Páginas

domingo, octubre 19, 2014

Un odio antiguo: La violencia de género y el género de la violencia: Mesa en el Festival de la Palabra de Puerto Rico 2014


Fotos: Zulma Oliveras Vega


RESEÑA EL NUEVO DÍA, Domingo 19 de octubre de 2014:

"¿Reflexionan los literatos, al momento de escribir, sobre cómo la manera en que abordan la violencia repercute en la filosofía de vida de sus lectores? ¿Les interesa educar? O, en cambio, ¿moldean sus obras con los elementos que funcionan para el desarrollo de la historia que quieren contar, aunque eso signifique reproducir a través de sus personajes patrones de conducta que en la vida real repudian?

Estas interrogantes fueron el centro del debate “Un odio antiguo: La violencia de género y el género de la violencia”, efectuado este sábado en el Paseo de la Princesa como parte del Festival de la Palabra 2014. Los autores puertorriqueños Yolanda Arroyo Pizarro y David Caleb Acevedo aka Elijah Snow, junto al escritor peruano Jorge Eduardo Benavides, compartieron sus experiencias con franqueza y dejaron sobre la mesa preguntas sin respuestas. A fin de cuentas, el proceso de escribir es individual, aparte de que la intención varía de texto en texto. Aunque el debate estaba supuesto a girar en torno a la violencia de género, con énfasis en el abuso hacia las mujeres, los panelistas se expresaron sobre manifestaciones violentas variadas, entre las que se cuentan el discrimen por raza y orientación sexual.

“Luego de que estoy en ese trance y he descargado la escena... y está puesto en el papel, me he preguntado: ¿deberé colocar esta escena? ¿Aportaré algo a la cadena de violencia? ¿Esto va a acabar? Y veo a los (escritores) más conservadores que no las ponen y pienso que eso es enajenación, como si esas situaciones (de violencia) no estuvieran pasando”, reflexionó Arroyo Pizarro, autora de la novela Las negras. “Es una dicotomía con la que constantemente lucho”, aseveró.

En Las negras, la escritora da voz a las mujeres esclavas -retratando los abusos a los que fueron sometidas y cómo prestaron resistencia- porque “la historia patriarcal lo que nos ha dicho es lo que hicieron los cimarrones”. Benavides, que tiene en su haber los títulos Un millón de soles, La noche de Morgana y Los años inútiles, trajo el elemento de intención.

“¿Qué es lo que prevalece: el mensaje que quiero dar o lo que yo quiero contar para mi historia? Si tengo un villano, ¿lo tengo que humanizar? ¿En función de qué mis personajes son como son?”, cuestionó. Arroyo Pizarro prosiguió con la interrogante continua. “Entonces, ¿cuál es el mensaje?, ¿qué es lo que uno quiere decir?”.

Respecto al asunto de humanizar a un personaje, David Caleb Acevedo confesó que en su novela El Oneronauta quitó una escena violenta de una madre contra su hijo -que están basados en él y su progenitora- para evitar que los lectores  demonizaran más a la mujer. En su lugar, decidió darle “el mayor potencial de humanidad”. Durante el intercambio, los escritores se plantearon la posibilidad de que sus textos propicien cambios de conductas en las personas que los leen.
“¿Y si no cambian las cosas?”, preguntó Arroyo Pizarro. “Si el texto no cambia el mundo, uno cambia a uno”, respondió Acevedo." — Festival de la Palabra

Enlace:
http://www.elnuevodia.com/festivaldelapalabraparatodoslosgustos-1875671.html

No hay comentarios.:

Publicar un comentario