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sábado, noviembre 17, 2012
Breves en la cartografía cultural: Yolanda Arroyo Pizarro denuncia y reta
Breves en la cartografía cultural: Yolanda Arroyo Pizarro denuncia y reta
por Carlos Esteban Cana
Especial para El Post Antillano
http://www.elpostantillano.com/cultura/3550-carlos-esteban-cana.html
La pasada semana, la escritora Yolanda Arroyo Pizarro, en un artículo publicado en su bitácora ‘Boreales’ y difundido en redes sociales, titulado Sobre reseña y crítica literaria en Puerto Rico: la invitación, denuncia la pobre cobertura que tiene la literatura puertorriqueña en la sección de libros del periódico El Nuevo Día. Apunta Arroyo Pizarro: “Los autores puertorriqueños brillan por su ausencia, ni hablar de los autores puertorriqueños contemporáneos, aquellas huestes de escritores actuales que militan en el 100x35 y que publican sus libros con múltiples sacrificios para tratar de llamar la atención de la opinión pública lectora. Imagino la cara de estreñimiento apalabrado de todos ellos cuando abren los domingos en la mañana, […] y se encuentran con que el 90% de los textos que se incluyen en la periferia de la “ínsula hirsuta” (dos páginas) reseñan a autores de España, Alemania, Francia y demás países exóticamente etcéteras en vez de a las publicaciones boricuas.”
Palabras de Pizarro que encarnan la manifestación más reciente de un problema viejo, añejo, en un diario que dice promover la literatura boricua mediante tales espacios o certámenes. Y esto sucede incluso en otros medios boricuas, como la televisión y la radio, que deberían dedicar mayor espacio a nuestra literatura, particularmente canales como el Canal 6, que han tenido producciones excelentes como En la Punta de la Lengua, Cultura Viva, De Pura Cepa, o los programas de radio del periodista cultural Jesús Vera Irrizarry. Me atrevería a señalar que hoy son algunas producciones de Radio Universidad de Puerto Rico, particularmente Piedra, Papel y Tijera, las que verdaderamente ofrecen al radioescucha lo que está sucediendo en el panorama actual de la literatura boricua.
Es de admirar, por otro lado, esta iniciativa de Yolanda Arroyo Pizarro, pues ella es de las escritoras que ha recibido reseñas en El Nuevo Día; ineludiblemente la calidad consecuente de su obra ha determinado lo anterior. En el artículo al que aludo de Yolanda, la autora no se conforma con hacer la denuncia, también lanza un reto: “Propongo que, en represalia, en protesta y para llevar la contraria, y para demostrar con acciones que esta gesta es posible, cada uno de quienes tienen blogs, o que manejen Notas en Facebook, o que posean páginas de internet, le dediquen una vez a la semana un espacio serio de reseña o crítica literaria a uno o más textos de escritores de Puerto Rico,” y en esa misma dirección la autora de Ojos de luna y Avalancha, añade: “Y no me vengan con que usted no es crítico, que se siente incapaz de hacerlo, que no está preparado. Si lee, y entiende lo que lee, puede recomendar un libro, que al final es de lo que se trata. Puede hablar de lo que le gustó del texto, y si quiere, y se atreve, de lo que no le gustó, pero esto tampoco es obligatorio. Decida usted lo que quiera recomendar, decida usted cómo lo quiere hacer. Decida usted el tono, la extensión, el tema. Pero hágalo. Tome partido. Involúcrese. Sea usted el cambio que desea ver en el mundo literario del país (refraseando a Ghandi)”.
Escribir literatura en Puerto Rico y hacer gestión cultural, es una experiencia que difiere a la que sucede en otros países, por lo anterior, ese llamado a la pluralidad de voces –llamado en el que también he intentado poner mi grano de arena desde que la pasión literaria me convocó- nutre y fortalece el diálogo crítico, necesario en todos los órdenes de la industria del libro en Puerto Rico.
En este punto dejo esta breve reflexión, no sin antes felicitar a Yolanda Arroyo Pizarro por este nuevo llamado. También recomiendo a la Junta del Pen Club de Puerto Rico, que tal como lo realizó en el pasado Nilita Vientós, soliciten un espacio semanal en la Corporación de Puerto Rico para la Difusión Pública, para que extiendan su valioso servicio a los escritores a través de las ondas radiales y televisivas. Nada se pierde con intentar.
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