Como ejercicio
crítico, leer El mito de la mujer caribeña
y tratar de reseñarlo es una tarea
muy ardua y no podría circunscribirse a un escrito de espacio limitado. Sería sumamente difícil relatar en dos o tres
páginas un análisis completo de lo que
representa esta lectura, por lo que me concentraré en detalles puntuales a grosso modo. Iniciaré opinando sobre los
dos ensayos que para mí conforman el momento culminante de la lectura de El mito de la mujer caribeña: 1) Mujeres
garífunas ante la globalización: Discriminación y resistencia de Nuria Jiménez
García y 2) Esas pícaras de las negras y de las mulatas: El harem colonial
esclavista de Arlette Gautier.
El ensayo de Nuria Jiménez García me colocó de plano frente a un tema totalmente desconocido para mí, la existencia de las garífunas. El escrito de Arlette Gautier nos devela un cuadro radiográfico de la estructura de supervivencia de la negra del siglo XVII que «prefería el concubinato con los libres que con los esclavos, con la esperanza de de tener hijos libres», y el de las «pobres desdichadas luchando en contra de los deseos apasionados de sus amos».
Fragmento del ensayo: La creación de ficción desde el mito del Caribe
(Reflexiones sobre el libro El mito de la mujer caribeña)
Por Yolanda Arroyo Pizarro
Se ve sumamente interestante. Lo tomare en cuenta dentro de mis lecturas.
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