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sábado, noviembre 26, 2005
El risco
De Cervantes Saavedra
Ya somos como parientes el risco y yo. Todos los días lo diviso, inamovible, imperturbable. Esperando mi fallo en el freno, para verme irme tras él, sobre él, resbalándome inconsecuente, accidentada. Todos los días lo mismo. Me perturba y me hipnotiza. Carraízo, marea desamparada, deriva. La locura de saberse una tan sola, tan de nadie. Arrecife en la marejada, peñasco en el oleaje; hay un dios pero no logro verlo. No logro entenderlo. Hay una multitud que como yo sufre. Desorbitar los pesares, despojar la vida que no lo es. El risco es un soplo de viento, como partículas de incienso, como cráter lunar en la penumbra. Perdido, pero perenne, siempre allí. Esperándome todos los días. Todo un señor barranco, todo un aborigen que me observa.
Hoy me le (h)echo encima; hoy piso el acelerador y lo encaro, valiente, de frente cual rambla hondonada. Hoy (h)echo por la borda, o por el risco, mis miedos y cobardías y me doy a la tarea de enfrentarlo de una vez.
sábado, noviembre 19, 2005
13er Microrelato Certamen EL ESCRITOR Y LA HOJA EN BLANCO
Por Raquel Albarrán
I
— ¿Trajiste el cuento?
— No.
— ¿Por qué?
— Porque no.
— Has de estar haciendo algo genial, ¿no?
— No.
— ¿Como que no?
— No me sale nada...
— Ay, ¡mira que modesta la nena!
II
Word. A velocidad constante, la luminosidad del cursor oscila unas 66 veces por minuto. Que es lo mismo que unas 3,960 veces por hora. Ó, 570, 240, el silencio de casi una semana.
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Raquel Albarrán (San Juan, 1983) es estudiante de Nutrición y Estudios Hispánicos en la iupi de Río Piedras, aunque cada semestre contempla un cambio de carrera. Está tan ajorada en la Universidad, que ya ni salsa baila. Colabora cuando puede en el blog literario Derivas. Sufre con asiduidad del síndrome de la página en blanco.
viernes, noviembre 18, 2005
12mo Microrelato Certamen EL ESCRITOR Y LA HOJA EN BLANCO
Por Pedro Rodiz
-¡Qué mierda, no me sale nada! Tres horas frente a este jodió papel blanco, tratando de que me salga alguna idea de mierda, para nada.
Se levantó de la mesa el afamado ganador del premio de poesía nacional, y se dirigió al inodoro.
-¡Me cago en nada! Perdí otras tres horas de mi vida de mierda pujando y ni la mierda me sale.
Se incorporó.
-¡Qué mierda! No hay papel de baño.
Se dirigió hacia la mesa de trabajo, buscó un papel en blanco y se limpió.
-Para esto es que sirve la mierda de papel en blanco, para limpiarme el culo.
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Pedro Rodiz (San Lorenzo, 1970) Es director teatral y dramaturgo. No ha terminado su maestría en Redacción para los medios de la Universidad del Sagrado Corazón porque no se acaba de sentar a escribir su tesis.
jueves, noviembre 17, 2005
11mo Microrelato Certamen EL ESCRITOR Y LA HOJA EN BLANCO
Título: El bloqueo del periodista o el placer retentivo antes de manchar la página con sangre
Por Manuel Clavell Carrasquillo
"y las gotas salpicadas por todo su cuerpo frente al espejo
un mero instante antes de mirarse."
—Guillermo Rebollo Gil
Después del qué, el dónde. Luego el cuándo y el por qué. ¿Quiénes? Tomás de Jesús Mangual, una mujer asesinada por su marido -más tarde lanzada al abismo prieto-, la emperatriz Hora de Cierre y una pantalla de ordenador con 3 rayos de luz. RGB les llaman. Los tres chorros chocan contra esa pared de fósforo perforada por puntitos pitch a medida que teclea. MATA ESPOSA Y LA LANZA A POZOMURO. No hubo pausas, culpas ni tampoco páginas en blanco: escribe por vocación profesional y contrato. Nada de escrúpulos de escritorcillo consagrado, sólo hay espacios imperceptibles por el ojo humano y su ética hipócrita entre la propulsión de electrones que al otro día forman titular de portada con letras rojo sangre.
