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viernes, marzo 12, 2010
Peregrinación
Por: Jesús M. Santiago Rosado
Peregrinación
Por: Jesús M. Santiago Rosado
Mientras dibujo una peregrina en las nubes, siento el olor de tu mirada que me invade las sienes y encuentro tus embrujantes hoyuelos en uno de los ramilletes de algodón que descansan sobre el manto azul. Y es que te estoy pensando, acá arriba, esperando que saltes para que recorramos número por número y color por color lo que te he dibujado. Te traje conmigo, y ahora lo sabes. Ven, cabalguemos las alas del tiburón y desde ahí, cortemos la promiscuidad del viento y pintemos de otro color a su más azul y antiguo amante, para que todo lo que existe entre Miami y LA sepa que no te dejé allá abajo, que estás conmigo aquí. Que me acompañas a intentar entender la cabeza sin cabeza de Cabiya. Que le hacemos cosquillas a Iwasaki mientras lo despojamos de su funesto ajuar y perdonamos sus monjas canibalescas en este fetiche de letras develado anteriormente en una mesa al viajero del siglo. Que viniste a humedecerme la boca con cada cilindro congelado que se me derrite en los labios. En este inverso mar contagiado de espumas, quiero que construyamos nuestra siempre pista de baile para que nos desgastemos al compás del más armonioso de los ritmos.
Y el beso que te di me regalará tu aroma de madrugada escapatoria.
Y tu abrazo me invadirá la piel por nueve días.
Y entonces tu sonrisa me durará hasta que vuelva.
martes, 9 de marzo de 2010
Por los aires, de Miami a LA
yo me voy a hacer el loco y voy a pensar que este texto está dedicado a mí, por aquello de Iwasaki y de el viajero.
ResponderBorrarbello!