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miércoles, septiembre 28, 2011

Arroyo Pizarro rumbo a Madrid: "Haciendo maletas para brincar el charco... otra vez"

Estaré compartiendo con escritores, blogueros, tuiteros, facebuqueros y demás avatares literarios en VivAmérica 2011 en Madrid, a partir de la semana próxima. Además, la maravillosa editorial Egales que publicara mi novela Caparazones en 2010, ha organizado una presentación de la misma el 5 de octubre a las 20.00 horas en la Libreria Berkana calle Hortaleza 64. Los presentadores serán Carmen González Marín y Jesus del Valle.  Aquí les dejo varios enlaces del Festival:

VivAmérica cruza el charco · ELPAÍS.com

Nanoliteratura en todo su esplendor. Perspectivas de interpretación ...



La fiesta arranca el martes oficialmente, pero ya desde el miércoles comienza una de las exposiciones protagonistas de la cita. La exposición Otras miradas. Fotógrafas en México (1872-1960), que reúne imágenes captadas por 50 mujeres desde finales del siglo XIX a mediados del XX, desde Helen Levitt, Tina Modotti y Frida Kahlo. "Un esfuerzo de recuperación histórica" que incluye imágenes inéditas en México, según detalló ayer su comisario, José Antonio Rodríguez. La mujer es uno de los principales focos de atención del festival, que dedicará una jornada a mesas redondas en las que se reflexionará sobre el papel femenino en América Latina.

Entre las decenas de actividades también hay espacio para el cine: asistirán el actor cubano Jorge Perugorría, el cineasta chileno Cristián Jiménez y el director mexicano Arturo Ripstein, cuya cinta Las razones del corazón, recién estrenada en el Festival Internacional de Cine de San Sebastián, se proyectará en el marco de VivAmérica. Hay espectáculos para niños, conciertos, y dibujantes "a domicilio". Se hablará sobre indigenismo, inmigración, nuevas tecnologías y hasta sobre las neuronas de la felicidad, con el escritor mexicano Jorge Volpi.

Precisamente las nuevas tecnologías son un tema en el que Casa de América ha puesto especial atención. Su web permite asistir virtualmente a cada uno de los eventos y espectáculos -además de que cuenta con un archivo de más de 2.000 vídeos-, y, como novedad, este año estrena una aplicación para iPhone y Android desde la que se podrá accesar al canal Temas TV, donde se recogen los principales eventos del día en cápsulas de 20 minutos. En este renglón se organizará el bloque temático Twitteratura: ¿literatura o escritura?, con la participación de las escritoras Yolanda Arroyo Pizarro y Cristina Rivera Garza y la experta en redes sociales Gaby Castellanos.

Y finalmente, como es también costumbre, habrá espacio para música. Mucha música. La Marcha cerrará VivAmérica el próximo 9 de octubre, con un espectacular concierto a cargo de una leyenda de la salsa y el jazz latino: Willie Colón. También le acompañsrán los integrantes del Instituto Mexicano del Sonido y el guatemalteco Meneo. Más de una veintena de colectivos de 12 países pasearán las calles de Madrid, en un recorrido con un especial enfásis africano, coincidiendo con el Año Internacional de los Afrodescendientes.

Fuente: El País

domingo, septiembre 25, 2011

100 mil poetas por el cambio: la lectura

A iniciativa de 100 Thousand Poets for Change / 100 mil poetas por el cambio, el grupo de escritores de Revista Boreales organizó una acción poética en el Poets Passage de Viejo San Juan, donde se dio lectura a más de 50 poemas, en la voz de más de 25 auotres, el pasado 24 de Septiembre del 2011.


100 mil poetas por el cambio es una propuesta iniciada en la ciudad de San Francisco, para que en esa fecha se realicen acciones poéticas en diversas ciudades del mundo, manifestándose por un cambio de paradigma, por la paz y la sustentabilidad.




















