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jueves, abril 05, 2007

Apio verde tu yu a La Mujer Cruda


Anoche La Mujer Cruda (así le llamo a mi mejor amiga de la niñez, de hace 21 años atrás), celebró su cumpleaños junto al Clan. El Clan somos nosotras, ese grupo de mujeres treintonas que ahora redondeamos para el cuatrienio, y que nos compartimos secretos de cremas elimina-líneas-faciales y recetas del mejor “dip” para los aperitivos. El Clan bebió, rió y bailó en un clubsito de lo más “in” en Condado. La noche trajo sus bonos abrileros. El mes, el día y la luna conspiraron para encontrarnos a un ex de La Mujer Cruda,— tan bella ella con sus ojos de mares turquesas— y permitirle a este ex de los años mozos, de los días de jangueo universitario, que la volviera a hacer sentir una Diva.

Me pregunto si uno debe permitirse esos lujos “de vez en mes” a lo Arjona. ¿Podemos salir invictas si se nos presenta la oportunidad de resucitar amores o conquistas tan importantes, salidas de la nada como un regalo u ofrenda de una deidad desconocida? ¿O es inminente el hecho de que saldremos lastimadas?

Anoche la balanza se movía hacia el asunto de la victoria, y no al de la herida. No sé. Hace meses atrás a otra amiga muy querida la respuesta también le pareció ser un buen augurio y hoy…

Hoy aún se recupera.

2 comentarios:

  1. Me asustan "estos supuestos lujos" que al final creo que no lo son. Como decirte? Hay a quienes les funciona y a quienes no. El problema radica en que hasta que no probamos no lo sabremos...

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  2. Mejor arrepentirse de lo que hice que y no con la incertidumbre de saber si valia la pena

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