A veces la vida, me lanza un reguerete de dificultades y siento que estoy en el ojo de una tormenta que amenaza con quebrar mi salud mental. Entonces, salgo a caminar, sin prisa, con suavidad, hasta llegar frente al mar que me aquieta y me da paz. Allí, el bondadoso silencio, procura consolar mi alma. Medito y una luz que emana desde mis adentros me guía a la respuesta. Tengo en abundancia lo que me hace falta para vencer todas las dificultades del mundo: valor. ncr/11
Texto del Taller de Sobrevivencia-Proyecto Matria
21 de mayo al 9 de junio de 2011
Nydia E. Chéverez-Rodríguez

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