Más que por su gente, el clima, los sabores, la música, el baile y los ritmos, la región caribeña se nutre de profundas, complejas e interrelacionadas culturas, países, historia y lenguaje. Busca hacerse visible, perceptible, notoria, busca descontextualizar la visión vaga que se tiene del caribeño. Caribe no es tan solo un órgano del cual bombea vida en constante cambio, sino que componiendo ese órgano se encuentran también un conjunto de tejidos, arterias, venas, sangre; los cuales en un espacio del tiempo se hacen homogéneos.
“Pensar el Caribe en términos de pureza es un sinsentido”, manifestó la escritora puertorriqueña y también catedrática de la Universidad de Puerto Rico, Mayra Santos-Febres, como parte de la celebración de II Congreso Internacional sobre el Caribe: Cartografías de Género(s), el cual se llevó a cabo desde el pasado domingo, 25 de marzo hasta el jueves 29 de marzo en Madrid, España.
“Habían creado otro Caribe en España (…) Había que intentar entablar un diálogo para corregir mitos caricaturescos, rechazos, racismo y ataques neo-nazis por aquellos (otros) españoles que creían saberlo todo ya del Caribe”, narra Santos Febres en su blog, refiriéndose a la experiencia.
Organizado por la asociación cultural YoSoyElOtro, fundada y dirigida por Jesús del Valle de Puerto Rico, Dagmaris Figueroa de Venezuela, y por la también puertorriqueña Deborah Elías, el Congreso de Género y Raza exploró el Caribe desde la gestión cultural y artística. A través de la literatura, la poesía y el performance, principalmente, la temática que predominó fue la potencialidad y la fuerza de la mujer creadora caribeña, así como “la migración, la prostitución, la sexualidad, la religión, la historia y la danza”, explica el escrito Narrativa caribeña a ritmo femenino en el diario español El País.
Mayra Santos-Febres, junto a la poeta colombiana Lilian Pallares Campo, y la performera dominicana Josefina Báez (Foto por Bernardo Pérez, El País)
Durante la narración de los cuentos y la literatura, Mayra Santos-Febres junto a la poeta dominicana Rosa Silverio y la poeta colombiana Lilian Pallares Campo, ambas radicadas en Madrid, y la performera dominicana Josefina Báez, se permitían hacer juegos con el lenguaje “para contar los silencios”, expresó Febres.
Entre las artistas puertorriqueñas que también destacaron se encuentran: Ana Lydia Vega, Magali García Ramis, Esmeralda Santiago, Yolanda Arroyo Pizarro, Tere Marichal Lugo, Teresa Hernández, Mayra Montero, Giannina Braschi, Rosario Ferré, entre otras.
Además de crear cierta visibilidad al Caribe y Puerto Rico, estimo que fue un gradiente para ampliar las mentes, liberar nociones e información añeja, y para apoyar el que se continúe fomentando la cultura caribeña. “Llevo dos años escribiendo tensamente, preocupadamente, asmáticamente. Ya es hora de cambiar de táctica. Voy a curarme del mal de la escritura asmática, del escribir con miedo a fracasar, a no ser entendida por ‘regionalista’, por enfrascarme demasiado en mi código de sentidos. Ya, me asfixio. Me ahogo. Es hora de escribir distendidamente; como corro- torpe y distendidamente, para curarme un mal y provocarme otros; pero siempre para el disfrute.” Con esto, finalizó Febres la narración en su “blog”.
Mayra Santos Febres reflejó en el Congreso su papel como gestora cultural a través del Festival de la Palabra, el cual se celebrará este año del 4 al 7 de octubre en el Museo de Arte de Puerto Rico. Según la autora, este Festival “hace mover al Caribe”, ya que se desarrolla en dos ciudades, San Juan, y Nueva York, donde aglutina a la diáspora boricua.
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