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lunes, octubre 31, 2011

Sobre la gran Aixa Ardín Pauneto


Para Ardín, la erótica lésbica desbanca el corpus literario amatorio. Una aguda conciencia de desconexión lo anima: el amor se concreta al enunciar su “epifonema”: su exclamación final, su resumen. Quizás el imaginario de los afectos fallidos o truncos haya permeado todo su discurso. Como si su fallido acto de habla proviniera de promesas incumplidas, como si el sentido primario de pertenencia nunca se hubiera validado con actos puntuales en la cotidianidad. Me parece un reto extraordinario tratar de sobrenadar el abismo entre el sujeto “palabrificante” y aquél —mundano, material— que no se sabe ni se quiere hablante, sino que opera desde una corporeidad básica cuyo deseo, siempre imaginario, se verá defraudado por una interlocutora “palabrificada”: la amada:
¿Habré de apartarme de lo simple,
de lo humilde de un beso?
 
¿Habré de olvidarme de la sencillez de una caricia,
del incalculable contenido de un suspiro?
Vernáculos de lo físico y lo poético
POR LILLIANA RAMOS COLLADO
Artículo completo en http://www.revistacruce.com/letras/vernaculos-de-lo-fisico-y-lo-poetico.html

Una maga que también muerda los labios de abajo


Bruja
Por Yolanda Arroyo Pizarro

No se trata de mi mortalidad,
del grueso de mi sal,
de la fragilidad de mi cuerpo.
-Magaly Quiñones

Se busca bruja que erice pieles y muerda el labio de arriba
Que aprenda a amamantar amantes con leche cremosa
que la leche imite una cascada de cordillera central si se observa desde el monumento al Jíbaro
Que en ocasión de atardeceres como preámbulo al menguante o creciente no se eche a llorar
a menos que una mano de dedos largos la cerque en un abrazo esdrújulo 
Se busca hechicera de ensoñaciones que tenga como meta, la venganza para ella y los suyos
Que tenga siamesas de profesión poetas malditas
que pueda hervir vivo a un hombre en una olla
toda vez que sea por desamor o desquite, si es que le ha robado el sueño a otra hermana bruja
o la ha despojado de riquezas del alma y de la ilusión de volver a creer

Se solicita una maga que también muerda los labios de abajo
que a veces haga brotar la sangre, y a veces la saliva
que tenga una hija color de la luz
a quien se le dediquen amaneceres y que sea idea central
el propósito único para que la vida continúe
que esa vástago haya venido al mundo después de tres pujos y una placenta agradable al paladar
que esa heredera pueda ser convertida también en hechicera
y que vaya a mitad de camino
coleccionando corazones de todo tamaño y color, femeninos y masculinos, a diestra y siniestra 

Se necesita bruja que saque los ojos, que escupa rostros sin la menor vacilación
que espete puñales de frente y no de espaldas
que maldiga a los indecisos y realice mal agüeros contra los traidores
que recete baños venenosos con mezcal, y a veces tequila cuervo
que aprenda a sacar desde el tumulto un amuleto a quien le tome cariño
y al que haga llamar faraónicamente Zu, mientras le besa

Se convoca a ser bruja desde el poderío de neuronas estrategas, que puedan ser acariciadas
que puedan ser mimadas, ensalivadas como un epitelio de carne
que aprenda que no se trata solo de serlo
también hay que sentenciarlo:  Soy Bruja





domingo, octubre 30, 2011

Vagabunda, por México






Crónica 1 camino a Guadalajara: en el aeropuerto SJU hay un hombre caminando con la almohada de viaje puesta sobre su cuello. Acabo de contar 34 personas escribiendo en sus laptops, ipads o teléfonos. Están invitando a abordar y a que pruebes una donita de kryspy cream. Crónica 2 camino a Guadalajara: estoy sentada en el avión ya. Hay 22 personas con gorras. Acabo de enviar texto a mi hija, la veré en la escala de 5 horas de Dallas. Estoy nerviosa. Como si fuera a encontrarme con un amor romántico. Crónica 3 camino a Guadalajara: Hay células que se suicidan para que otras se las coman. Estoy obsesionada con ese pensamiento que dejara escapar la gran Mayda Colón anoche, mientras Zayra me servía la mitad de la botella de Cuervo Reposado. ¿Lo habré imaginado? Extraño a mi Zu already. Crónica 4 camino a Guadalajara: Sigo enojada por la cancelación del noticiero de Radio Universidad. Ya están anunciando el crosscheck. El avión se mueve en la pista. El nombre del capitán es George something. Ya vienen a regañarme por el uso de la compu. Crónica 5 camino a Guadalajara: Aeropuerto de Dallas. Una vez escuché el dato de que toda la población mundial, de pie, cabe completita en Texas… y sobraría. Crónica 6 camino a Guadalajara: Aurora está tan hermosa que una señora mayor desconocida nos ha detenido en Walgreens solo para decirnos lo hermosa chica que es. Such a beauty, nos dijo. Qué bueno que vivo este momento con ella. Algún día, cuando ambas vivamos en Francia, nos reiremos de esta anécdota. Crónica 7 en Guadalajara: Aterrizada. El hotel es rústico, de columnatas y paredes que parecen de convento mexicano. Belleza y enigma.

