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jueves, junio 17, 2010

10 de 20 leídos: La velocidad de lo perdido de Cezanne Cardona



Jueves 6/17/2010 Update
La novela tiene 255 páginas y voy por la número 110. Ya terminé la primera parte, justo después de la despedida de soltera MEMORABLEEEEEEE de Milena, esa que el protagonista se siente obligado a escuchar al teléfono con esa sensación de traición y desamor. La narración está fabulosa, ágil, plagada de detalles que debo ser franca, por ocasiones me pierden... en un rato sigo, porque hay que tomar descansos para respirar! Uuufffff… acabo de leer sobre un grano de maíz vomitado, pezón decorado de bolo alimenticio... mapa ensalivado de Silencia... discurso colombiano con la boca llena... Cezanne, que imágenes hombre!!!!

Viernes 6/18/2010 Update
En la prosa leo sobre un recuerdo del padre de Miguel, velozmente, perdido tan pronto como regresó. Memoria de la mejor masturbada arena-orificio-olas. La madre de Miguel tan dolida. Lenin y la filosofía. Otra perra astronauta es la amiga prostituta ajedrecista de la prostituta Laika. Indignación y una esecna, quizás dos, quizás varias más, con una niña, quizás otra más, de diez años y una alusión, quizás más, pedofílica. Ernesto y su fracaso, su mentira. La pelea, Miguel desnudo, el periodista que cubre la Huelga de la UPR, “Lucha sí, entrega no”. La orgia en los periódicos. Veloz, veloz. La novela va con vuelo, va con historias, muchas, muchos detalles en macramé. Tengo dificultad con los monologos. No aguanto los diálogos de otras obras, es posible que esta técnica del monologo disfrazado la haga efectiva. La historia es copiosa, los detalles producidos abundantes. El ADD no coopera, pero sigo pegada al libro. ¿Por qué no lo suelto? ¿Con qué velocidad deseo llegar al desenlace? Sigo pensando aun que es una buenísima novela, sin embargo son demasiadas, muchas, pletóricas, las referencias metaliterarias, magnetoliterarias, panliterarias. Hay un uber-erotismo de primer, segundo y tercer plano. Hay homenajes a grandes constructores de la consciencia sexual de primer y segundo orden: Hemingway, Sartre, Kerouvac, Flaubert, Fitzgerald, De Gaulle, Edipo Rey, Héctor y Aquiles, Vargas Llosa y el puño a Garcia Marqués. En fin, vastedad. Ahora paso a la página 201. Mañana llego a la tercera parte.

Sábado 6/19/2010 Update
Malva se preña gracias al ménage a trois y se forma el revolú de los pastores. No voy a contar grandes detalles del desenlace porque esta es la verdadera historia de la novela. París de exiliados de Pinochet, el oráculo de Delfos, un supuesto regreso a Chile y la decisión de Ernesto de llevar a Nakab, la niña geisha ajedrecista luego de un lavado de conciencia. La tercera y última parte se centra en Gustav (Gustave???, parece que olvidaron una “e” por ahí). Silencia y la etimología del ángel anfibio del protagonista crean una fábula tristísima sobre la verdadera razón de la mudez, y yo me encogí leyendo el final anoche a las cuatro de la madrugada, mientras el miedo a volar me impedía el sueño (salgo de viaje a Trinidad Tobago y los aviones siempre me ponen nerviosa).

Temo morir asfixiada, porque soy asmática, y el final de la novela de Cezanne me puso de frente a mis miedos. Hay una filosofía implícita del maquiavelizar a todos los hombres de esta novela que esperan por las niñas a que florezcan, a que se críen junto a ellos, a verlas crecer, madurar, desarrollar senos y pubises. Muy fuerte la carga pedofílica inmiscuida en la ruptura narradora. El Muro es en efecto otro personaje, el Muro y su mercadotecnia y así como decía Saramago 'Antes nos gustaba decir que la derecha era estúpida, pero hoy día no conozco nada más estúpido que la izquierda', la hiperrealidad de lo vivido, de lo que ya no es y la creación de esa nueva alteralidad de lo que de ahora en adelante va a existir, pero sin el muro, pero con el recuerdo del muro, es toda una epopeya. Por otro lado, me distrajeron algunas explicaciones e interpretaciones de obras universales como las Madame Bovary, las Ana Karenina, los Henry Millers, los Vargas Llosa y las novelas contestatarias.

Me afectó la cremación y lo que llevó a ella, fue muy conmovedor. Hay una novia que se llama Hirochima, y otra azafata en el cierre. Y por supuesto, la velocidad de pérdida, que es el leit motif, que lo es todo.

Es una novela que dará mucho qué hablar, que hace una importante aportación estilística y de fondo (dice cosas, carajo) a la literatura del país, que habrá que estudiarla, asignarla, hacerle tachones, criticarla, doblarle las páginas y marcarla en rojo. Enhorabuena por Cezanne Cardona.

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