Tengo una nueva mascota. Es una planta. Me la regaló Zulma y el nombre se lo debo a Jesús, que debido a un chiste interno en las que hace despliegue de sus celos cuando me voy a la Isla, o sea, a San Germán, y lo dejo (dice él) huérfano de afecto porque la distancia nos separa, me reclama: “Ahora te vas con Zulma,Toti, Bombi, Culi y me dejas a mi aquí, en el abandono”. Toti es la hermana de Zulma, Bombi es una gran amiga de ella. Y como Culi sobraba, o sea, era un pleonasmo añadido por mi dramático amigo para recalcar el asunto del abandono findesemanaeño, pues lo usé para bautizar a la mascota nueva. Desde que está conmigo ha mudado tres hojas amarillas, y se ha extendido por un total de seis hojas verdes. Es linda. Le gusta que le hable y adora la música de Calle 13.
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