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domingo, octubre 19, 2014

Raíz y herencia africana 2014 celebradas en Caguas




Ayer celebramos la actividad ‘Raíz y herencia africana’ en el Jardín Botánico de la ciudad de Caguas. Allí estuve compartiendo con los escritores Benito Masso y Gloriann Sacha Antonetty.  Compartimos nuestras razones para escribir los libros de cada uno, y leímos algunos de los poemas y fragmentos de nuestros textos acompañados por toques de tambor en homenaje a la celebración de la herencia africana. Al final de la jornada, el público nos hizo preguntas y compartió anecdotas.

Una de las cosas que más llamó mi atención del libro “Negro: este color que me queda bonito” de Benito Masso, es cuando él indica:

“A cada persona negra, mulata, blanca o amarilla le corresponde buscarse, encontrarse, rediseñarse conforme a la persona que quiere ser, y es esa, a mi entender, una de las fórmulas para nosotros los negros poder salir de la opresión de afuera y la de adentro”.

No había tenido oportunidad de reseñar el libro “Negro: este color que me queda bonito” de Benito pero aprovecho e incluyo en esta nota, que es uno de mis libros favoritos. Inicié su lectura en un viaje que di a Atlanta en junio de 2014. Luego en diversos momentos mientras estaba en la isla, iba a la playa, visitaba a mis parientes en el área oeste, en el pueblo de San Germán y tuve la oportunidad de completar la lectura del mismo. El texto es en sí una autoetnografía, memorias de vivencias y el proceso de sanación por el que el autor pasó como un hombre negro.

Conozco a Benito, es un hombre culto, amable, y dedicado que se ha puesto como meta ser un estudiante de la vida a eternidad. Por ejemplo, tiene a su haber entre sus logros profesionales haber estado trabajando de contable autorizado CPA durante muchos años. Luego se dispuso y estudió psicología. Él mismo lo dice en las páginas finales del libro, en el epílogo:  “Como psicólogo puedo entender por qué uno reprime el miedo y rechaza su propia realidad, especialmente cuando ésta se percibe y se vive como una situación dolorosa. Por un lado lo hacemos por el miedo a confirmar que nos habrán de rechazar por el mero hecho de ser negros y negras. Por otro lado queremos evitar más dolor y nos refugiamos en la negación o en los cuentos como estrategias de protección. Lo insólito y real del caso es que ni el miedo, ni en el dolor, ni la angustia o el coraje desaparecen por el simple hecho de crear un cuento mental que nos permita enajenarlos.”

Me impresionó que en sus páginas principales el autor nos informa: “Cuando digo que aún me estoy curando, me refiero a que la curación implica haberme recuperado totalmente de la condición, y eso todavía no ha ocurrido.” Él se refiere a sus experiencias de dolor y coraje al estar expuesto directamente a diferentes instancias de racismo. En estas páginas el autor nos cuenta que el verse a sí mismo como lo percibe y lo trata aquel que lo rechaza por ser negro, ha sido dolorosísimo. Por consiguiente la persona que sufre de esta condición se siente como lo ve el otro. Allí nos contó frente a todos, celebrando en el Jardín Botánico de Caguas, que se sintió feo, bruto, apestoso, marginado, rechazado e incompetente. Hubo momentos en que uno se siente incapaz de superarse, confesó con candidez.



A medida que nos profundizamos en la lectura de su libro, nos damos cuenta que el mero ejercicio de haber creado un texto como este ha sido uno de los mejores pasos que ha tomado el autor para sanar. De hecho, en una de las partes él nos dice: “la salvación de mi condición de racismo internalizado se produjo como resultado de haber decidido explorar mi vida intensamente desde el año 1985 hasta el 1988, justo después de mi segundo divorcio. Me entregué de forma intensa a un proceso terapéutico a través de técnicas como la introspección, la reflexión, la consejería espiritual, los talleres de transformación personal, la oración, las lecturas bíblicas, el estudio y la aplicación de la metafísica.”

Durante su compartir en el evento, Benito indicó que de chico unos muchachitos blancos del barrio, de su misma edad, le cantaba lo siguiente: “negrito carabalí, tú comes mierda y yo maní”. Masso también nos contó que tenía nueve años cuando sucedió esto y que este fue el inicio que marcó una serie consistente de acciones racistas en su contra. También nos compartió que cuando se mudó a los Estados Unidos, cerca del lugar donde estudiaba intentó ir infructuosamente a varias barberías. En ellas los barberos le indicaban que no sabían manejar su pelo malo.

Las expresiones y valentía de Benito Masso lograron aplausos y vítores del público.



Por su parte, Gloriann Sacha Antonetty es la menor de los tres autores. Fue criada en Carolina. Es comunicadora y actualmente trabaja como directora de comunicaciones. También es profesora de la Universidad del Sagrado Corazón. Formó parte de un colectivo que al cabo del tiempo publicó una antología. En esa antología se incluye por primera vez el cuento “Loca de amor por el ahogado” que es un homenaje al cuento “El ahogado más hermoso del mundo” de Gabriel García Márquez. El texto comienza con una muchacha cuyo nombre es Blanca. Desde el mismo inicio, con el nombre y los significados meta literarios y meta cognitivos que se desprenden de él, se nos muestra que hay un elemento racial que se va a desarrollar a través de la historia. En efecto, la autora hace referencia a los dioses yorubas, Yemayá, a los juegos de caracoles, y a los rituales de baño de cadáveres una vez encontrados a orillas de alguna playa. Es un texto que le ha merecido muchos reconocimientos y que de hecho está incluido en la antología puertorriqueña Palenque de temática negrista, antirracista africanista y afro descendiente.

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