Créditos fotográficos: Yolanda Arroyo Pizarro, José H. Cáez, Nilka Montalvo


jueves, septiembre 22, 2011

Nueva edición del Baquinoquio rinde tributo al poeta Edwin Reyes

En las letras, desde Puerto Rico: nueva edición del Baquinoquio rinde tributo al poeta Edwin Reyes
por Carlos Esteban Cana
La nueva edición del Baquinoquio, acontecimiento anual que celebra el genio creativo del pintor Roberto Alberty “Boquio”, se efectuó el sábado 17 de septiembre de 2011, a partir de las dos de la tarde. Evento que inició en el Antiguo Cementerio de Carolina y culminó con un tradicional brindis en el Bar El Pulguero fue dedicado en su vigésima sexta edición al poeta y cineasta Edwin Reyes. Y para promover el evento el Comité Amigos de Boquio ha reproducido artículos en los que personalidades del mundo cultural se han expresado acerca del autor de El arpa imaginaria. Incluimos en esta edición de En las letras, desde Puerto Rico, algunos fragmentos de los mismos.
La catedrática de la Universidad de Puerto Rico, Mercedes López Baralt, recordaba en Edwin Reyes, poeta y mitógrafo: “Era costumbre de Edwin -en nuestra larga amistad de cuatro décadas- estrenar muchos de sus poemas en mi casa. Gocé de privilegio tal con las antenas de la belleza en estado de alerta, como gozaría él las enseñanzas performativas de su amigo y mentor El Boquo, deconstructor al azar, a quien bautizara con lúcido humor como gourmet de lo insolito. Todavía lo veo sentado en el sofá de mi apartamento de Hato Rey, leyendo con la intensidad sin límites de su pasión, a la que sólo le ponía bridas su reverencia ante el misterio. Y oigo su voz inolvidable, poderosa y tierna de matices. […] Celebré con júbilo el nacimiento de “La muerte del poeta”; también con gratitud sorprendida, al conocer que mi entrañable amigo me lo había dedicado. Este gran poema es, con su amistad sagrada, el mejor regalo que pudo hacerme Edwin Reyes.”  
Por su parte, Marisa Rosado, alma y corazón del Centro Cultural Casa Aboy, rememora en Edwin Reyes Berríos en mi memoria el momento del deceso del poeta: “Ese día triste releí, entre otros, su poema Oficio cuyo final dice: escribo, canto, no cesa/ mi empeño de hacer las cosas como me dictan las rosas exactas de mi cabeza/ y ya no me he de rendir/ ni me matará la muerte/ con la vida he de ser fuerte/ y a la vida he de rendir cuentas/ a la hora de morir. Edwin rindió sus cuentas el 9 de enero y el miércoles 5 de septiembre de ese año, acogiendo una idea de mi esposo Efraín Rosado el día que fuimos a Ciales a sembrar sus cenizas, en homenaje póstumo nombramos la Sala de Actividades de la Casa Aboy con el nombre de Edwin Reyes Berríos. Edwin fue un fiel y solidario colaborador de nuestros esfuerzos desde los inicios de este proyecto cultural en el año 1975.”
El poeta y novelista Rafael Acevedo, en enero del 2001, desde las páginas de En rojo se expresaba: “Queda decir que el homenaje mayor es agradecerle la palabra. El poeta, quien tiene ese don de asumir las palabras como si fueran la carne y la sangre, puede añadir sabiduría. Una cierta luz como la que ocurre cuando el sol reconoce su ocaso. Un deseo incontenible de vivir y decirlo todo para que nadie se quede sin saber y sentir. Quedan sus libros que van de la ternura del padre a la sencilla gloria del amante y el guerrero (que son iguales).”
Para concluir esta edición de En las letras, desde Puerto Rico, en la que nos hemos unido al merecido homenaje que el Comité Amigos de Boquio rinde a Edwin Reyes con su evento, incluimos dos poesías de reconocidos escritores del País. La primera pertenece al juglar del pueblo Eric Landrón, la segunda al poeta vinculado al colectivo Guajana, Edgardo López Ferrer, y finalizamos con ese gran poema de Edwin Reyes al que hizo referencia Mercedes López Baralt titulado “La muerte del poeta”.
Al hermano Edwin Reyes
Eric Landrón

