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lunes, noviembre 27, 2006

Diatriba de una chilla que no fue más que una chilla.
“Esta dichosa amistad que llevamos no funciona.”





No te entiendo, dices. Eres mi primera llamada del día, pero parece que esta amistad no funciona, dices. Amistad, le llamas ahora. A siete meses de compartires y dos decenios de vernos las caras, hoy, esto, se llama Amistad. Meses atrás era “el amor de toda una vida”. Era “lo único que anhela mi corazón”, era “lo más grande que me ha pasado”. Hoy, alegas tú, que le pones fin a esta amistad porque no funciona, porque yo, tonta de mí, no lo entiendo. Te agradó que compartiéramos, te agradó “verme”, un eufemismo para no llamarle a eso una buena chichada y nada más.

Soy como las amantes de incógnito, eso fui y eso soy. Las chillas que aspiran a ser más que chillas, estúpidas ellas. Imbéciles las pobres. Y eso no era parte del trato. Soy una aspirante ingenua a tenerte, pero olvidé o ignoré que en este juego no puedo tenerte, porque creí, estúpidamente creí, que yo era todo lo que decías meses atrás. El trato era otro, muy astutamente le pusiste nombre: Tuscany. Y el trabajo que estoy pasando es que me cuesta, me duele tragarme lo que soy ahora. Nada. Una amiga más, una relación más que pasó por tu catálogo, que se tiene que retirar para que tú, omnipotente ser, encuentres “tu paz”. Porque yo no te doy paz, soy un manojo de emociones al que tardarías un millón de años en descifrar, y aún así te quedaría corto el tiempo. Eso dijiste.

¿Por qué no bastó nuestra amistad?, preguntas y río a carcajada limpia.
Me gustó nuestro encuentro, dices. Me gustó haber tenido la oportunidad de decir tantas palabras, de haber vuelto a sentir. Ah, ¿es que se trataba de sentir? Para sentir tengo un juguetito que vibra, fíjate. No hubiese tenido que ir al confín lejano aquel, a un jurutungo que me alejó de gente a la que le importo. Yo pensaba que era un plan a largo plazo, esto. Vuelvo a llamarme imbécil. No, corrijo, no lo pensaba, me lo hicieron creer. Me lo hiciste creer.

Voy a tomar la decisión “yo” de ponernos en hold, declaras como un Zeus en su trono, y me vuelvo a destornillar de la risa. Veremos a ver cuanto dura ese hold, veremos a ver si hay vuelta atrás. Veremos. Simpática alegoría de los dioses del Olimpo. Una pena que no vivamos en la edad grecorromana. Tan, tan.


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Fragmento del cuento inédito “Lo que sienten las mujeres vacías”.

3 comentarios:

  1. Aquí mando yo, carajo.

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  2. Take it off!
    We are not this...

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  3. Convince me we are not this, and I promise you... I swear to you... you know, you just know. Lo sabes. But you does not do anything about it. You prefer not to do anything and is killing me. And very soon I will be dead inside, and then... nothing cant really be done.

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