El Cáliz de la nueva literatura Puertorriqueña (Parte I)
Serie de opiniones sobre el Arte de escribir
Por Yolanda Arroyo Pizarro
Por estos días estoy celebrando mi onomástico. Todavía me faltan cuatro añitos para llegar a los cuarenta y dicen las malas lenguas que aún provoco fuertes pasiones por ahí entre los afectos que me rodean, así que tan mal no me va. Sin embargo, siempre que cumplo años la depresión llega acompañada de reflexiones sobre la vida, sobre lo que escribo, sobre lo que leo, sobre el curso que sigue mi existencia.
Es imperioso para mí saber hacia donde se dirige la literatura de mi país. Leer a los clásicos que la instauraron y seguirles la pista a las nuevas corrientes. Nutrirme del néctar de los nuevos escritores, de sus opiniones, de sus ideas progresistas y vanguardistas. Eso quiero y se vuelve toda una necesidad para mis sentidos. Ellos son el cáliz de la perpetuidad literaria de la tierra que piso, que me ve caminar ansiosa, que me ve llorar bajo la lluvia, que me ve reír sobre algún montículo. Ellos son mi engranaje, en ocasiones mi plato principal o mi postre. Así que a ellos he ido para saber, para curiosear, para averiguar. Quiero saciarme de lo que tienen que decir.
La faena la comencé el año pasado, con el artículo que publiqué en agosto del 2005 titulado “Opiniones sobre el arte de escribir”, en donde respetados colegas me obsequiaron sus pareceres. Entre ellos figuraron Lourdes Marie López, escritora del foro virtual Tallercuento de Ciudadseva.com, el amigo José Borges, talentoso narrador quien se encuentra culminando su Maestría en Creación Literaria y la extraordinaria historiadora, editora, prosista y quien dicho sea de paso, es mi marida de letras, Alma Rivera Collazo.
En esta ocasión he querido ampliar la mesa de discusión, así que he invitado a otros colegas del patio para que me conduzcan sobre sus veredictos en esto de sentarse a tomar el dictado literario.
Las tres preguntas que les hice, son las mismas tres que hice el año pasado:
1. ¿Por qué escribes?
2. ¿Qué papel juega la imaginación en la tarea y en la vida de un escritor?
3. ¿Se le pueden agotar los temas a un escritor?
Estas son sus respuestas:
Mariángel Díaz Bergnes
1. ¿POR QUÉ ESCRIBES?
Porque me divierte y me siento libre. Porque entiendo que tengo el don de reinventar la vida y las experiencias que conozco para convertirlas en un suceso literario entretenido, fácil de leer y de entender, cautivando al lector o lectora desde la primera frase hasta la última. Para romper esquemas, los míos y los ajenos.
Escribo para abrir surcos intelectuales que nos enfrenten a una justicia planetaria y nos muevan lo suficiente para querer representar dicha justicia donde quiera que vayamos, para que nuestra fragancia como seres humanos sea esa justicia y la libertad que ésta representa. Escribo porque creo firmemente en la libertad como un valor innegociable.
2. ¿QUÉ PAPEL JUEGA LA IMAGINACIÓN EN LA TAREA Y EN LA VIDA DE UN ESCRITOR?
La imaginación me ayuda en el reinventar la realidad para convertir lo escrito en un suceso verosímil que mueva y conmueva a quien me lea, con la tácita intención de arañarle su conciencia social, tocar sus fibras emocionales o sencillamente entretener a través de un relato que le haga reaccionar más allá de sus prejuicios y su realidad inmediata.
3. ¿SE LE PUEDEN AGOTAR LOS TEMAS A UN ESCRITOR?
Nunca. Los temas son inagotables. Los temas son la vida entera que nos acompaña.
Isaac Cazorla
1. ¿POR QUÉ ESCRIBES?
Escribo por diversas razones. Hoy no creo saberlas todas: algunas aparecen y desaparecen de un día para otro. Pero, por mencionar la más recurrente, diré que escribo porque escribir es un placer.
2. ¿QUÉ PAPEL JUEGA LA IMAGINACIÓN EN LA TAREA Y EN LA VIDA DE UN ESCRITOR?
Creo que la importancia de la imaginación en la tarea del escritor depende de cada escritor (y de cada escrito). Hay otros oficios –algunos no muy lejanos- que requieren más de la imaginación que la literatura. Uno puede escribir un cuento –por ejemplo- sin mucha imaginación, basándose en una experiencia vivida o contemplada. El historiador en cambio, no puede reconstruir un contexto sin imaginación. El científico no puede resolver una fórmula sin imaginación. El abogado no puede presentar un caso sin imaginación, el arquitecto no puede diseñar un edificio sin imaginación, el ingeniero no puede planificar un puente sin imaginación. El escritor, en cambio, utiliza la imaginación para subvertir la realidad si –y sólo si- desea hacerlo. En este caso se convierte en un instrumento importante para su tarea.
Sin embargo es en la vida –y no en el oficio- en donde la imaginación cobra una importancia vital. Creo que no es posible vivir sin imaginación en tanto las personas nos dirigimos sólo hacia aquello que imaginamos: todo futuro, por inasible, pertenece al mundo imaginario. El día que está por comenzar, el ascenso laboral, el café de las tres, el siguiente beso, la próxima sábana fresca y hasta el propio epitafio o la herencia que dejaremos (o que vamos a cobrar) –por ejemplo- pueblan el mundo imaginario por el que todos vivimos. Sin imaginar algo, no nos atreveríamos a despertar.
3. ¿SE LE PUEDEN AGOTAR LOS TEMAS A UN ESCRITOR?
No creo que los temas puedan agotarse (porque no se agota el color al cerrar los ojos o no se agota la música al taparse los oídos). Pero sí creo que puede agotarse el escritor. Cuestión de descansar …o de olvidarlo.
Hola, Yolanda. Estye trabajo me luce muy interesante. ¿Me autorizarías a colocarlo en El Patio de las Cayenas?
ResponderBorrarTaty H.
Taty, gracias por el mensaje. Sobre tu pregunta de colocar el escrito de mi página en El Patio de las Cayenas, autorizada quedas. Es un honor para mí. Un abrazo.
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