Decir Edwin, es decir
Maestro y hermano.
Coraje, riesgo y Pasión de fogaje,
Poeta del vértigo y de los laberintos,
Piloto de los misterios picaflores o en picada,
Frutero de la vida agria y dulce,
venenosa y nutritiva,
y de las verdes, Edwin, por las maduras.
Cineasta entusiasta
de historias con más comienzos al vuelo
que inquietantes finales felices.
Inquilino de los Destinos sencillos y campeadores.
Profanador de tumbas lapidarias de los íconos,
Blasfemo de la injusticia venerada en otros templos.
Cazador
de los pasos de los sabios ancianos,
de las semillas que derrotan a los desiertos,
de las lluvias torrenciales de la alegría,
del dolor incrustado que reta, esculpe, zarandea y enseña,
y del Genoma Humano serpenteando
como chorro esquivo de incienso y fuego
en el alma eterna.
Decir a Edwin, es decir,
Corsario de la ternura
para el abordaje de los sueños.
Mordiendo, perpetuo y entre dientes,
un puñal de amapolas
en el paladar de los sentidos,
y con un mar abierto y liberto
azotando, incólume,
al viento, al sol y al salitre
entre ceja y ceja.

A la memoria de Edwin Reyes
                                Edgardo López Ferrer

¿Quién habita
el aire
de tu madrugada,
compañero?

¿Será la austeridad
de tu mirada
otra luz
de tu cantar sereno?

¿Quién anda
por la noche
que inventaste
para la tierna luz
de tu palabra amada?

¿Será la piedra
dulce tiempo
en el fulgor
de tus manos?

Sólo sé
que el dolor
es un abultado espejo;
que la memoria
es otro juego
de la nada;
y que
de tanta vida
ardida
la luz es ya
tu música soñada.

La muerte del poeta
                                       Edwin Reyes
por la calle de San Sabastián
bajo un lento río de luz
una curva profunda
por la que va flotando
el cuerpo luminoso de Ofelia

ni un perro se mueve en la tarde
sobre los adoquines azules
va formándose un charco
de prematura noche

Ofelia es un lirio
adormecido por la muerte

cuando pasa por el Colegio de Párvulos
una monjita la ve pasar
y se estremece al sentir
esa súbita ráfaga de belleza
dorar las rejas del portón
debe ser una puta en La Perla
piensa la monja
y se persigna bruscamente

Efraín El Loco iba doblando la esquina de San Justo
con su fiero turbante de apóstol
y su violenta mano de amigo
cuando el suave cadáver de Ofelia
le pasó por delante
¡es la virgen! rugió el loco
y cayó de rodillas sollozando
los ojos abrasados por el resplandor del cielo

el poeta estaba más abajo
en la acera de Tony’s Place
solo tomando una cerveza
con un hermoso libro de las cartas
de Henry Miller a Hoki Tokuda
pensaba en el amor precisamente
mientras miraba el río prodigioso de la calle
que tanto le hacía añorar
el ya lejano río de su infancia

fue entonces cuando notó el fulgor sereno
del cadáver de Ofelia que bajaba
lo reconoció enseguida
por el aura fatal de su hermosura cabeza de niña

el poeta tembló de dolor
pero más quiso contemplarla
de pie a la orilla del río la vio pasar y la quiso
soñó que era otro río el que pasaba
intentó detenerla con sus manos y ya no la vio más

al otro día
los alumnos del Colegio de Párvulos
hallaron posado en la acera
un libro cubierto de rocío
y más allá
un puñado de flores extrañas
esparcido por los adoquines
de la calle de San Sebastián

miércoles, septiembre 21, 2011

II - Poetas puertorriqueños por el cambio en 100 POETS FOR CHANGE

Poems for 100 Thousands Poets for Change San Juan, Puerto Rico

Revista Boreales http://narrativadeyolanda.blogspot.com/


Salir del paraíso
Amárilis Pagán Jiménez

¡Ay de quienes piensan
que sólo se viaja por esta tierra!
¡Ay de quien se encierra en un cuerpo de barro
y padece las fronteras de la carne
mientras trata de atravesar los ríos que bañan los pies del universo!

¡Yo no!
Yo soy la que planto con fuerza el cayado de mi lengua ardiente sobre la tierra negra,
la que agrieta el mundo con los dedos húmedos en la saliva bruja del deseo
y la que asoma la cabeza dentro de él para sorber sus calderas de lava divina.

Soy la que decide a dónde viaja
            y no pide permiso.
La que empapela su cuerpo con los pasaportes azules de la guerra
y se viste para las batallas con las alas negras de los cuervos que devoran los muertos de dios.

Soy la que se ríe a carcajadas sentada a la orilla de la realidad.

Soy la que engulle las alambradas tejidas de navajas y carne inocente
y luego las vomita a los pies de los guardianes de la riqueza vana
la que hace brotar de la tierra las nuevas flores del mal
la que les enseña a devorar las moscas que zumban como balas
el aire de las fronteras de las tierras de leche y miel.