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Manuel Clavell Carrasquillo (San Juan, 1975). Crítico literario de la revista Letras: Creación y Análisis Cultural, del periódico El Nuevo Día. Ha publicado reseñas literarias, cartas, crónicas, ensayos y disparates a través de la Internet. Tiene un libro epistolar inédito titulado Cursi, kitsch y queer: Correspondencia cibernética (1999-2005) y un poemario —también inédito— titulado Lírica postcolonial: Instrucciones para destruir panfletos. Además de postear en Derivas, es artífice de la Redacción del blog Estruendomudo.
10mo Microrelato Certamen EL ESCRITOR Y LA HOJA EN BLANCO
Por Angelo Negrón Falcón
— Cayó en coma desde hace dos semanas — explicaba la mujer en el teléfono — no sé, simplemente se desplomó de su silla. Estaba frente a su vieja maquinilla. Diez minutos antes comenzó a transpirar. Fue algo muy rara su actitud. Sacaba el papel de la maquina, lo observaba, arrugaba y luego lanzaba al bote de la basura sin siquiera haber escrito algo. Si, si casi llenó el zafacón de papeles en blanco. ¿Cómo? Ah: El doctor dice que es un estado muy raro. En los estudios que le realizaron la semana pasada encontraron una gigantesca actividad cerebral y sin embargo no es capaz de mover un dedo. Sólo está ahí, tendido en la cama; con todas esas mangas y maquinas que parecen, más bien, extensiones de su cuerpo. Bueno; hecho un vegetal: con los ojos abiertos y una mueca de felicidad que no acabo de entender. Nunca lo había visto tan feliz —sollozó — Ni siquiera cuando ganó el premio nacional de literatura. Si, si. Te espero. Ven y charlamos un rato, ahora no puedo porque la enfermera me esta haciendo señas de que apague el celular. Hasta entonces…
—Ahora es el momento — mencionó la editora en jefe a su asistente — Nada más oportuno — prosiguió — Llama a todos; reunión en cinco minutos…
—¿Qué sucede? — cuestionó él.
—¿No me escuchaste en esa llamada? El viejo está en coma. Este es el momento para una magna conferencia de prensa y avisar que la antología de sus cuentos está lista…haremos billetes de verdad…
Vaqueros, prostitutas, políticos, asesinos en serie, naves espaciales, hadas y monstruos. Todos juntos correteaban, convergiendo, por el cerebro despierto del viejo escritor. Cada historia lograba tener desenlace y final, pero lo que más le fascinaba es que por fin, tras meses de intentarlo, cada relato tenía un comienzo…
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Angelo Negrón Falcón (New Jersey, 1969) Cursa estudios conducentes a bachillerato en mercadeo de la Universidad de Puerto Rico. Sus cuentos han sido publicados en la revista y colectivo Taller Literario.
miércoles, noviembre 16, 2005
9no Microrelato Certamen EL ESCRITOR Y LA HOJA EN BLANCO
Por Joel Feliciano
Primera parte
Y cuando el papel en blanco se levantó y flexionó sus esquinas superiores con pose de karateca, el escritor supo que no escribiría ni siquiera una palabra hoy.
Segunda parte
Y cuando el escritor blandió su bolígrafo de tinta china como una espada de esgrima contra el papel, pero el papel se arqueó por el medio y con un zarpazo le tumbó el arma; el escritor supo que no escribiría ni una palabra más.
Tercera parte
Y cuando la cara del escritor ardía con heridas rasgadas por las sus filosas esquinas del papel, el escritor supo que las siguientes palabras de su vida estarán escritas en su epitafio.
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Joel Feliciano (Bayamón, 1981) Graduado en Comunicación, de la Universidad de Puerto Rico. Trata de filmar cortometrajes cortos junto a la organización Séptimo Arte de dicha universidad. Fue editor de la revista Tonguas, donde aparecen algunos de sus escritos publicados. Puede visitar su página: www.joelbuki.blogspot.com
8vo Microrelato Certamen EL ESCRITOR Y LA HOJA EN BLANCO
Por Isaac Cazorla
Esteban se despidió apurado cuando comenzaron a hablar del fantasma de la página en blanco. Estos amigos suyos sufrían para escribir la primera palabra del día y hacían de ello un drama. Sonrió consigo mismo mientras se dirigía a su estudio sintiendo que por alguna razón lo habían llamado a él, justo a él y sólo a él para encargarle una columna en la nueva revista literaria. Era momento de tomar distancia del montón, que se queden hablando de sus fantasmas, yo me voy a escribir la columna ahora mismo.
