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lunes, noviembre 15, 2010
Pussy service delivery o Vandalismo Emocional: una reflexión de otoño
Pussy service delivery o Vandalismo Emocional: una reflexión de otoño
Por Yolanda Arroyo Pizarro
He sido víctima de vandalismo emocional tres veces en la vida. Dos de esas veces por la misma mujer. Durante mis primeros años de formación en 1985, cuando yo tenía 15 y luego más recientemente en el 2005. La devastación que ha dejado, en ambas ocasiones, ha sido digna de que FEMA, la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias, el Federal Emergency Management Agency haya declarado zona de desastre mi corazón y todo mi entorno. En ambas ocasiones el fraude ha estado ligado a promesas incumplidas, a marcas de territorialidad, a la estrategia tipo perro del hortelano y finalmente a falsedades crasas.
Esta reflexión viene a mi mente por dos asuntos simultáneos: 1)que mi libro Avalancha, mi libro más personal y también más duro, haya comenzado a tener acogida y reconocimiento en las letras de mi país y de Latinoamérica, y 2) que mi mejor amiga me haya dicho esta mañana, refiriéndose a su marchante “¿Pero qué se ha creído, que esto es un pussy service delivery?”.
Y yo me pregunto, ¿hasta cuándo permitimos el pussy service delivery? ¿Por qué no huimos o cesamos toda interlocución con estos saboteadores de afectos que te prometen que dejarán a la pareja para irse a vivir este amor imposible y digno de ser salvado contigo? ¿Cuánto de masoquismo o de fantasiosa imbecilidad nos queda en el fondo?
Ahora que comulgo dentro de la relación amorosa más sana que he tenido en la vida, me pregunto si habrá valido la pena el desperdicio de tiempo. Haber escuchado, de la boquita de comer de la saboteadora que asiste en la actualidad a dos terapias de pareja diferentes, una con la esposa oficial y de papeles (en Connecticut es legal el matrimonio gay) y a otra con la supuesta nueva amora verdadera (compañera de trabajo), y que en ambas le dice ella a la psicóloga / terapista que hará lo que esté en su poder por salvar la relación, ¿cuál?, WTF? m e doy perfecta cuenta de lo imposible que hubiera sido para mí intentar algo, alguna vez con la susodicha. O sea, que nunca tuve un chance real. O sea, que me vendieron sueños y me los creí, por aquello de que a la norepirefrina le gusta sentir ese rush en mi cerebro.
Recordar las infidelidades de antaño, de cuando yo era rookie, de cuando aun no sabía por dónde le entraba el agua al coco, y compararlas con las recientes no me hacen ver muy inteligente que digamos. Eso. Creo que eso precisamente me pasa. Esta reflexión de otoño ha venido a mis sentidos partiendo de la vergüenza. Tengo vergüenza porque no actué con inteligencia ni con sabiduría. No fui todo lo astuta que digo ser, o que creo ser y eso me abochorna. Me abochorna saber que fui un pussy service delivery por algún tiempo... dos veces.
Citando a María Félix: ¿que yo me creo la divina garza? ¡Yo soy la Divina Garza!
ResponderBorrarEso es un recalculating para el GPS de los espectadores. No voy con el estadolibreasociadocorporal.
Te adoro, diosa esposa!
Querida, no fue hasta que apareció un susodicho Mr. Darcy alias Príncipe Encantado alias Acuamán, por ende, Mr. Príncipe Acuarcy (Gugu), que me di cuenta que yo lo que fui con algunos sirenos y entes que transitan por este mundo fue un ass-play service delivery y a veces carry-out! Y tú sabes cómo lloré y cómo me canté campante de las situaciones. Pero mira, mejor haberse dado cuenta tarde que nunca. Lo importante fue que te moviste, que escuchaste a los que te quieren.
ResponderBorrarTe amo!
Mr. Drama Emperor
"Tengo vergüenza porque no actué con inteligencia ni con sabiduría."
ResponderBorrarQuién es sabio o inteligente en esas cosas del amor; el sentimiento más ingenuo y manipulable de nuestra existencia.
El que ama, se sentirá toda la vida como un tonto, sin serlo.