Soy la que viaja sin rumbo y sin destino
porque a ese ya lo conozco en el giro repetido de cada creación.

Soy la que amamanta a sus amantes
y les abre las puertas de los exilios voluntarios,
la que no quiere echar raíces en tierras estériles paridas desde matrices silentes
la que aúlla mientras derrama miles de semillas
que vuelan en las noches de estrellas sin luna,
la que se retuerce de dolor cuando otros vientres entregan sus frutos
para ser devorados en el vórtice de la ambición resucitada al tercer día
de no saber qué hacer para retener el poder.

Soy yo misma una puerta sonreída a la dimensión roja de la ira contenida,
un fetiche de piedra y cuentas de cristal
con las piernas abiertas y un portal de orgasmos 
que echan a volar las caderas de quienes se atreven a recibirme.

Soy la mano invisible que levanta las cabezas de los sures
para que reten a los nortes y reclamen lo suyo
-en paz o en guerra-
la que mira a los hijos e hijas de las sumisas entregas
y aprieta los dientes
luchando para no mirar los abismos que se abren por el miedo.

Soy la que se goza
en la carne ajena,
la que come y deja comer,
la que desea a hombres y mujeres por igual,
la que sabe que no hay leyes divinas que prohíban el amor
y la que espera su momento para arrasar con una mirada de fuego a quienes dan la espalda a la humanidad.

Quien me mira de frente y teme,
siente cómo se convierte en estatua de sal.
Quien se atreve a sostener mi mirada
lo ve todo
y sonríe hecho carne y luz.

Soy la que viajó toda la historia,
la demonizada,
la idolatrada,
la amada que saltó de cuerpo en cuerpo y época en época.
           
Soy una.
Soy la primera,
la que miró a Dios de frente
y se dio cuenta de que no existe,
la que abandonó el paraíso de la mano de otra mujer
y dejó atrás una estirpe que se negó a parir.

Soy la que sabe.
Soy la que no está dispuesta a inclinar la cabeza
y que antes de huir
prefiere embestir.



Paraíso –Infierno
Nydia E. Chéverez Rodríguez


                                                                            ¿A dónde nos lleva la muerte, a los que en vida,
                                                                            agotamos la gloria y el infierno?

Si la muerte, 
sólo me lleva a la nada,
voy a hilvanar mi simple vida
con hebras de felicidad. 
¡Me prohíbo entrar a los infiernos,
que jodan  mi  existencia!
Eso sí, me daré permiso
para transgredir las normas.
He de  pecar, mentir, destruir,
y violar normas absurdas,
si es preciso denunciar
y enfrentar las injusticias.
. 
Condeno a la no existencia,
al paraíso que se forja,
de la calma aparente,
 y  la adoración ciega y sorda,
al dios del capitalismo,
que me embrutece para que precise,
adquirir fruslerías en abundancia,
y me afane en poseer, reponer,
y embriagarme en la locura colectiva,
de procurar botar (y votar),
sustituir y acumular,
la basura que enriquece,
a los oligarcas “inversores”.   
Debo cuidarme asimismo,    
de no caer en el desprecio,
al enfermo que me importuna en el semáforo,
porque a mí también,
me emboban y me juquean,
el jueguito del blin-blin,
y las trapos de diseñador
que distraen mi consciencia.
 Lo confieso: aún a veces me engatuzan,   
con los jingles pegajosos,
de la felicidad “fast-track”
( y  dizque democrática),
que me venden, en combo agrandado y en oferta.
Mas no,  no es ese el cielo que busco,
el que me garantizan,
si me porto bien,
entiéndase,
si ayudo a que persista,
la inequidad disfrazada de
“querer es poder”.
¡No! no me da la gana, ¡CARAJO!,
de ser una niña buena. 
Elijo  ser cómplice de la serpiente,
que me incita a cuestionar y a retar.
Prefiero trabajar y construir,
 mi entorno paradisiaco,
desde el NOSOTROS.
Porque sólo así,
disfrutaré la gloria compartida,
 en el aquí y el ahora. 
Ya me advirtieron, 
que no me fíe de los profetas embusteros,
y sus falsas promesas de eternidad,
y me despepitaron el secreto,
que todos conocían, menos yo;
¡que hace tiempo que me echaron de esos cielos!

