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miércoles, febrero 08, 2012

El erotismo es casualidad: Entrevista para Diálogo Digital



La palabra como un arma de sobrevivencia. Su afán por tocar la llaga la hace escribir. Nace de la rabia y del abandono de niña, una mujer que ha encontrado el erotismo por casualidad, por torpeza, por expresión, como medio y subsistencia. De pequeña, su maestra le arrancaba los papeles que escribía, sin pensar que esa misma tinta llegaría a ser la voz y las páginas de todos aquellos que no pueden escribir lo que hay detrás de su mordaza.  Esa misma creación literaria es la que, hoy día, consolida internacionalmente a la escritora puertorriqueña Yolanda Arroyo. Su libro “Caparazones” ya va por su tercera edición y será traducido al inglés.

 “Caparazones” es una novela que estuvo escribiendo por ocho meses y llevaba elaborando dos años en su mente. Un texto que, irónicamente, está inspirado por un libro de cuentos para niños. Confiesa que se quedó con ganas de decir más, de acabar lo inconcluso y que por eso, comenzó la novela.

 “El erotismo es casualidad. Yo no escribo de erotismo. Yo escribo de cosas que la gente no quiere escuchar”, dice la escritora tratando de definir su esencia literaria.  Escribe compulsoriamente. Dice levantarse como un resorte –aunque no ponga la alarma– a las tres de la mañana para comenzar a escribir.

“Para yo escribir una página, a veces, estoy toda la noche. Desde la una hasta las siete de la mañana”, confiesa. Escribe para sacarse el dolor de todos aquellos que la besaron, pero temblando. De esos besos que se dan cuando uno no siente nada, o los que se otorgan por obligación. Escribe y dice que su voz va metida en el dolor de sus amigos. “Somos tan creativos a la destrucción”, relata, mientras habla de marginaciones que siempre han existido en la sociedad. Está consciente del atrevimiento de su palabra, de las barreras con las que juega y se tambalea. Sus páginas son estrechez que toca tabúes. Pero más allá de la fuerza y la voz de la escritora, dice ser una narradora que casi siempre está temblando por dentro.

“El libro ‘Caparazones’ es para la gente que en un momento se pueda identificar con una historia de abandono”, indica, mientras relata la tragedia de los que se suicidan tras no poder lidiar con la soledad. “Es una historia para reflexionar sobre lo que se deja cuando se deja algo, sobre lo que se abandona cuando se abandona algo”, explica no sin antes revelar que fue abandonada por su madre desde pequeña.

Esta es su forma de desprenderse y ligarse a su pasado. De encontrarse y desencontrarse con ese propio abandono maternal que va incrustando entre sus historias, a pesar de la ausencia.
 Pero, ¿a quién salva esta literatura? ¿A quién llega? “Aunque ustedes no lo crean, esta visibilidad salva vidas”, le escribió un internauta de Reino Unido al leerla.  “Quisiera poder decidir dejar de escribir. Y creo que sin querer he caído en mi trampa porque me he enamorado mucho del proyecto de escritura”, dice,  reflexionando sobre su obsesión. Para Yolanda, escribir es la relación más larga, más satisfactoria y más romántica que he tenido en su vida, sólo secundario al parto de su hija. Admite que su prosa es para otros, pero que en realidad, es un proceso de auto entendimiento. “Me dolió saber que era parte de la especie humana, y que yo escribía de la especie humana”, concluye.

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