Ha opacado al eclipse
y despide constelaciones en cada poro.
Es de un rojo exquisito.
Su luna se viste de mejilla derecha
danza cuando ríe
y se menea caderosa cuando abre la boca
cuando discursa o sólo se acomoda
para hacer ruidos de geiser.
Sus jadeos bailan salsa en una plaza del mercado
en una glorieta de pueblo
en unos ojos esperanzadores que por primera vez
se dejan seducir por el terremoto de sus versos.
Se vuelve manantial de estrellas;
una sobre el tabique
otra en el hombro contrario a la diestra
tres en el valle que se ladea desde el cuello
nuca
monte de inicio de pecho
monte de inicio de belleza
espora primigenia que trae consigo historia
que trae consigo alumbramiento
que piensa sortear, girar
y darle la vuelta al mundo mientras se disfraza de ente
de alma pura con hebras rojas.
Es roja.
Y seguro que lame, que bebe y que pulsa
Como una supernova susurrando promesas.
Es roja
como un invento de mis ojos dormidos
besos en cada párpado
en cada pestaña
en cada novedad.
Porque esto es inicial
es inaugural
es monstruoso
y flota en el lago de una sin igual laguna negra.
Es visceralmente etéreo.
Eres poeta, musa, diosa...
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