No es preciso que me esfuerce,
en evadir las pailas del infierno. 
Ya me gané mi paraíso-infierno,
en esta vida finita y ordinaria,
Sólo me queda: 
 servir y amar,  (¿o son lo mismo?; 
aprender y trascender la mediocridad,
hasta que… algún día,
se me conceda ser diosa.


Letras de vida
 Por Esmeira Soriano

Ahora te toca a ti
Respirar tu aire
el que te habían robado
sin querer
con los dedos cruzados
la mentira es la única verdad

Ahora te toca a ti
Volar muy alto
Con la higa en la mano
Por si crees en sus ojos
Progenitores de lástimas
Y no retomes tu no estar

Ahora te toca a ti
Andar por las piedras
Perlas de sabiduría
Que hinchan órganos
Y hasta dan agonías
Al final flotan risas

Ahora me toca a mí
Recitarte el abecedario
de la vida
L-I-B-E-R-T-A-D


Silencio
Por Iva Yates

Me ahogas
con tus desdenes.
Te llenas de voces
que no quiero escuchar.
Son luces quizás,
sí, luces que viajan
a través de los
ecos
            ecos
                         ecos.

Es extraño,
sentir cómo se apoderan
de todo.

Sí, las voces
que me torturan
Y no me dejan escucharte
silencio.

Un chirrido irrumpe
en mi mente;
todo se ve blanco
como el sol.

Qué extraño
saber que el silencio
está hecho de luz.


Antología Nuevas Rutas de Coedición Latinoamericana



La Coedición Latinoamericana
La Coedición Latinoamericana es una agrupación de editores de diversos países, que durante casi trenita años han publicado, promovido y difundido la literatura infantil y juvenil latinoamericana. La Coedición cuenta con el respaldo del Cerlalc (Centro Regional del Libro para América Latina y el Caribe).

Las editoriales integrantes de la Coedición Latinoamericana son las siguientes:

•AIQUE GRUPO EDITOR S.A., Argentina.
•EDITORA MELHORAMENTOS, Brasil.
•LOM Ediciones, Chile.
•BABEL LIBROS, Colombia.
•EDITORIAL PIEDRA SANTA, Guatemala.
•CIDCLI, México.
•ANAMÁ EDICIONES, Nicaragua.
•EDICIONES PEISA S.A.C., Perú.
•EDICIONES HURACÁN, Puerto Rico.



Esta es una antología de cuentos escritos por autores latinoamericanos que, en 2009, tenían menos de 40 años. Los reúne, además, el tener trayectorias profesionales similares: todos habían publicado, al menos, un libro.  Los relatos están marcadamente atravesados por algunas señales del mundo contemporáneo: entre ellas, la competencia de la literatura con la televisión, con Internet, abogando por una autorepresentación distinta de la promovida por los esquemas literarios tradicionales; la temática general no responde a una ideología concreta, sino a un solipsismo dominante, para el que los escritores hallan en la literatura la posible salida a la sensación de crisis interior.

Lejos de adoptar un tono sentencioso, esta narrativa es sencilla, aunque irónica y ocupada por rescatar el recuerdo. Existe un intento, en algunos relatos, de recuperar ciertos lazos con lo nacional, sin por ello identificarse con banderas políticas. “Hacia la alegre civilización de la Capital”, de la argentina Samanta Schwelbin (Premio Casa de las Américas 2008), nos brinda en un relato de corte fantástico, el monumental esfuerzo de un oficinista por regresar al espacio citadino. Sin embargo, llegado el momento en que puede escapar del mundo rural en el que está cautivo, teme por el reencuentro con una ciudad donde es posible que no haya quedado nada. En “Tukzon”, de la boliviana Giovanna Rivero, se evidencia una especial subjetividad en medio de un mundo fantástico, que combina seres de extrañas naturalezas con una profusa red de remisiones tecnologizadas (National Geographic, Animal Planet), así como referencias a fragmentos de la historia reciente, el suceso de las Torres gemelas de 2001, por ejemplo. Brasil se halla representado por Santiago Nazarian, autor de “El cuento del hombre lobo”. En forma casi poética, el protagonista intenta construir una nueva identidad. Esta difícil tarea se narra mezclando los hilos del personaje de la leyenda romántica con otros más actuales (del cómic, de la novela de terror). Juan Gabriel Vásquez, de Colombia, nos ofrece su cuento “Los curiosos”, personajes populares que buscan defender, en forma vengativa, el valor del héroe. “Lazán”, de la costarricense Jessica Clark, recorre dos caminos paralelos, el estético y el del desencuentro de clases sociales, que no logran aunarse, pero tampoco desentenderse del todo. Todo resumido en el deseo del solitario protagonista.

