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domingo, mayo 27, 2007
Reseña sobre 'Los documentados', novela de Yolanda Arroyo Pizarro
Reseña publicada en el periódico El Nuevo Día
Sección La Revista
Domingo 27 de mayo de 2007
El olor de un sueño
Por Maira Landa
Esta novela, mención de honor del Pen Club en 2006, nos ofrece una compleja urdimbre de prosa poética, realismo mágico, metáforas y descripciones hiper-sensoriales en un relato de profundo dramatismo. Aunque el tema central gira en torno a la tragedia de los indocumentados que nos llegan de islas vecinas, hay más, mucho más en esta historia. Su autora es una joven escritora puertorriqueña que con mucho mérito está labrando su sitial en nuestro ámbito literario. No la perdamos de vista.
Kapuc es una jovencita sordomuda a quien todos consideran retardada mental. Su único pasatiempo es subirse a un árbol con el que ha desarrollado una relación simbiótica. Ella le ha otorgado al árbol cualidades casi humanas: le ha puesto nombre y conversa con él. Sus ramas se convierten en brazos que la acunan en su desamparo y soledad. Desde allí, cada noche observa las yolas que llegan a Playa Tereque, donde vive. Libreta en mano, documenta lo que sucede. La descripción de cómo se ahogan y de cómo se salvan los que al fin llegan a la orilla es desgarradora. Se nos enredan las algas en los pies, como a ellos, mientras tratan de ponerse a salvo corriendo por la arena, hacia tierra firme.
‘Los documentados’ es el espejo de nuestra sociedad, de los que sí tenemos papeles, de nuestra incapacidad para encarar nuestros problemas, aunque seamos vistos como un paraíso para quienes ansían huir de sus infiernos. El padre de Kapuc abandonó a su familia, asustado por la responsabilidad de atender una hija con problemas de desarrollo. La madre trabaja para proveer las necesidades materiales de sus hijos, pero no sabe cómo sacarlos adelante, mientras va de hombre en hombre en busca de su propia vida perfecta. El hermano de Kapuc se ausenta de la escuela y comienza a descarriarse. Encontramos machismo, insatisfacción, adolescentes sin dirección, consumo de drogas, incesto, abortos, prejuicios, discrimen, hipocresía, corrupción, burocracia.
En una simbiosis con el reino animal, Kapuc se identifica con las hormigas, se compara con las libélulas, dice convertirse en medusa y humaniza a su árbol. Sus descripciones olfativas son maravillosas, proveyendo un balance para su pérdida de audición: “el olor de esa etnia es amargo y salobre”, “el cuerpo de mi padre despedía un nuevo olor a traiciones”, “mi madre regresó al hogar estrenando esa nueva esencia en su cuerpo, como a chocolate”, “es un olor cítrico que ha creado él -el árbol- para mí”.
La autora concluye su historia con un final bastante feliz, en el que casi todo se recompone. Aunque Kapuc ya no seguirá documentando a los que llegan, los de las otras islas continuarán intentándolo porque persisten sus problemas. Nunca sabremos cuántos no lo logran. Otros seguirán llegando a la orilla de Playa Tereque y, con las algas enredadas en sus pies, desesperados, aterrorizados pero llenos de esperanzas, correrán hasta adentrarse en nuestra tierra, sin mirar atrás, en busca de su propia utopía.
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Maira Landa, quien cursó una Maestría en Creación Literaria, escribe su primera novela.
Temprano en la mañana y con café en mano leí la noticia. :) Divina.
ResponderBorrarBesos brujiles.
Felicitaciones!!!!!!!
ResponderBorrarE
Yo tengo la novela. Y autografiada! Perdona la emoción. Exquisita novela..., y muy buena reseña.
ResponderBorrarDios te bendigaAaA!
¡Lo vi, lo vi!! ¡Y me emocioné muchísimo! ¡Felicidades a la escritora fabulosa!
ResponderBorrarun abrazote