sábado, octubre 29, 2011

Antología Mexicana: El futuro no es nuestro

: el futuro no es nuestro




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Ésta es la edición mexicana del proyecto El futuro no es nuestro que tuve el gusto de editar para la editorial oaxaqueña Sur Plus Ediciones, coordinado por mi amigo Diego Trelles Paz. Próximamente en librerías. Los autores incluidos en esta edición (corregida y aumentada):

Oliverio Coelho (Argentina)
Federico Falco (Argentina)
Samanta Schweblin (Argentina)

Giovanna Rivero (Bolivia)
Santiago Nazarian (Brasil)
Antonio Ungar (Colombia)
Juan Gabriel Vásquez (Colombia)
Ena Lucía Portela (Cuba)
Andrea Jeftanovic (Chile)

Lina Meruane (Chile)
Alejandro Zambra (Chile)

Ronald Flores (Guatemala)
Tryno Maldonado (México)
Antonio Ortuño (México)
María del Carmen Pérez Cuadra (Nicaragua)
Carlos Wynter Melo (Panamá)
Daniel Alarcón (Perú)
Santiago Roncagliolo (Perú)
Yolanda Arroyo Pizarro (Puerto Rico)
Ariadna Vásquez (República Dominicana)
Ignacio Alcuri (Uruguay)
Inés Bortagaray (Uruguay)

Slavko Zupcic (Venezuela)

Fuente:
http://atari2600.blogspot.com/2011/10/el-futuro-no-es-nuestro-esta-es-la.html

jueves, octubre 27, 2011

Exijo al gobierno de Puerto Rico develar el secreto de la Biblioteca de Agüeybaná mejor conocida como las Piedras del Padre Nazario

Exijo al gobierno de Puerto Rico develar, de una vez y por todas, información al público general sobre este tema que sé cambiará los libros de historia, los textos académicos, la manera en que se enseñan nuestras raíces, y muy posiblemente el devenir de nuestra historia como nación.  Parte de estas piedras pertenecen a colecciones privadas alrededor del mundo, y no se ha hecho una difusión de transparencia sobre el asunto a nuestro pueblo.  Pido a todos aquellos que conocen del tema que se expresen y exijan justicia a favor de nuestros ancestros y nuestra verdadera historia.


Tesoro nacional mantenido en secreto. Descubiertas en los 1870's por el Padre Nazario y Cancel. 800 piedras. 2 toneladas. Esta colección estuvo oculta hasta que Juana Morales descendiente del cacique Agüeybaná le revelara al Padre Nazario y Cancel la ubicación, cerca de la desembocadura del rio Yauco en Guayanilla.

Música: "Yunque"por Damián Folch

martes, octubre 25, 2011

Reseña libro Avalancha por Nelson Vera Santiago

martes 25 de octubre de 2011

Sección de Crítica de Libros: Avalancha de Yolanda Arroyo Pizarro



Avalancha
Yolanda Arroyo Pizarro
132 páginas


La narrativa puertorriqueña sigue expandiéndose a temas contemporáneos donde los personajes se ven más inmersos en la droga, la violencia y el juego de la memoria. Yolanda Arroyo Pizarro no se queda atrás y vuelve a embestir las páginas con su libro Avalancha.
El texto cuenta con una prosa mucho más fluida, mayormente en primera persona, donde los personajes se enfrentan entre sí. Antes pudimos observar a una Arroyo que evocaba el futuro y el devenir, esta vez nos topamos con un lado mucho más contemporáneo donde la temática puede estar ocurriendo justo a nuestro lado.
El primer relato, homónimo del libro, abarca el tema del vicio, la locura y el lesbianismo de una forma libre. Las mujeres yacen medicadas y encerradas en una institución donde el contacto físico no está permitido. No obstante, estas féminas no tienen nada de locas, sino que ejemplifican la presión de los tabúes y las mañas sociales. Sobre todo, son mujeres forzadas a la inhibición lo cual se encuentra yuxtapuesto al último cuento, titulado “Asian jelly”.
 Avalancha presenta contextos donde el dolor en el cuerpo ajeno y el deseo de castigar rememoran nítidamente las lecturas de Susan Sontag. Así, en cuentos como “Montar las Olas” se experimenta con una ultra-violencia irreverente, al estilo del A Clockwork Orange de Burgess.
Otra perspectiva se asienta en el cuento “Golpe de Gracia”, donde una paciente de cáncer busca saciar la innominable desgracia de vivir en una sociedad donde la mujer tiene la obligación de ser madre. En este y otros cuentos, la autora presenta un juego con el sicoanálisis donde la realidad se distorsiona ante los arquetipos.
La violencia sexual se toca de soslayo y con una sutileza que demarca hasta donde se puede llevar el hilo narrativo sin caer en clisés. No se busca sorprender al lector con imágenes brutales, sino más bien con percepciones de parte de las propias víctimas. Signo de lo anterior se encuentra en el cuento “Las ballenas grises” donde el olvido es un personaje adicional. Otro ejemplar se puede auscultar en el cuento “Borealis”.
Avalancha es un libro de relatos largos que impulsa a imágenes modernas. Nuevamente, Yolanda Arroyo Pizarro nos apremia con una prosa que está a tono con la realidad de nuestros días, en un lenguaje sencillo, donde los personajes experimentan un fluir de conciencia que les da vida y dolor al mismo tiempo.
Se lo recomiendo a los amantes de la lectura rápida, la sicología y el cuento corto.
 

sábado, octubre 22, 2011

PRONTO: Cachaperismos 2012

Ofrendas

Amárilis Pagán Jímenez 

Amanece…
el día en llamas
se abre como un mar
que se somete a tu presencia
y te beso, me besas,
primera ofrenda al amor del día…

Te dispersas en los segundos
que se llevan las horas
y así te multiplicas,
eterna,
en mi día…
y te beso, me besas,
múltiples ofrendas al deseo
para no pasar solas el día.

