Serie narradoras puertorriqueñas: Esther Andrade y la vida desordenadamente bella
Cómo escribí mi cuento favorito
Especial para Boreales de Yolanda Arroyo Pizarro
El
alambrista
(Cronoscopio,
2014)
Sentado
en la silla habitual, mantiene la postura, evitando que su espalda sea presa de
los tres barrotes verticales del respaldo.
Las manos descansan sobre sus muslos y los pies descalzos tocan el piso
frío. Con los ojos cerrados, inicia una conexión entre su
cuerpo y su mente. Inhala y exhala
lentamente en tres ocasiones. Humedece
los labios y, al mismo tiempo, extiende los brazos equilibrando el peso
espiritual.
La
ventana exhibe un día soleado y de pocas nubes, clima propicio para la hazaña
de cruzar la cuerda floja hacia el edificio contiguo. La distancia aproximada consiste de veinte
años de matrimonio, quince meses desvelados, ocho tipos de pastillas, treinta
visitas al psiquiatra y un corazón roto.
Es la primera vez que debe hacer este acto, pero aun así, se levanta y
camina hacia su reto…
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Mientras escribo, siento que se posa
una pequeña barbilla sobre mi hombro. Al compás de cada tecleo, la voz que
acompaña al rostro a quien le pertenece esa barbilla, me susurra al oído lo que
voy escribiendo. Luego me pregunta el
significado de cada palabra.
Justo
cuando creo que he terminado, otro rostro de ojos enormes, observa con
detenimiento todo el escrito y analiza. Miro
como arruga y mueve los labios, al mismo tiempo que coloca el dedo índice en la
cien y el pulgar en la barbilla. Me mira
y dice: “mami ¿qué locura escribes ahora?” Así, más o menos, comienza y
termina, el proceso creativo de mis cuentos.
Mis hijos los editores (no oficiales).
El
Alambrista es un cuento que escribí en medio de uno de esos
momentos en mi vida, desordenadamente
bella. No sé si fueron los condimentos, o
el afán de hacer más de una tarea, los
cómplices de escribir acerca de un funámbulo despechado, solo sé que es uno de
mis cuentos preferidos.
Desarrolle
el tema pensando en el reto que representa superar el despego emocional de una
relación, y que me mejor comparación que una cuerda floja. Me gusta escribir de temas cotidianos
dándoles un toque inesperado. Intento
que la narración, los lugares y los personajes sean sencillos. Me inclino por
los cuentos cortos, aunque me encantaría, eventualmente, desarrollar un tema y
escribir una novela.
Escribes tal y como eres, con ese realce que sólo pueden irradiar las personas genuinas. Por eso somos muchos los que te queremos y celebramos tus logros como si fuesen nuestros. ¡Éxito Esther!
ResponderBorrar-Daritza