Una vez estuve enamorada perdidamente de un cancuense de Quintana Roo. Por supuesto que era escritor. Su estilo influyó mucho en quién soy actualmente. Sus lecturas fueron mi formación en la primera búsqueda. Daniel Navarro me regaló el poemario de Octavio Paz, Salamandra, y yo lo hice mío. Aquí va mi homenaje en unas páginas que pronto verán la luz...
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