Te haces música
en los latidos que fluctúan
a través de las emociones
que te habitan
y te haces dueña de tus palabras
mientras yo libero las mías…
y te beso, me besas,
saboreando los silencios del día…

Tu calor envuelve la tarde
en un manto de garzas blancas
que vuelan lánguidas a su árbol de la vida,
ansiosas por reposar
y desprenderse del día…
y te beso, me besas,
reposo mi frente en tu cuello
y abrazamos juntas lo que queda del día…

Tus susurros adormilados
florecen en mi almohada
y nos coronan de estrellas en la noche cerrada…
y te beso, me besas
y un abrazo que nos hace una
nos acompaña hasta el próximo día.

jueves, octubre 20, 2011

LuzAzul, nueva novela de Antonio Aguado Charneco

PRESENTACIóN DE LuzAzul, NUEVA NOVELA DE ANTONIO AGUADO CHARNECO

La presentación de la novela LuzAzul del narrador Antonio Aguado Charneco será efectuada el jueves, 10 de noviembre 2011, en el Centro para Puerto Rico, a las 7:00 p.m. LuzAzul, publicada bajo el sello de Isla Negra Editores, involucra en su trama amores intensos y ambiguos, que se relacionan en medio de la huelga universitaria del año 2010.

Antonio Aguado Charneco en un escritor premiado por instituciones culturales, tanto nacionales como internacionales, algunas de las cuales son: La UNESCO, el Ateneo Puertorriqueño, el Instituto de Literatura, Los Juegos Florales de San Germán y el Círculo de Escritores y Poetas Iberoamericanos, entre otros.

Su novela Anacahuita: Florespinas fue publicada por La Editorial de la Universidad de Puerto Rico en el 2006. También ha colaborado con el Instituto de Cultura Puertorriqueña en las publicaciones periódicas CulturA y la serie ICePé Cómics. Fue parte además de Edición Mínima, primera antología de literatura hiper-breve en Puerto Rico publicada por El Sótano 00931. Algunos de sus cuentos, y otros aspectos relacionados con su obra, han sido publicados en bitácoras como Confesiones (del narrador Angelo Negrón), Boreales de la escritora Yolanda Arroyo Pizarro, Panaceas y placebos del poeta y músico Miguel Ayala, y en el boletín En las letras, desde Puerto Rico.

Antonio Aguado Charneco ha publicado los libros Ouroboros: seis cuentos galardonados (1985),  Bajarí Baracutey: El taíno de la cueva (1993), y Sendero umbrío (1997). A raíz de un reciente percance de salud este autor arecibeño (que en los últimos años, alejado del entorno cultural, se había ocupado solamente de escribir) ha dado luz verde para que se publique parte de su vasta obra inédita, por lo que, próximamente, llegarán a manos del lector: Narcocuentos (parte de una serie titulada Las docenas del hornero); Medio Mundo (novela que narra las peripecias de una familia oriunda de Islas Canarias, que se ve obligada a huir hacia el Caribe y Sur América por un trágico hecho de sangre) y Guarocuya, (que se ocupa y desmitifica la versión oficial acerca de la muerte de Guarocuya, emblemático cacique taíno que nunca fue derrotado por los españoles, quienes le llamaron Enriquillo). También serán publicadas sus novelas en inglés AHN1 y The Bulls of Twiligth

martes, octubre 18, 2011

Lo mejor del concierto de Shakira: René Pérez Residente Calle 13

Ir al concierto de Shakira fue entretenido.  Atestiguar al agitador mayor de masas boricuas, René Pérez Joglar Residente de la Calle 13, verlo sacar la bandera, aceptar la provocación a la rebelión que implica tararear con él sus letras, escuchar su mensaje, fue vivir la poesía.  Dura y cruda.




miércoles, octubre 12, 2011

Gracias, Luzma

Libro firmado por la autora


Poetry of Luz María Umpierre, Ph.D. ’78, Published in a New Anthology

Umpierre writes in both English and Spanish and sometimes uses both languages in a single poem. She is known for her trenchant poetic commentary on the discrimination faced by Puerto Ricans in the mainland United States and for her open discussion of lesbianism, especially in the erotic poetry of The Margarita Poems, published in 1987. Her work has attracted considerable scholarly attention.

Lawrence La Fountain-Stokes, author of Queer Ricans: Cultures and Sexualities in the Diaspora and Uñas pintadas de azul/Blue Fingernails, hails Umpierre as “Una voz hilarante que surge del discrimen, del menosprecio y del dolor y lo transforma en amadísima metáfora al revés. A hilarious, riotous voice, proudly affirming herself as woman, Puerto Rican, Lesbian, thinker, human.”
I’m Still Standing is available on Lulu.com.

Fuente: http://alumnews.blogs.brynmawr.edu/2011/09/16/luzma-umpierre/ 

Daniel Mordzinski - Vivámerica y el Bogotá 39

Recuerdos de Daniel Mordzinski.- Vivámerica y el Bogotá 39

Por Iván Thays



Recuerdos de Daniel Mordzinski.- Los Hay Festival tienen como presencia indiscutible a Daniel Mordzinski. Pero esta vez, aunque sus fotos sí estuvieron presentes en el local de El Agora, su presencia se dejó extrañar. Aunque me da la impresión que es él quien más nos extraño a nosotros. En fin, que quede empate (y que no nos vuelva a abandonar).