El cuento de Ena Lucía Portela, de Cuba, aúna las culturas europea y latinoamericana, para desmitificarlas y darse cuenta de que puede esperar a que se le “pase la grave enfermedad de querer irse de ‘su país’”. La salvación puede estar, no en otro lugar, sino en el contacto humano. Contacto ausente en el cuento “El mito doméstico”, del chileno Rodrigo Olavarría, que escribe detallando, precisamente, un simulacro de muerte, en donde tiene lugar el sentimiento del vacío que vivencia el protagonista. Todo lo contrario ocurre en “El cerco de acacias”, de la salvadoreña Claudia Hernández, quien instaura una narrativa donde vive lo simbólico. Allí convergen la historia (el árbol) y el futuro (el niño protagonista). A pesar de que la madre del niño decide derribar el cerco de acacias, las sombras o criaturas con las que se relaciona el pequeño persisten, por lo que el origen y la tradición tienen raíces que no pueden cortarse. También bajo la forma de leyenda, continúa la relación ambigua entre los tiempos en el cuento “Funeral”, del guatemalteco Arnoldo Gálvez Suárez. Lo fantástico tiene lugar en el origen y desarrollo casi extremo del olor a podredumbre, que invade los cielos, el barrio todo. La mexicana Guadalupe Nettel nos deslumbra con su brillante narración “La vida en otro lugar”. El protagonista, preso de un deseo no identificado, se halla alienado en todo aspecto (profesional, afectivo, geográfico), por lo que su búsqueda es múltiple; y la satisfacción de esta, en apariencia, imposible.
María del Carmen Pérez Cuadra, de Nicaragua, escribe el cuento “Wherever you are”, en el que dos amigas deciden escribir un cuento juntas; sin embargo, los dos personajes tan distintos entre sí no logran encauzar el idealizado deseo, por lo que primará el desencanto. Lejos de la palabra sentenciosa, el cuento del panameño Carlos Wynter Melo “La canción más bella del mundo” disimula el superfluo y comercializado mundo de la música contemporánea mediante el cinismo y la paradoja. Una vida sin objetivos, algo violenta y tenebrosa, es la que personaliza el protagonista del cuento “Tinta de pulpo”, del peruano Carlos Yushimito del Valle. Sin embargo, en medio de la relación con el vacío, el personaje logra vislumbrar, poco antes de su muerte, el sentido de su circunstancia.

En el cuento de la puertorriqueña Yolanda Arroyo Pizarro, también hay un vínculo estrecho con la muerte. “Moridero de olas” narra el ansia por sujetar el sentido de la vida en lo emocional. A los navegantes los reúne el amor trágico, debido a su sensación de abandono y desesperanza. Esa es la bandera que los caracteriza y que hace que ellos trasciendan. En el cuento “El Golden Ticket”, el dominicano Rey Emmanuel Andújar narra cómo una experiencia pesadillesca hace que el protagonista decida marcharse a Europa.
La nota que mezcla el absurdo, la narración cínica y de circo volante, así como un imaginario estrambótico, se evidencia en “And I feel fine”, del uruguayo Ignacio Alcuri. El fin del mundo retrasa una reunión laboral, y el Anticristo entra por el hueco de la pared de una oficina; sin embargo, para unos pocos obsesionados por el reloj capitalista, el mundo sigue andando. “El Duro”, del venezolano Gabriel Payares, es un cuento que se desenvuelve mediante el recurso del hilo de la conciencia, que devela una personalidad alienada, que busca su propia identidad en medio del ruido citadino.

DestinatariosAdolescentes y jóvenes.

Títulos de la Coedición Latinoamericana Cuentos breves latinoamericanos.
16 cuentos latinoamericanos.
El que la hace… ¿la paga?
Subidos de tono.
24 poetas latinoamericanos.
17 narradoras latinoamericanas

Fuente: http://www.aique.com.ar/libros/libro.php?id=547