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lunes, septiembre 21, 2009
Primicia III: HISTORIAS PARA MORDERTE LOS LABIOS
Medialuna
“Sand is overrated.”
-Eternal Sunshine Of The Spotless Mind
Tecleas fuerte. Caracteres, letras, palabras, frases. Indentas un párrafo. Escribes. Miras la pantalla y das un clic en la equis del borde superior a la derecha. Presionas el labio mientras buscas el otro archivo. Abres uno. Abres dos. Abres diecisiete. Lo encuentras. Sombreas todo lo que necesitas y clic en “copy”. Regresas y clic en “paste”. Luego añades una página al documento. Al final adjuntas una hoja en blanco. Imprimes. Papel cocinándose. Papel, papel. Saliendo poco a poco de la impresora. Papel, papel. Una pantallita te dice el progreso de realización. Cuarenta y cinco por ciento. Otra pantallita se hace visible desde el borde inferior derecho. Emerge como desde adentro del monitor. Es azul. Anuncia la llegada virtual de una presencia esperada. La presencia ahora está en línea. La presencia te ignora y no saluda.
Alejandro nunca va a enamorar a otra mujer, te dices convencida. O lo que es peor, nunca va a dejarse enamorar por otra. Lo sabes. Ostenta un aire impermeable y respetuoso que enseguida aleja cualquier indicio de cruzar fronteras indebidas por mujeres ajenas. Te enamoraste de esa impermeabilidad y de sus canas. Aun de joven portaba unas canas hermosas en las sienes y en la barba. Lo mejor de él es su voz. Cuando canta no hay quien se le resista. Tú no te le resististe. Si te enterabas de alguna presentación musical suya, te inventabas cualquier excusa y te le aparecías. No te gusta aceptarlo, pero lo hostigaste. No viene al caso, pero te le metiste por los ojos. ¡Te gustaba tanto!
(...)
Pensamiento a lo loco. San Valentín es un día de mierda. Es una reliquia de las antiguas fiestas lupercales romanas. Es un día creado por el conglomerado comercial para que tanto los que participan, como los que no, se sientan idiotas. A las esposas se nos regala por compromiso. Aun si la tarjeta dice “eres la mujer más maravillosa del universo, gracias por parir a mi hijo” no recibes el mensaje de buen agrado. Es lo mismo todos los años. Todos los aniversarios; todos los cumpleaños. Con las amantes es peor. A estas se les regala por resignación, por aquello de no perderlas o de tenerlas contentas.
(Fragmento del cuento: "Medialuna" del libro HISTORIAS PARA MORDERTE LOS LABIOS)
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