Como recuerdo del Bogotá39, organizado en el 2007 por el Hay Festival, Daniel Mordzinski me envía esta foto estupenda. Está Wendy Guerra, Yolanda Arroyo Pizarro, Jorge Volpi y Joao Paulo Cuenca (no reconozco a un@ que está de cabeza). Es una crueldad de su parte mandar esas fotos de juventud donde todos saltan, sobre todo ahora que ando en bastón y la doctora me dice que nunca más saltaré. Pero así es Mordzinski, el sádico, y así lo quiero.

Después de todo, lo decía el Dante, no hay mayor felicidad que acordarse del tiempo feliz en la miseria. ¿O era desgracia?

Fuente: http://lamula.pe/2011/10/11/recuerdos-de-daniel-mordzinski-%C2%A0los-hay-festival-tienen-como/prueba2009


Nota del blog:  El escritor que va de cabeza es Alejandro Zambra

Por la ruta creativa de Madeline Millán


En las letras, desde Puerto Rico: Por la ruta creativa de Madeline Millán
por Carlos Esteban Cana

Hay momentos singulares en tu vida que la memoria registra de manera permanente entre las neuronas… y en aquella época sobrevivías como cartero por las calles de Santurce durante aquella semana de bipolaridad climática con vientos traviesos, nubarrones oscuros cargados de lluvia y el incisivo calor inmediato del sol. Había que sobrevivir a toda costa pero era complejo terminar el turno para redactar páginas interminables de tesis y estudiar trasnochada para el examen de grado, con la inminente presencia de síntomas agudos de una pulmonía que transparentaba en lágrimas todo tu dolor acumulado…
Yo he tenido periodos que aunque hubiera querido escribir no podía, te repites… Algunos escritores tienen que ganarse el pan duramente, continúas… Escribir es siempre una lucha contra todo. Todo sirve, rezas como mantra… Haber trabajado en el correo, los chistes que hacía mi familia. Todo está integrado, porque no hay vivencias más importantes que otras.
Quien va en contra de su propia naturaleza impone cargas intolerables al cuerpo, que espera pacientemente su momento para pasar factura y fractura del proceso. Recordar que una vez transitaste la muerte en vida, que fuiste zombi y te sentías permanentemente en otro plano porque intentabas dejar de escribir, te despierta del letargo. Amputada como estabas por el tren desbocado de la existencia. Cargada y cansada de interminables deberes, casi llegas a una región irracional y fragmentaria. Pero detuviste aquel asesinato del alma a tiempo y aunque el dolor, nuevamente era inmenso, lograste, lentamente, iniciar movimientos en los dedos…
***
Conocí a Madeline Millán en la azotea de un edificio de El Viejo San Juan. Ya había presentado su libro De toros y estrellas (publicado bajo el sello Terranova Editores) en la librería Borders, y era precisamente ese libro lo que me había llevado hacia ella. Con un techo tachonado de estrellas, cerca del mismo lugar donde Pedro Salinas contempló su contemplado, que por nosotros tener la noche encima no podíamos contemplar, Madeline y yo comenzamos a conversar por primera vez.

MM: “De toros y estrellas tiene partes de un libro que yo escribí, que se llamaba originalmente Nanas por la ciudad letrada. Sucede que mi hija nació en Alphabeth City, en Manhattan, que es un barrio muy bohemio, muy boricua, porque todavía hay casitas de madera y en el verano se juega dominó. Y Paola nació en la Avenida B, y yo escribí unos poemas desde un punto de vista de la maternidad no tradicional. Otro libro que está entre los poemas incluidos en De toros y estrellas es Ciudades con puertos, que recoge una época de mi vida en relación a Chile. Yo iba los veranos a Chile porque aunque estaba haciendo investigación en Argentina mi ex era de Chile. Entonces amé mucho Valparaíso porque tiene unos cementerios divinos. Yo me la pasaba paseando por los cementerios. Ciudades sin puertos fue escrito entre finales de los 80’s y principios de los 90’s. Y de esa experiencia nace también un cuento titulado El día que me quieras. Volviendo a la antología, porque De toros y estrellas es una colección de cuatro o cinco libros muy diferentes, y quizás no se nota esa diferencia entre ellos porque tuve cuidado en confeccionar la selección, aspirando a que funcionara como una unidad. Hay poemas de un libro que se llama La maestra de York que surge cuando sucede lo del 11 de septiembre, momento en que enfrentaba un periodo de desgarramiento personal en el que mi deseo de mantener control provocó que me encerrara. En ese tiempo quería encontrar mis emociones y, sin embargo, lo que salió fue una serie de poemas fríos porque estaba como amputada, ¿entiendes? Después de todo ese proceso fue que me di cuenta de la magnitud del desgarramiento. Y también hay poemas del primer libro que publiqué que se llama Para no morir por segunda vez. Ese título sale del Libro tibetano de los muertos, porque la idea principal que ocupa las páginas es que uno tiene que entrenarse con los ojos cerrados, en la oscuridad, para poder transitar el camino de la muerte. Ese libro, que salió en los 90’s, lo reseñó Belia Segarra en su momento. De ese libro son los poemas Largo metraje y Michael Jackson.”
“Cuando fui a presentar De toros y estrellas en Borders juraba que el evento iba a estar vacío. Yo iba preparada para leer para dos o tres gatos, y esa noche me llevé la sorpresa que asistió gente con la que tuve afectos y contacto hacía 20 años. Me asombró ver que Mario Cancel, a quien yo no conocía, tenía un trabajo escrito como de 8 ó 10 páginas acerca del libro. Entre las sorpresas que esa noche me dio estuvo la de encontrarme a Luis López Nieves, porque  curiosamente yo me acuerdo que cuando conocí a Luis él decía que detestaba la poesía. Y yo le dediqué el libro haciendo referencia a eso, ¿pero tú no me decías que odiabas la poesía? Y fue con su esposa muy solidario a felicitarme. Y aquello estaba lleno. La gente me demostró que este país, dentro de todas las cosas que podamos encontrar, es un país que todavía lee, porque entre las personas que estaban habían algunos que se encontraban allí porque leyeron el libro, no porque me conocieran. Ese libro se abrió camino a sí mismo, como lectura, sin conexiones. Recuerdo que estuvo también Yolanda Arroyo. Ella fue allí, me tomaba fotos, estaba bien llena de alegría, pero yo no sabía quién era Yolanda Arroyo. Yo sé que ella me dio un abrazo y me felicitó. Debo mencionar que también fue Etnairis Rivera, a quien en ese momento no conocía. Momento que sirvió para que me invitara a leer en el Centro de Estudios Avanzados de Puerto Rico y el Caribe junto a ella, que era de la generación del 70 y con una muchacha joven de la generación del 90 llamada Kattia Chico. Fue la primera invitación de peso que recibí para participar con escritores de aquí.”

