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jueves, mayo 20, 2010

La Universidad de la que no se habla
Por Aurora Lauzardo

A las personas que durante las últimas semanas han hablado de la Universidad de Puerto Rico desde la más absoluta desinformación y, sobre todo, a quienes puedan pensar que la Universidad de Puerto Rico es una carga para el país, les presento el Recinto de Río Piedras de la Universidad de Puerto Rico, la Universidad de la que no se habla, la Universidad en la que estudié y en la que trabajo hace 20 años.

¿Sabía usted que el Recinto de Río Piedras fue clasificado por la Carnegie Foundation for the Advancement of Teaching como Institución Doctoral Comprensiva de Alto Nivel de Investigación? Para quienes no sepan qué significa esto, les remito al informe de 2006 del Recinto de Río Piedras en el que se explica que “esta clasificación confirma la posición de liderato que ostenta el Recinto en el área de generación y divulgación del conocimiento. Esto le permite contribuir al desarrollo social, cultural, científico, tecnológico y económico de la sociedad puertorriqueña y a la comunidad internacional.” ¿Sabía usted que nuestro recinto es el único en Puerto Rico clasificado bajo esta categoría?

¿Sabía usted que nuestro recinto atiende a sobre 20,000 estudiantes por año, de los cuales, unos 16,000 son estudiantes de bachillerato y 4,000 son estudiantes graduados?
¿Sabía usted que los estudiantes de nuestro recinto tienen el índice de admisión más alto del país? Es decir, que nuestros estudiantes son los mejores, los que tienen el índice académico más alto (más de la mitad de los estudiantes admitidos tiene sobre 3.6 de promedio) y obtienen las puntuaciones más altas en las pruebas de admisión.

¿Sabía usted que, el año pasado, nuestro recinto otorgó 2,974 grados (2,334 Bachilleratos, 358 Maestrías, 89 Doctorados, 177 Juris Doctor y 28 post grados)?
¿Sabía usted que nuestro recinto tiene unos 1,000 profesores de los cuales el 76 por ciento tiene doctorado?

¿Sabía usted que muchos de nuestros profesores han ganado premios internacionales de mucho prestigio? Entre los que han ganado premios y distinciones tan sólo en los últimos dos años, les presento al doctor Daniel R. Altschuler, quien ganó el premio Andrew Gemant del Instituto Americano de Física (premio que comparte nada más y nada menos con Stephen Hawkings y el Premio Nobel de Física, Steven Weinberg); la doctora Maritza Barreto, recientemente nombrada al Ocean Policy Task Force adscrito a la Casa Blanca en Wáshington, D.C.; el doctor José Toro, Premio Psicólogo Interamericano Rogelio Díaz Guerrero; el doctor Guillermo Bernal y el doctor Efrén Rivera, entre muchos otros.

¿Sabía usted que los libros de la doctora Luce López-Baralt se han traducido al inglés, árabe, persa, urdú, alemán, italiano, holandés, portugués y francés?
¿Sabía usted que el año pasado nuestro recinto recibió a más de 40 profesores visitantes de las instituciones más prestigiosas del mundo?

¿Sabía usted que el año pasado el Recinto de Río Piedras allegó más de $28,500,000 en fondos externos? ¿Sabía usted que casi $15,000,000 de esos fondos provienen de propuestas competitivas de organismos como la National Science Foundation, los National Institutes of Health y la NASA?
¿Sabía usted que entre 500 y 600 profesores de nuestro recinto participan en proyectos de investigación todos los años? ¿Sabía usted que en esos proyectos participan cientos de estudiantes que publican y divulgan con sus profesores y compañeros los resultados de sus investigaciones? ¿Sabía usted que la universidad publica anualmente entre 600 y 700 libros y artículos en revistas arbitradas?

¿Sabía usted que tanto la Tuna Universitaria como el Coro de la Universidad han ganado premios internacionales? ¿Sabía usted que nuestros estudiantes de teatro y nuestro Teatro Rodante van a festivales internacionales? ¿Sabía usted que el año pasado varios de nuestros estudiantes de Psicología ganaron premios y participaron en congresos y programas académicos muy prestigiosos en Estados Unidos? ¿Sabía usted que un grupo de estudiantes de Química de nuestro recinto nos representó en un congreso en Alemania?

Estos son sólo algunos datos cuantitativos que se pueden corroborar en los informes anuales de nuestro recinto y en los libros de datos de nuestra Oficina de Planificación Académica. Pero también hay datos cualitativos, que sólo los pueden corroborar quienes conocen nuestro recinto y lo quieren, como la majestuosidad de nuestra torre y sus edificios antiguos, la belleza de nuestros árboles centenarios cuando la luz de la tarde se cuela entre sus ramas, el jolgorio de las cotorritas en la placita que está frente al museo, el olor del ylán-ylán que está frente al Anfiteatro Julia de Burgos y de los laboratorios del edificio Facundo Bueso, las voces y las risas de los estudiantes en los cambios de clases, las conversaciones entre profesores en los pasillos y el profundo orgullo que inspira enseñar, estudiar y trabajar en el principal centro de educación superior del país.

Por estas razones y por tantas otras que no cabrían en cientos de pliegos impresos, les pido encarecidamente a todas las personas que hablan de nuestra universidad sin conocerla, ya sea porque no han estudiado ni enseñado ni trabajado en ella o porque sólo han escuchado a los que hablan sin saber, que hagan su asignación, que se informen, que lean y pregunten antes de emitir opiniones que en nada contribuyen a superar el momento tan difícil que estamos atravesando y que ofenden a los que día a día luchamos por nuestra universidad desde muy diversos frentes.

No hay duda de que podemos hacer las cosas mejor. No hay duda, como han dicho muchos ya, de que tenemos que revisar la forma en que administramos nuestro presupuesto y nuestros recursos. De lo que no hay duda es de que la universidad pública jamás se puede ver como una carga para el país sino como una inversión en su presente y su futuro.

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