Se instaló en su escritorio y escribió frenéticamente durante un rato, cuando terminó volvió a sonreír. ¿Página en blanco? ¡Ja! Había escrito todo de un tirón, como siempre, ¡las ideas son lo que me sobra! Mañana mismo entrego esto para la primera edición.
Al día siguiente se levantó temprano y antes de imprimir le dio una lectura orgullosa a su escrito ¡Ja! Se me había escapado esta frase en otro tiempo –se corrigió a sí mismo- y se puso a editar delante del monitor. Ajá, así está mejor. Espérate que esto parece en rima jajaja, volvió a revisar, todo este párrafo no va con el resto, lo arreglo en un santiamén. Listo. Ahora se ve mejor pero es muy largo, en realidad debería economizar algo el lenguaje, vamos a ver... creo que está muy académico, vamos a cambiar algunos términos, veamos... ¿cómo se puede decir “metatexto” de una manera más vulgar? Espera vamos con calma, puedo cambiar el enfoque mejor para que todos entiendan, bien, este párrafo se va, esto... estaba conectado con lo otro, bueno, también se va y ya.
Fue en ese momento que una gota de sudor resbaló desde su frente y sintió una ligera angustia, pero esto lo resuelvo en un ratito, vamos a volver a escribir todo, pero voy a usar algunas partes ya escritas, a ver, esto mejor que se quede como idea central, bien, pero más reducido, aquí hay mucho adjetivo, hay que ir al punto, bien, voy a dejar sólo las ideas básicas y luego les pongo el relleno, hoy no sonreía como ayer, esto de la bienvenida a la revista me parece muy folklórico sale también... mejor borro esto también y uso sólo el principio.
De pronto vio que sólo quedaba un párrafo escuálido y triste, y por primera vez temió al vacío. Mientras tanto el fantasma comenzaba a vestirse de blanco y a sonreír consigo mismo.
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Isaac Cazorla (Ica-Perú, 1970) es Bachiller en Humanidades con mención en Historia por la Pontificia Universidad Católica del Perú y Magíster en Educación y Multimedia por la Universidad Autónoma de Barcelona. Ha publicado libros de Historia del Perú y artículos de historia y gestión cultural en diversas publicaciones periódicas. Vive en Puerto Rico desde el año 2000.
7mo Microrelato Certamen EL ESCRITOR Y LA HOJA EN BLANCO
Por Lourdes López
La hoja en blanco, todavía careciente de palabras, se retuerce de dolor mientras el lápiz de punta afilada la rasguña con frenesí.
-¡Sólo una palabra! - Implora al lápiz la hoja ya mutilada con borrones, tachones y símbolos sin significado.
-Una palabra es suficiente para escribir un cuento.-
El lápiz comprende su misión y escribe una palabra. Luego dos. Luego cien. La hoja ya no está en blanco; sobre ella yace un cuento.
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Lourdes López (San Juan, 1967) Posee una maestría en comunicaciones de la Universidad del Sagrado Corazón. Actualmente se desempeña como coordinadora de mercadeo y relaciones públicas y reside en Florida, USA. Sueña con liberar sus cuentos de la tiranía de su computadora.
6to Microrelato Certamen EL ESCRITOR Y LA HOJA EN BLANCO
Por Jocelyn Pimentel Rodríguez
Escribió. Pensó que entre dos palabras, si no te pierdes, te encuentras.
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Jocelyn Pimentel Rodríguez (Santurce, 1980) Posee una Maestría en Arquitectura de la Universidad de Puerto Rico. Aspirante a poeta. Figuró como finalista en el Certamen de Poesía Olga Nolla 2005 del periódico El Nuevo Día. Colaboró en la elaboración de numerosas publicaciones y exhibiciones como parte de su trabajo en el Archivo de Arquitectura de la Universidad de Puerto Rico. En la actualidad se inicia como arquitecta en entrenamiento en el mundo real y el de las palabras. Su página personal la puede visitar en http://ojitosdemar.blogspot.com/
martes, noviembre 15, 2005
5to Microrelato Certamen EL ESCRITOR Y LA HOJA EN BLANCO
Por Luis N. Saldaña
Cuando el hombre se cansó de rascarse la cabeza y abandonó el ordenador con la pantalla en blanco, el lagartijo brincó sobre el teclado y comenzó a bailar.
Aún escribe cuentos maravillosos. De vez en cuando usa la cola para poner los acentos.