Madeline también me habla de que tuvo que subvencionar ese libro. Que le salió en un billetal, eco de palabras que me remiten a una conversación que tuve con Magaly Quiñones, nuestra Poeta Nacional, en la que me decía que de sus 10 libros publicados en aquel momento, ocho los había pagado ella de su propio bolsillo. Es decir, que Madeline no estaba sola en esa situación, muchos escritores son inquebrantables en cuanto a la fe que tienen a su vocación y obra. Madeline finalizó el párrafo anterior haciendo alusión a esa primera invitación de peso. Sin embargo, silenciosamente, difiero de ella. Ella olvida, momentáneamente, que fue una de las participantes del V Encuentro Internacional de Escritoras que se dio en San Juan, organizado por Mairym Cruz Bernal en el 2003, evento que abrió puertas a otras oportunidades. Pero en el curso de nuestras conversaciones, recuerda… va recordando…

MM: “El primer libro Para no morir por segunda vez se presentó aquí en El Encuentro de Mujeres Escritoras que organizó Mairym en El Viejo San Juan. Para la ocasión Belia Segarra escribió una reseña impresionante, y mi libro se da a conocer gracias al tiempo que Belia me dedicó. Y ese evento fue importante porque me volví a encontrar con una serie de mujeres poetas que nos habíamos conocido en los 80’s, como Maribel Sánchez, la propia Belia Segarra, y de ahí fue que salió Poetas sin tregua: compilación de poetas puertorriqueñas de la generación del 80. Tengo que reconocer que esa antología tiene un pequeño desperfecto y es que el libro no tiene número de serie (isbn). Faltaría sacar una nueva edición subsanando eso porque es importante el número de serie para la circulación adecuada del mismo. Además Maribel tiene la inquietud de continuar el proyecto porque siempre pregunta acerca de la cantidad de escritoras de la generación del 80 que están regadas por el mundo. Sin lugar a dudas esa antología necesita tener continuidad.”

Le digo a Madeline que me hable de gente importante en su trayectoria. Y sin pensarlo menciona el nombre de una escritora que dirigió el Pen Club de Puerto Rico durante los años de 1989 a 1991. Poeta y narradora que reside parte del año en Puerto Rico, parte del año en Nueva York. Más adelante me habla de Ángel Matos, editor de la publicación cibernética En la orilla y de la generación de escritores que emerge después de los 80’s.

