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martes, mayo 29, 2007

Entrevista a Carmen L. Montañez Parte II


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Siguiendo con la entrevista a Carmen, Boreales se inmiscuye más a fondo en los detalles de su novela catalogada por la crítica de “muy jocosa, repleta de jerga y situaciones típicas de la vida de cualquier adulto joven, [un ejercicio que] explora los matices de lo que significa ser una puertorriqueña con el pelo “encrispao”.

Nelson del Castillo dijo en otro artículo: “…es más que la denuncia de la discriminación racial, su testimonio del Puerto Rico donde habitó hasta que hace 22 años se estableció en Estados Unidos”.

Preguntamos a Montañez:

¿Dónde te documentaste para los conjuros y demás actividades de la protagonista?
Para los rituales realmente los tomo de mi misma forma de vida. Creo que soy bastante ritualista desde que me levanto hasta que me acuesto, aunque me parece que todos los seres humanos tenemos características ritualistas, por eso participamos en los rituales religiosos, la mujeres nos maquillamos y nos arreglamos siguiendo un ritual. Si te fijas bien, los rituales organizan las sociedades y la vida porque, en parte, están impuestos por la costumbre. Me llama la atención un libro o un artículo en una revista que trate sobre rituales, hechizos, conjuros que recomiende actividades para el bien de la persona y con la intención de atraer fuerzas positivas o mejorar su forma de vida, creo que más por curiosidad porque no los practico porque no los necesito, pero hay cantidad de literatura que trata este tema, más para aconsejar a aquellas personas que se sienten infelices. Como sabes, Amarilis sólo usa elementos de la naturaleza en sus rituales y las creencias religiosas tienen un rol importante en su vida.

¿Por qué decides jugar con la historia pasado-presente?
Como dije antes, comencé con una historia enmarcada en el pasado y de repente se presenta un personaje del presente que cambia en algo el marco de la novela y entonces nació esta novela donde el pasado ayuda a la mujer del presente a encontrarse a sí misma y a tomar una decisión importante en su vida y al final ambos tiempos convergen para hacer una historia que puede ser de cualquier mujer del presente.

¿De dónde sacas los temas para tus escritos?
En la colección de cuentos, De El Fanguito a la loza, el barrio de Santurce es el punto que los une. Siempre había querido escribir sobre este barrio donde me crié y que tanto la gente, como el ambiente, influyó en mi formación como ser humano. Para la novela influyó mucho la historia de nuestra isla con esa mezcla de razas que hoy nos hace ser gente hermosa, podemos decir que somos tricolor y con una cultura riquísima.

¿Cuál fue el momento que más disfrutaste en la obra?
El que más disfruté fue cuando Amarilis se arma de valor para preguntarle a Omar “¿Por cuál puerta entraste?” porque es una pregunta imprevista que confunde a Omar y al lector que al parecer cambia el rumbo de la conversación pero que refleja muy bien el carácter del personaje femenino ¿no te parece?

¿Qué es lo próximo que estás escribiendo?
En estos momentos estoy trabajando con una colección de cuentos sobre algunas mujeres de mi Santurce. Estas mujeres fueron personas comunes que forjaron a un grupo de personas que hoy son muy exitosas o están muertas por circunstancias fatales, como las drogas, SIDA, etc. Por eso deseo llamar a esta colección Las divas de mi barrio. También, estoy en el proceso de escoger un final para una obra de teatro titulada El último zoo. Para esta obra tengo varios finales y pronto tengo que decidirme por uno o incluir los tres. Además, me está dando vueltas en la mente una novelita sobre una viajera basado en lo que me dijo una gitana en el 1965 en la Parada 18 de Santurce.

¿A quién lees con mayor regularidad?
Por mi profesión, todos los semestres leemos varios autores y siempre trato de incluir textos de la diáspora ya sea de Latinoamérica o de los latinos/as en los Estados Unidos. Siempre leo a los escritores boricuas y los incluyo en mi currículo. Trato siempre de estar al día con la literatura puertorriqueña que creo es riquísima y muy respetada universalmente. La literatura puertorriqueña ha entrado con éxito al siglo XXI, especialmente por la producción literaria de la mujeres, y hay que incluirla cuando se habla de literatura hispanoamericana.

¿Qué estás leyendo ahora mismo?
En este momento estoy leyendo Malinche de Laura Esquivel y un libro en inglés que se titula Women in Church History sobre mujeres que han tenido un rol fundamental en la formación de la iglesia católica. También, tengo en fila a Inés del alma mía de Isabel Allende con Mariconerías: escritos desde el margen del puertorriqueño Daniel Torres y muchos más.

¿Cómo te defines en términos de tu actitud hacia la literatura?
Casi nunca los autores se definen, sino que los críticos le ponen una etiqueta (que no gusta a los escritores) pero en mi caso no quiero definirme como una feminista o algo así. Quiero ser vista como una mujer que escribe sobre mujeres comunes, que viven en este mundo trabajando, luchando por superarse o que han ayudado a otras u otros a superarse. Soy femenina y no deseo separarme del masculino porque nos necesitamos uno al otro para tener un mundo en armonía. Por otro lado quiero decirte que creo que la literatura es una parte integral de la cultura de un pueblo. Muchos pueblos se han dado a conocer por su literatura, este es el caso de Rómulos Gallegos, García Márquez, Abelardo Díaz Alfaro junto a René Marqués en nuestra literatura. Yo estoy dando mis primeros pasos dentro de nuestra literatura puertorriqueña y espero que algún día se me reconozca como una escritora puertorriqueña y si así me definieran ustedes los críticos, sería el mayor orgullo para mí.

¿Qué escritores han influenciado en ti?
Fuera de Puerto Rico me parece que Edgar Allan Poe, Quiroga, Cortázar me han influido y me han animado a escribir. En el caso de nuestros escritores me gustaría decir que René Marqués me ha influido grandemente (a pesar de su trato a las mujeres). Creo que como escritor de cuentos, Marqués (especialmente en En una ciudad llamada San Juan) es extraordinario y merece el lugar que tiene dentro de la literatura hispanoamericana.

Si no escribieras, ¿qué harías?
Si no escribiera continuaría siendo una profesora, madre, esposa, hermana y amiga como siempre, pero a lo mejor estaría algo insatisfecha intelectualmente.

¿Qué consejos darías a los autores que aún no publican?
Les diría o les digo que se llenen de valor y lo hagan, que yo comprendo lo difícil que es mostrar a otros la creación literaria temprana y que hay veces que se les van a cerrar unas puertas y hay que seguir y tocar en la siguiente, pero hay que hacerlo, porque de no hacerlo, sería un acto egoísta.

Le pedí a Carmen L. Montañez que nos regalara unas últimas palabras. Esto ha dicho: “Primero quiero agradecerte esta oportunidad de poder expresarme y llegar a ti y a tu público. Considero que los escritores que están comenzando a lanzarse al mundo literario necesitan la exposición para darse a conocer y estos medios modernos de la tecnología es uno imprescindible hoy día. Espero que aquellos que todavía no han leído mi novela, pues la lean y me hagan llegar sus comentarios. Gracias y nos vemos en la isla muy pronto.”

Gracias, Carmen.

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