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sábado, enero 30, 2010

Se formó la Reyerta


En el cuento Reyerta TV, hay un joven que sin saberlo se enamora de su compañero de escuela. Disfraza el asunto alegando preferir el aparato televisivo del amigo, al propio amigo. Se vuelve un bully y amenaza al tal Enrique. Luego le promete que lo va a tratar bien frente a los demás si le permite ver Reyerta TV. El amigo cede en un acto de identificación semi fraternal y la búsqueda de afecto homoerotizado a temprana edad. Niños descubriéndose en el alma del otro. El final del cuento sitúa al protagonista de vuelta en el lugar de la no aceptación, la no tolerancia después de haber sido agredido. “Gordo pato” le grita a Enrique, “te vas a joder”. El cuento da título al libro. El autor es Juanluís Ramos y consiguió con su obra ser el primer finalista del Certamen de Cuento Universitario de la Universidad de Puerto Rico en el 2008.

Lo que me gusta de este conglomerado de historias es que lo mismo te lees alguna referencia de Carlitos Colón, el de la lucha libre, como de Daddy Yankee. También se mencionan huellas dactilares de nuestra cultura popular: Calle 13, Burger King, laptops, Messengers, Facebook, Myspace. El autor retrata varias estampas pintorescas: una visita a una iglesia protestante y su culto en el cuento ‘Casa del señor’, un embarazo que pasa desapercibido porque se gesta en el cuerpo de una dieciseiñera gordita en ‘Batida de amor’, una invitación a “dinner and a movie” en ‘Un chin de sal’, una tragedia del bajo mundo cubano, a lo Carlitos way dividida en cuatro historias de ‘Gin & tonic’, y el que considero el mejor cuento de la colección, aquel titulado ‘Cuatro’ que describe el entramado filosófico sobre el asunto de la divinidad o perfección atribuida al producto de la formula 2 x 2, y que refleja lo que en ocasiones insulsamente nos proponemos como especie humana al atribuir con carácter de urgencia y propiedades sacrosantas a grupos de ideas o teorías que en definitiva son un invento, originado por algún aburrido, y adoptado por seguidores que sin duda encontrarán la razón para sugerir que el mismo, el invento, bien vale la pena como campo de investigación y estudio. En este caso hablamos de un dígito y las secuelas holísticas a tutipléin que Juanluís muy bien sabe sacarle partido.

Lo que no me gusta del libro de Ramos es que, en su conjunto, es bastante “telling”. Dice mucho en vez de mostrar, y yo soy muy dada a las escenas, a que abusen del “showing” para que me funcione la trama. El cuento ‘Batida de amor’ es un ejemplo de esto. Me hubiera funcionado mejor de no haberlo percibido como una anécdota recontada a toda prisa en la cafetería de una oficina de gobierno. Sin embargo sé que hay tiempo. Tiempo para afinar el lápiz, para hacer “fine tunning” con el teclado. A Ramos le sobra, su juventud apuesta a favor. Además, el autor parte de un epígrafe de Roberto Bolaño para iniciar su colección y creo que el asunto funciona como promesa de que este joven que ama la literatura continuará tentando nuestro paladar. Tan es así, que ese último cuento, ‘Boletín de última hora’ es exquisito. Combina en él la metaficción y lo masmediático, trabaja el autoreferente y el efecto matrix, o el avatar, que a final de cuentas, surte el mismo efecto: hacernos sentir allí.

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