Llamaste anoche, y todo mi cuerpo hizo tremor; fui escalofrío y palpitación, mis nervios se encresparon, mi savia se derramó por encima y por debajo. Llamaste, y las tachuelas y escarpias que protegen mi corazón se derrumbaron. Otra vez. Nuevamente. Eres un por siempre.
Yolanda: Felicidades en el nuevo año!!! Me encantó, es una realidad que nos pasa tanto a las mujeres cuando amamos de verdad, sin ataduras, sin miedo. Lo que hace sólo una llamada y escuchar la voz de quien tanto uno ama. Es hermoso. Me fascinó. Gracias por compartirlo. Besos y abrazos.
ResponderBorrarP.D. Cambié el link o dirección de mi blog. Problemas personales. Pincha mi nombre y aparecerá la nueva dirección. Gracias.