mi hermana Deimos bajaba el mentón. Yo levanté guerrera mi barbilla.
—Acepto esta sanción. Es más que un justo dictamen. Aún así sepan que para el próximo veintiséis del siguiente mes de septiembre, borraré de la faz de la Tierra a veintiséis millones de terrestres más. En un lapso de doscientos treinta y dos meses habré exterminado a todos. Estoy dispuesta a afrontar cualquier nuevo castigo que sobrevenga. — anuncié mientras admitía este fallo en resolución.
Marte asintió insatisfecho, yo sabía que gestando en su mente un sucesivo y todavía más espeluznante castigo de próximo mes para su luna predilecta, su hija, que no daba ni daría marcha atrás.
Hoy es veintiséis como cada mes, lo mismo que el anterior y el anterior. Y esos veintiséis seguirán llegando mensual y limitadamente, con la precisión de un reloj… hasta dentro de diecinueve años y un tercio. Ese es el plazo que posee la única pareja de la que irremediablemente me enamoré para volver a estar juntos. Si no sucede así, aniquilación masiva extendida a toda la raza humana acaecerá. De ello me encargaré. Como que me llamo Fobos.
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Notas:
(1)Fobos, principal satélite de Marte, se acerca a él a una velocidad de nueve metros por siglo lo que significa que terminará colisionando con el planeta dentro de 50 millones de años, cuando finalmente será absorbida.
(2)Marte no ha estado tan cerca de la Tierra desde el año 5753 antes de nuestra era y esto no volverá a ocurrir hasta el año 2287. La llamada conjunción que será visible, comenzará el 26 y se extenderá hasta el 28 de agosto del presente año 2003. Se dice que Cancún en el estado de Quintana Roo, México será uno de los mejores lugares del mundo para disfrutar de tal espectáculo.
martes, agosto 15, 2006
lunes, agosto 14, 2006
De vuelta...
Regreso al país con un peso menos. He dejado el saco en otra tierra. Estaba lleno hasta el tope de tus sentimientos y del remolino arenoso que formaba con los míos. Ahora vacío. Las circunstancias. La vida de allá y la de acá. Soledades que aún no están listas para dejar de estar separadas, la costumbre que arropa el flujo de obligaciones, la bienvenida de las costumbres y la rutina. Regreso sin ti. Con sorpresa me doy cuenta que ni siquiera me había ido contigo.
jueves, agosto 10, 2006
Desde mi ventana en Panamá
Invento que me das la mano y miras conmigo el horizonte desde el cuarto piso. Habitación 406. Puertas de cristales cerradas con hermetismo. ¿Será que ellas saben? Te llevo a la tina del baño, como si no me rodeara tu ausencia. Dialogas conmigo, como si pudiera escucharte. Permito que me enjabones y me acaricies el cabello humedecido. El país se cubre de neblina en las mañanas y tardes. Puedo verte entre la bruma. Nunca hay bruma si te pienso, y te pienso demasiado.
Tardes de Tertulia : Mario Vargas Llosas
Les invito a escuchar mañana viernes, 11 de agosto a las 5:00 p.m. Tardes de Tertulia. Se discutirá la vida y literatura de Mario Vargas Llosas.
Junto a Awilda Caéz, estarán José Ignacio Valenzuela y Nieves González Abreu. La compañera Maira Barbará está de vacaciones y regresa la próxima semana.
Tardes de Tertulia se emite a través de 11Q Radio (1140 a.m.)
Junto a Awilda Caéz, estarán José Ignacio Valenzuela y Nieves González Abreu. La compañera Maira Barbará está de vacaciones y regresa la próxima semana.
Tardes de Tertulia se emite a través de 11Q Radio (1140 a.m.)
lunes, agosto 07, 2006
Panamá
Panamá sólo existe para extrañarte
Sólo existe para anhelarte
Sólo existe para añorarte.
Dormiré con tu rostro en mis párpados.
Imaginaré que descanso en la cuenca de tu cuello; contaré las palpitaciones de esa vena que te cruza la nuca. Voy a besarla. Voy a lamerla.
Panamá sabe tanto a ti.
Sólo existe para anhelarte
Sólo existe para añorarte.
Dormiré con tu rostro en mis párpados.
Imaginaré que descanso en la cuenca de tu cuello; contaré las palpitaciones de esa vena que te cruza la nuca. Voy a besarla. Voy a lamerla.
Panamá sabe tanto a ti.