poema I
Ya no me encienden tus besos.
No es que ya no te quiera; es que tú ya no me besas.
poema II
Anhelo, mas bien aspiro,
llegar al paraíso de los abandonados o rechazados.
No al purgatorio disfrazado de limbo
en el que se exilian los que dicen:
¡que se joda, púdrete, ya no me importas!
¡No, ahí no! Que es ese el peor de los infiernos;
aquél en el que se está privado del amor
y además te consume la rabia de la ausencia,
el rencor del rechazo, la angustia de lo inútil.
Deseo el verdadero paraíso;
aquél en el que se habita
cuando se me olvida que te olvidé,
cuando ya, ni me dueles ni me mueves.
Ni te extraño ni te odio,
apenas te reconozco.
Cuando es auténtico el asombro en la pregunta:
Perdón, ¿quién me dijo que era usted?
poema III
En la soledad,
me ataca nuevamente el deseo de tu cuerpo;
y me debato,
en dejar que lo unten mis dedos mojados,
y se cueza apresurado
en la candente cazuela de mi sexo;
o dejar que se muera de frío
y a consciencia;
condenarlo:
a la eternidad del infierno de hielo del ¡a mí qué!
No dormiré más desnuda, me visto de indiferencia.
poema IV
Es fértil la palabra
cuando estás conmigo.
Fecunda cuando me abandonas;
pero germina cuando me amas.
Es muy bueno volver a ver a Nydia fue una de mis profesoras en la maestría y por cierto excelente profesora y salubrista. Me encantó leerla...
ResponderBorrarUn abrazo para ti Yolanda
Brenda
Me encanta. Recuerdo el cuento de "hadas" que publicaste el año pasado de esta escritora. Es fabuloso. :)
ResponderBorrarAh y quedó buenísimo el facelift del blog. Un abrazote.