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sábado, junio 23, 2012
Publicado Stefan Antonmattei y su Erótica
¿Erótica de qué?
Hice una prueba a algunos
amigos antes de escribir esta nota al libro de Antonmattei. Les pregunté a tres
personas qué esperaban encontrar en un libro titulado Erótica. Cada respuesta
se parecía a las de El Diccionario de la Real Academia. Sentimos advertirle al
lector que si parte de esas premisas va por mal camino y se quedará muy corto,
que no confíe demasiado en los títulos, en los géneros literarios y mucho menos
en una estética sin género como la llama su autor. El mundo maniqueo de la
religión y la familia nos ha adoctrinado para pensar en blanco y negro, en bien
y en mal, en posturas extremas. No se molesten tampoco en explorar tal cosa en
la buena literatura y mucho menos en este libro de relatos y poesía.Loscríticosehistoriadorestradicionalistas que se olviden de seguir usando el mismo discurso sobre
la postmodernidad y sobre las letras coloniales; tal vez tengan más suerte si
estudian de una vez y por todas los pocos beneficios de nuestra realidad
colonial después de 100 años. Erótica es un ejemplo de estas ganancias. El
autor no es un mocoso ni se halanzadoapresuradamenteapublicarpoesía y cuento. Juega y
combina, desenfadadamente, con ambos géneros. Nos estimula el hecho de que se
salga de esos mundos totalitarios, ni a favor o en contra de comunidades gay
y/o feministas; de patrias con banderas y fronteras. Erótica es un libro
necesario en estos tiempos en que, como lo hicieron tal vez los hippies en los
60, inventa historias liberadoras contra una ola extendida de fascismo y ultra
derechismo a nivel mundial. No se trata de desencuentros de mundos posibles y
ataques al macho o a la hembra heterosexual porque Antonmattei no está en el
plano del trauma ni de la guerra. Da un paso más allá. No produce una mirada
sexista, ni decae en lo mismo que condena; no se pone camisa de fuerza, ni se
repliega en dogmas, no excluye, exige o pide respuestas.
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