Tengo un lagartijo al que le permito que camine por mis muebles, así, libremente, siempre y cuando se coma los mosquitos de mi sala. Él, muy obediente, abre la boca, saca la lengua, se chupa las presencias aladas y de vez en cuando, me retoza el cuerpo y me hace cosquillas. Ayer tarde, me habló de ti. Lo miré mal y estuve a punto de retirarle la confianza.
jeje... muy original.
ResponderBorrar"L'animal que donc je suis (a suivre)" diria Derrida! Un abrazo al lagartijo... no le retiremos la amistad...
ResponderBorrarYo daría cualquier cosa por tener una relación así con una lagartija (aquí esta palabra es femenina).
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