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lunes, julio 30, 2012

Entrevista a Yolanda Arroyo Pizarro en El Post Antillano

“Escribir con miedo es escribir con mediocridad.”
 

De voz profunda, sonrisa hermosamente contagiosa e intachable entereza, la escritora puertorriqueña Yolanda Arroyo Pizarro sentencia como un dardo certero en la palabra sobre el amor, la cotidianidad, la sexualidad, la negritud y el oficio de escritora. Y es que Yolanda es una mujer decidida, de una creatividad infinita que toma muy en serio la escritura y así como la lucha por las causas justas que, al fin de cuentas, son las necesarias. Sus novelas, libros de cuentos, ensayos y hasta su incursión en la poesía han sido aplaudidas y leídas con devoción ya de culto. ¿Y por qué? Solo tienen que leer alguna de sus novelas como Los documentados o Caparazones, para entender que Arroyo Pizarro es una de nuestras narradoras fundamentales de la literatura latinoamericana actual. También ha publicado los libros de cuentos: Origami de letras, Ojos de Luna, Historias para morderte mejor, Avalancha, entre otros. También ha publicado poesía y ensayo.

Conozco a Yolanda hace varios años como escritora y como amiga, y reconozco que una presentación enciclopédica no sería justa, pues es una mujer intensa, inteligente, con un sentido del humor mordaz, también cariñosa. Así decidí pedirle a ella misma que se presentara antes de comenzar la entrevista. Con su voz suave y convincente se autorretrata:

“Soy octubreriana, octubrerina, octubrina, octuberista. Celebro mi cumpleaños todos los meses, en día 29. Menstruo cabalgada en el asteroide b612 próximo a chocar con el planeta, cansada de injusticias, de exclusiones, harta de las diferencias—todas ellas inventadas. Por eso escribo. Susurro la palabra desosirio en la boca de El Principito. Un susurro-denuncia, como un grito que intenta convencer a otros de que mi enamoramiento por las letras viene por la vena de un diseño cuántico ancestral (muy mío), en donde los paralelos, los agujeros negros y las supernovas me dan el perfecto derecho de besar la boca de hombres y mujeres, parir criaturas con vulva desde mi vulva, y tararear a Calle 13: sentir encima de mis muslos, el clima de tus nalgas frías.” (Y. Arroyo Pizarro)

Ana María Fuster: Me parece que la llamada igualdad entre hombre-mujer dista mucho de haberse alcanzado. Siendo una de nuestras escritoras latinoamericanas más prolíficas, ¿cómo sitúas la posición de la mujer en el mundo literario actual?

Yolanda Arroyo Pizarro: “La posición de la mujer en el mundo literario actual está estrictamente relacionada con la posición de la mujer en el mundo actual. Basta con comparar los adelantos o atrasos que se han realizado en torno a nuestros derechos y privilegios a nivel antropológico, social y cívico para tener un panorama que dialogue más o menos con nuestros propios logros en aspecto literario. Participamos de colectividades en las que se nos permite escribir, tomar partido del entorno cultural y hasta aportar pensamiento crítico como si fuéramos un exceso exótico, mientras se cantan de ser las sociedades más avanzadas y equitativas. A la vez, y todavía en este tiempo, tenemos escritoras y artistas que constantemente retan el establishment con sus posturas y son tildadas de disidentes, revoltosas o incluso pagan con su vida ese desafío constante a la hegemonía. Basta con hacer un google search sobre escritoras censuradas, excomulgadas o expatriadas y se corrobora de inmediato esto que explico. Lo peor es que se da en lugares en donde se les aplaude y vitorea a los hombres que hacen exactamente lo mismo con su escritura o arte. Los adelantos de las luchas de género son una ilusión óptica que se alimentan del mass media y las redes sociales. Ha habido poco, poquísimo progreso y la estrategia de hacernos creer que ese progreso es abundante tiene el propósito de anestesiarnos. La escritora Rosario Ferré dijo en una ocasión: “Las escritoras de hoy saben que si desean llegar a ser buenas escritoras, tendrán que ser mujeres antes que nada, porque en el arte la autenticidad lo es todo”. Esto lo dijo refiriéndose al discurso de la voz desde lo femenino, y no como un intento de escritura de mujeres que emule la del varón o que neutralice el género. Me encantaría que más escritoras de mi tierra hicieran caso a esas palabras. Creo que la búsqueda de equidad, con relación a la posición de la mujer en el mundo literario actual sería más viable.”

AMF: Y es que nos están dividiendo en grupos constantemente, nos señalan por ser mujeres, por cómo amamos, por cómo es nuestra piel. ¿Qué nos comentas sobre el tema de la negritud, presente en tu obra y en tus recientes ponencias públicas?

YAP: “Te cuento que poco me ha sorprendido darme cuenta que desde que nací soy negra. Por otro lado, lo que sí me ha sorprendido mucho es el grado tan alto de elucubración morbosa que el asunto aún convoca. Es decir, tendrías que ver la cantidad de gente que a diario me dice: “wow, tan bien que escribes y eres negra”, o “tan inteligente y negra”, o “me encanta que seas escritora, lesbiana y negra” como si la combinación jamás hubiese tenido lugar nunca antes en la historia. Todos esos comentarios y el nivel de exotismo que se le adjudica al hecho del color de piel dan al asunto cierto grado de morbo. Si yo no tuviera tanta autoestima, me sentiría un collector ítem. Qué te digo, da pena saber que una ha llegado a los 41 años y que aún el mundo enarbola ese discurso tan prejuiciado. La negritud es negritud, hoy por hoy, precisamente porque Puerto Rico se resiste a ella, y ni hablar del resto del mundo. No existiría defensa de la negritud si no hubiera que defenderla. Es sencillamente vergonzoso. Pero más vergonzoso es escuchar a intelectuales y gente con capacidad de un pensamiento crítico más profundo decir que no hace falta esa defensa, o que activar esa defensa es demostrar que nosotros, “los negros que denunciamos” somos acomplejados. O lo que es peor, atestiguar cuando otro escritor nuestro te dice que el tema aburre, que está superado, que tocarlo es un atraso.”

Leer entrevista completa en http://www.elpostantillano.com/pagina-0/critica-literaria/2306-ana-maria-fuster-lavin.html

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