Ya. Leído queda el Pulitzer de este año. Bravo Por Junot Díaz y bravo por Oscar. Ayer me encontré a Samuel Medina en Borders. Hablamos de Asimov, Ray Bradbury, del próximo Agentes Catalíticos y, cómo no, de ‘La breve y maravillosa vida de Oscar Wao’. Una cosa nos llevó a la otra. Tú sabes, Bicentennial Man, I Robot, Fahrenheit y compañía, y por ahí, la ciencia ficción en este libro, que está tan bien manejada. Un libro que tardó una década en gestarse y que bien valió la espera. Me preguntó ¿Te lo leíste?, le dije, Ando en esas, necesito terminarlo. Y, por aquello de la paranoia, llegué a la casa y me lo terminé, no fuera a ser que alguien más me preguntara y yo no supiera qué opinar. ¿Que qué opino? Pues que es maravilloso y no tan breve, pero sí maravilloso. Me encantó que el protagonista luchara con su peso, que fuera nerd, que fuera un retrasado mental en amoríos, que sonara despierto, que tuviera esperanzas, que tuviera desilusiones, la prosa mestiza del libro, el realengo spanglish, su estilo urbano, la cultura popular, las carcajadas que se me salieron espontáneamente, el fufú, digo fukú que se hereda desde Leónidas Trujillo, las notas al pie de página que son como las Matruskas, una adentro y adentro y adentro, en fin. Excelente prosa, Junot.
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lunes, noviembre 17, 2008
Ayyyyyyyy, Oscar Wao
Ya. Leído queda el Pulitzer de este año. Bravo Por Junot Díaz y bravo por Oscar. Ayer me encontré a Samuel Medina en Borders. Hablamos de Asimov, Ray Bradbury, del próximo Agentes Catalíticos y, cómo no, de ‘La breve y maravillosa vida de Oscar Wao’. Una cosa nos llevó a la otra. Tú sabes, Bicentennial Man, I Robot, Fahrenheit y compañía, y por ahí, la ciencia ficción en este libro, que está tan bien manejada. Un libro que tardó una década en gestarse y que bien valió la espera. Me preguntó ¿Te lo leíste?, le dije, Ando en esas, necesito terminarlo. Y, por aquello de la paranoia, llegué a la casa y me lo terminé, no fuera a ser que alguien más me preguntara y yo no supiera qué opinar. ¿Que qué opino? Pues que es maravilloso y no tan breve, pero sí maravilloso. Me encantó que el protagonista luchara con su peso, que fuera nerd, que fuera un retrasado mental en amoríos, que sonara despierto, que tuviera esperanzas, que tuviera desilusiones, la prosa mestiza del libro, el realengo spanglish, su estilo urbano, la cultura popular, las carcajadas que se me salieron espontáneamente, el fufú, digo fukú que se hereda desde Leónidas Trujillo, las notas al pie de página que son como las Matruskas, una adentro y adentro y adentro, en fin. Excelente prosa, Junot.
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