MM: “Hay otra persona importante que me ha acompañado casi 30 años de mi vida que es María Arrillaga. Ella hizo un taller en los 80’s y luego me la encuentro cuando yo estaba embarazada, en una de las calles de Manhattan. Ella me invitó al Pen Club de Nueva York, allá estaba Carmen Valle, Anita Vélez Mitchell, una señora que fue bailarina y que escribe en ambos idiomas. Es curioso porque a veces éramos la única presencia hispana en el Pen de  Nueva York. Y pues, María también me metió en ese mundo. En Puerto Rico ella había sido mi profesora de taller en 1981, taller del cual salió una antología. Para ese tiempo ella era profesora de la universidad. En esa antología están incluidos tambien Daniel Torres y Edgardo Nieves Mieles, entre otros. Esa antología hay que mencionarla como trabajo de reseña histórica.”
“Estaba hablando con Vanessa Droz, acerca de que en los actos de generosidad más grande que yo he visto en mi vida no ha habido un solo hombre, con muy pocas excepciones y entre ellas tengo que mencionar a Ángel Matos. Ángel Matos fue la persona que durante los 90’s, después que naciera mi hija en el 95, dedicó unas líneas a mi obra en un artículo. En cierta forma yo había sentido, por otro lado, que la generación del 80 me había borrado del mapa. Aún cuando muchos de sus integrantes estudiaron en Stony Brook University, donde yo hacía el doctorado. Incluso, allí hubo publicaciones en las que fui publicada junto a ellos. Había publicado también en Puerto Rico con ellos. Por lo que no me explicaba tanta amnesia. Por eso tengo que señalar que la generosidad siempre me la he encontrado de parte de mujeres, y de hombres muy afeminados en su forma de amar y de querer y de ver el mundo. Ángel Matos me abrió las puertas y me invitó a leer. Me buscó a mi casa y con él caminé y leí en diferentes lugares. Cuando nadie me conocía la generosidad de Ángel me abrió puertas.”
“Quisiera recordar quien me dijo que tenía mucha fe en la gente joven que se fue desarrollando durante los 90’s, me dijo que sentía que a diferencia de las antiguas generaciones literarias en Puerto Rico, que se caracterizaban por ser una claque cerrada, elitista, incluso mezquina en cuanto a ciertas dinámicas de exclusión, ésta, por el contrario, no parecía padecer del síndrome de mi generación ni de las anteriores. O sea, estoy hablando de la generación que vino después de mí, a la que pertenece Ángel Matos, Kattia Chico y otra gente se ha caracterizado por ser más generosa, más libre y más abiertas. No estoy diciendo que no tienen defectos de otro tipo, pero sí que se han caracterizado por romper una tradición de falta de generosidad cuando, por ejemplo, leen la obra de otros y comentan cualquier aspecto de tu trabajo, aunque el comentario se trate de una sugerencia crítica. Tuvimos que esperar casi medio siglo, medio siglo en el que apenas hubo apertura, para que llegara gente así de linda. Es como el open mic que se da en el Puertorrican Poets Café. Es una forma de democratización que rescata posibilidades y aperturas que antes no existían.”

En otra de las ocasiones que converso con Madeline, reincidimos en el Viejo San Juan, pero esta vez estamos sentados en una zona aledaña y amurallada al Fuerte San Cristóbal. A nuestra derecha hay una especie de sesión fotográfica con una pareja de recién casados. Al fondo está La Perla, el cementerio Santa María Magdalena Pazzis y El Morro. La noche anterior había saludado a Madeline durante la entrega de premios del Pen Club de Puerto Rico. Ella viajó desde Nueva York para recibir el Premio Nacional de Poesía por su libro Leche. Sí, se trataba del mismo libro que había mencionado anteriormente y del cual había extraído algunas piezas para incluirlas en De toros y estrellas. Mientras agradecía el premio ella lucía satisfecha pero, a la vez, algo cansada. Creo que había llegado al evento directamente del aeropuerto, si no me equivoco.  Y venía con muchos planes de los que me quería hablar, pero durante esa tarde siguiente, en cambio, me concentré en formularle preguntas acerca del libro premiado, Leche.

MM: “Fue un libro que empecé a escribir cuando estaba embarazada, en 1994. Imagínate la emoción ahora que mi hija tiene 15 años. Leche es como una re-escritura de los significados que otorga una nueva vida, escribí algo que hacía referencia al proceso de maternidad, con cierta poesía mística y una visión de eroticidad. Y mandé ese libro a muchas editoriales de Latinoamérica. La negativa que dio la única editorial que contestó hizo que cambiara el título. Porque sentí que la mayoría de los hombres que dirigen esas casas editoriales vieron la palabra “nanas” y se espantaron. Recuerda que el título original era Nanas por la ciudad letrada. Estoy segura que no se dignaron tan siquiera a abrirlo porque el título decía “nanas”. Y decir, además, Alphabet City en inglés, que era el lugar real al que yo me refería, ya por traer una frase al inglés en el mundo hispanófilo, que padece de fobias con cualquier combinación bilingüe, era riesgoso. Entonces me planteé los peligros de una escritura de mujeres sobre mujeres, y acerca de discursos que tienen que ver con la maternidad. Y siendo la poesía el patito feo de la literatura, y cuando es además escrito por mujeres aquello se convertía en un embudo dentro de otro embudo y si finalmente digo “nanas”, me pregunté ¿qué posibilidades tiene este libro? Entonces consideré más seriamente ciertos tipos de estrategias para la escritura. Y lo que se me ocurrió fue ponerle como título la palabra Leche, que causaba en el lector toda esa ambigüedad, por que de antemano no podían saber de qué leche se hablaba en el libro y de esa manera, por lo menos, tenían que abrirlo. Y es gracioso porque hasta el día de hoy me preguntan: “¿Y qué usted quiere decir con eso?” “¿Y de qué se trata su libro?”, y yo digo: “Pues, de leches”. Por eso este libro se llama Leche, y en sus páginas hay poemas que yo amo y que están dedicados a mi hija. Leche lo patrocinó un mecenas a cambio de que hiciera una traducción para la Colección Bilingüa en Argentina. Esperemos que cuando yo le diga al editor que el libro recibió un Premio Nacional del Pen Club se compadezca en contestar correos.”

Y añadió acerca de la dinámica de los editores. Con cierto coraje contenido en su expresión, tono que comprendo pues con los años he aprendido que cada uno de los integrantes de la industria del libro, comenzando por los propios escritores y pasando por editores, libreros, y los que se desempeñan como agentes literarios o realizan tareas de distribución, todos y cada uno de ellos tienen sus vicios y malas mañas.

MM: “Es difícil bregar con el mundo de los editores, con el mundo de la invisibilidad, porque da la impresión que hay tanto chauvinismo y tantas conquistas, tantos molinos de vientos que son gigantes, que uno no sabe ni de que están hecho. Pero están ahí y hay que lidiar con una dinámica compleja. Con un libro publicado no se tiene nada garantizado. Es un acto de fe. Es bien difícil bregar con editores porque aunque ellos te publiquen es raro que asuman una responsabilidad real contigo. No pasa eso. Es como que ellos cumplieron sacando el libro y tú te encargas y defiendes como puedas.”

En la selección que suelo realizar al final de cada año, acerca de mis recomendaciones sobre aquellos libros producidos por escritores boricuas, que cumplen criterios de excelencia y creatividad en sus propuestas, incluí a Noches de Cornelia en la categoría de antologías publicadas. Madeline me habló con lujo de detalles acerca de esta experiencia como editora de una antología bilingüe.

MM: “Un día una de mis estudiantes, periodista como tú, que es además escritora, me llama y me dice que conoce al poeta Ángelo Verga, curador de lecturas en el Cornelia Street Café, que estaba interesado en hacer algo con grupos alternativos para la población de ese café tan maravilloso, tan bohemio, que tiene una tradición de casi 30 años de eventos en los que siempre han participado músicos y poetas. Es un sótano de un restaurante, iluminado un poquito, algo oscuro, con velas, vinitos, muy íntimo. No es el mainstream, pero es un lugar que mantiene un ambiente muy mágico, con poesía y después música. Entonces esta estudiante me contactó con Verga que me habló de su propuesta y dije que sí, que me interesaba. Ángelo me había dado el visto bueno para salirme del formato original y de esa forma pude traer poetas de variadas nacionalidades y lenguas. Cornelia Street Café se llenó de tantos poetas maravillosos que comenzaron a pasar por ahí. Han estado Etnairis Rivera, Daniel Tevini, Mairym Cruz Bernal, ha estado Emilce Strucchi, han estado tantos poetas importantes. Y después trabajé en esa edición bilingüe que incluyó algunos de los poetas que participaron en Noches de Cornelia. El trabajo fue de meses, 8 horas cada día, trabajando con una meticulosidad, codo a codo. Debo reconocer algo del editor, estuvimos mandándonos correos electrónicos durante meses, trabajando a capacidad completa, y él no me protestaba por las correcciones. Y todos los días había correcciones y correcciones, porque eso no saldría hasta que no estuviera al nivel que yo quería. Todo estaba claro: él no sacaría el libro hasta que yo le dijera que estaba listo para imprimirse, y él no nunca me protestó. Quizás debía protestar allá y a lo mejor me quería comer viva pero nunca me dijo ‘ya está bueno’, y reconozco que mis estándares eran altos porque el trabajo de hacer una edición bilingüe es un trabajo brutal. Errores como que de repente se corrió el título a una página que no era. Errores como que se cortó un verso incorrectamente. Yo le mandaba el texto al poeta para que hiciera una revisión nueva y siempre salían defectos y defectos y defectos. Que el título no debía ir de esta forma. Y lo entiendo porque todo poeta hace una arquitectura de un poema y cuando se edita en libros que son de cierta anchura limitada hay problemas. Si la línea es larga o lo que sea, todo eso se trabajaba hasta que cada uno de ellos me dijeron: OK, OK. Esperar el OK y corregir todos los defectos que ellos empezaban a ver, incluso cuando alguna poeta quiso hacer cambios de contenido, yo no lo protesté ni el editor me protestó. Hasta ese tipo de cosas pudimos hacer. Yo puse el dinero para que la edición de Noches de Cornelia fuera posible.”

Para realizar este boletín dedicado a Madeline Millán repasé toda la obra que tenía disponible en mi biblioteca bajo su nombre. Por eso quiero incluir, más adelante, una muestra antológica de su obra en alguna edición de este boletín. Porque Madeline tiene cierta capacidad para no repetirse en ninguna de sus propuestas. En esos mismos días en que Leche era premiado Terranova Editores sacaba al mercado 365 esquinas, su libro más reciente. 365 esquinas tiene la liviandad y complejidad suficiente para colocarlo entre mis favoritos. Con cierto aire de nostalgia en las primeras páginas, y una poética sutil, disuelta en una prosa repleta en intertextualidades, 365 esquinas no cansa, no agota, es preciso, es raro. Es un libro del cual apenas se comentó algo, pero es un libro que hay que leer. Escuchemos lo que la propia Madeline tiene que decir acerca de su título más reciente con Terranova Editores.

MM: “El libro se llama 365 esquinas. Mezcla poesía con narración. Como dice Elidio (La Torre Lagares –editor de Terranova), algunos relatos son poemas y algunos poemas son como relatos. Es un libro muy híbrido. Y nace porque Mairym me dijo una vez, estando en mi casa en Nueva York: “Madeline, tienes que empezar a contar todas esas cosas que me cuentas acerca de tu vida.” Y gracias a que ella me animó dije: “Coño, voy a empezar.” Precisamente uno de los primeros relatos es con la palabra ‘coño’, acerca de un accidente que tuve con una carretilla, por el que me sacaron todos los dientes de leche y me partí la lengua. En esa época yo tenía cuatro años y no hablaba. Yo me crié con mi abuela y mi abuela decía que yo no decía nada. Y la primera palabra que dije fue coño.”
“Entonces lo que me ha gustado, que le comentaba hoy a Vanessa (Droz), es que para sorpresa mía, puedo recordar mi vida cuando era pequeña sin llorar, porque fue una vida que no fue un jardín de rosas. Sin embargo estoy feliz porque puedo hacer memoria y me puedo reír, o lo transformo en un acto de risa o de sonrisa. Y digo: ‘Que chévere, como me estoy sintiendo.’ Lo he transformado todo casi como lo hizo Edith Piaf. No me arrepiento de nada y, de alguna forma, estoy contenta. Sale algún tipo de alegría. Hay algo que aun siendo triste, de alguna forma, en el texto tiene una sonrisa. Y estoy escribiendo así. No te puedo decir que todos los textos van en esa dirección, pero me estaba riendo cuando los hacía y entre los recuerdos estaba saliendo mucho humor.”
“Este libro tiene un relato que yo adoro que es el de 365 puestas de sol, un relato que termina como una película y tiene al final la palabra ‘fin’, y todo lo que oímos y vemos del cuento termina en que es una película. Incluso los personajes se mandan a callar unos a otros al final: ‘Pero oye, no me has dejado ver la película.’ ‘No te has callado en toda la historia.’ ‘Ah, pero ya pronto se está acabando.’ Y al final todo el mundo recoge las sillas como cuando se veía el cine al aire libre, y se acaba la película porque llega la puesta del sol 365, 365 puestas del sol que es lo mismo que una salida del sol. Todo el mundo está confundido. Nadie sabe cuando sale o se pone el sol. Y de ahí sale. Yo siento que 365 esquinas no es un libro amargo. Me río, lloro, se mezclan todos los sentimientos. Todas las máscaras se mezclan.”
“Presenté 365 esquinas en España. Ese fue el libro que presenté en Huelva, y en facebook aparece cuando estoy con Uberto Stabile durante la presentación oficial. Leí algunas de las piezas a niños de escuela superior, y pasó algo bien cómico porque antes de contar el cuento les digo: ‘Yo quiero que ustedes juzguen si es ficción o es realidad.’  Hago el cuento y al final pregunto. Ellos me dicen ficción. No, les contesto, fue realidad. Y ahí todo el mundo muerto de la risa porque la historia que les había leído era la de una niña que come hormigas y ellos no se lo podían creer.”

Ese aroma a nostalgia que destila algunas de las 365 esquinas, sublima la tristeza con el lúdico juego de la memoria y, contrario a lo esperado, una sonrisa acude a los labios… La conjura del arte con la belleza hace alquimia. Por eso también la liviandad del texto. La sonrisa por la lágrima. La escritora recuerda su infancia…

MM: “Yo no conocí a mi papá. Mi madre tampoco conoció a su papá, ni mi abuela tampoco. Tres generaciones, un estilo de vida en el Caribe, donde es tan natural que las mujeres cojan a un hombre y después a otro. A mí nunca me hizo falta un papá, no me hizo falta pero después me doy cuenta que me faltan referencias para poder codificar la intríngulis mental y psicológica de los hombres. Yo no tenía referencias porque no tuve abuelo, no tuve tíos, no tuve primos. Y no tener esas referencias me puso en una situación de desventaja para jugar un juego de seducción, digamos. Porque crecí en una familia en la que éramos nosotras las que mandábamos. Nosotras, todas mujeres, las que decidíamos. Y por eso me sentía que estaba más perdida que un juey bizco. No sabía como eran las dinámicas de dar y tomar, de tomar y dar…” 

En el 2010, yo mismo fui partícipe del evento que Madeline Millán coordinó en diferentes partes de Puerto Rico, que intentaba llevar literatura y creación a niños de escasos recursos. En Piñones impartí un mini taller de cuento e imagen a los niños del sector. Entre las risas y el interés general de los pequeños participantes y sus familias, fui asistido en algún momento por la propia Madeline y el amigo Alejandro Román. Sé que otros escritores como el poeta John Torres y la narradora Yolanda Arroyo se sumaron al proyecto y ofrecieron de forma entusiasta y desprendida sus talleres en otros lugares. Eventos como este han tenido dignos precedentes con esfuerzos como los de Awilda Castro durante la pasada década y los eventos en torno al Festival Internacional de Poesía, evento que tiene como organizadores a Vicente Rodríguez Nietzche y los escritores vinculados al grupo Guajana. Esfuerzos que son genuinos y no pretenden lucrarse, a diferencia de ciertas excepciones que siempre circulan por ahí. Y aunque no hemos hablado de los libros inéditos de Madeline quiero dejar esta exploración por su ruta creativa en suspenso. No deseo agotar los temas, porque Madeline Millán, como señalé anteriormente, es una de las pocas creadoras que conozco que en cada propuesta se renueva y no se repite. Por eso prefiero, por ahora, quedarme con los ecos de las palabras que cristalizaban sus motivos para iniciar aquel proyecto en el que participé…

MM: “Quiero venir a mi barrio a trabajar, sola o acompañada. Por lo menos a mi barrio y a la Cacique Agüeybana que fue donde estudié. Recuerdo que fueron los estudiantes quienes decidimos el nombre de esa escuela. Mi clase fue la primera clase graduanda de una escuela que no tenía biblioteca. Y yo quiero volver allí porque la Cacique Agüeybana es la escuela típica de un barrio, como los que hay en muchos lugares de Puerto Rico. Quiero volver para dejar algo al lugar de donde yo salí.”