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Luis N. Saldaña (España, 1967). Sueña con dejar de ser abogado para convertirse en lagartijo. Estudia en la actualidad una Maestría en creación Literaria. Participa activamente de certámenes literarios nacionales e internacionales.
lunes, noviembre 14, 2005
4to Microrelato Certamen EL ESCRITOR Y LA HOJA EN BLANCO
Por Nydia E. Chéverez Rodríguez
Imploro a la diosa de las palabras. La que pare las ideas que se cuajan en creaciones sobre el papel. Al principio no escucha mis ruegos. Será que le divierte la desesperación de mis manos truncas que anhelan deslizarse con agilidad sobre el teclado y exorcizar los demonios del “no se me ocurre nada”. Dispuesta a humillarme con tal de que me bendiga con el don de la expresión; con sincera devoción y fe, oro: creadora del lenguaje, patrona de las más inefables emociones y sentimientos que a través del decir, del canto o la poesía nos hace trascender la fugacidad de la vida y vivir eternamente en aquellos que nos incorporan a sus recuerdos; aquellos que viajan por las neuronas y se almacenan en el cerebro o los de los sentidos que estimulados por algún delicioso aroma, un suave roce o caricia, una visión hermosa, o, un halago o susurro seductor que se desliza suavemente por los oídos , se traducen en un borboteo de palabras, de sonrisas... o de gemidos. Por el poder creador que me concedes, me alientas a creer en ocasiones, que estoy hecha a tu imagen y semejanza. Me creo un pequeño dios cada vez que, como si fuera barro, amasijo las palabras que me regalas y que sobre el papel en blanco, fecundan y se convierten en nuevas criaturas: cuentos, cartas, poemas, discursos, y un sinfin de hijos e hijas que con orgullo muestro a los demás. Aunque como dijo Gibrán, sé que han venido a través de mí, pero no me pertenecen. A través del internet, la grabadora, la televisión, la radio y todas las maneras de difusión posibles, se van regalando a todo el que los necesita o quiere recibir.
Diosa de las palabras: eres la madre eterna. Yo, a través del intelecto y la emoción, soy la hija: el papel en blanco es el espíritu que completa esta santísima trinidad que llamaremos literatura. A través de ella muchos se salvarán de la apatía y la incultura. Aquellos que estén dispuestos a recibirla, serán liberados del pecado de la ignorancia. Los convertidos serán un ejército poderoso. Sus infalibles armas serán las palabras. Y la palabra nos hará libres...
Diosa de las palabras; aquí estoy, dispuesta a ser una de tus fieles apóstolas. Intenta intimidarme y frustrar mis intenciones la página en blanco. Me siento tentada a rendirme, a huir y no escuchar el llamado de tu voz... Estoy enferma de inacción, me siento débil e indefensa. Sin embargo, como el mantra de un rosario, repito sin cesar: señora, tal vez no soy digna de que entres en mi casa, pero una palabra tuya bastará para sanarme.
Y se hizo la luz en mi consciencia. La diosa se reveló y me hizo ver que mi petición ya estaba concedida.
- ¿Pero qué pides hija mía, que no tengas ya en tu poder? ¿Acaso no ves que has vencido a la página en blanco, que dejó de serlo porque, precisamente, la has llenado con tu plegaria?
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Nydia E. Chéverez Rodríguez (Morovis, 1957). Profesión: Educadora en Salud Pública. Aspirante a escritora. Publicó el libro de poemas: De soledad, desamores(¿adicciones?), y otras pasiones(1997).
domingo, noviembre 13, 2005
3er Microrelato Certamen EL ESCRITOR Y LA HOJA EN BLANCO
Por Manolo Coss
La retó con su mirada amanecida por minutos, por horas, mas no respondía. La insultó y culpó por su extravío creativo y hasta le sonrió implorante mientras caminaba en desganados círculos viciosos… Pero ahí seguía, indiferente, pálida, fría.
Como tantas veces esa noche, el escritor estranguló a su más adorada enemiga. La comprimió en una mano, se despidió de ella con frustración y la lanzó al zafacón que ya desbordaba bolitas blancas de papel.
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Manolo Coss (Santurce, 1953) Periodista de vocación y profesión. Ha publicado reportajes, crónicas y ensayos en varias publicaciones del país. Se inició en el Taller de Cuentos en marzo de 2005.
sábado, noviembre 12, 2005
2do Microrelato Certamen EL ESCRITOR Y LA HOJA EN BLANCO
Por Jennifer Pagán Colón
Hubo una vez un hombre que deseaba ser escritor. Los dioses escucharon su plegaria y le dieron de regalo mil ideas. El hombre examinó las ideas, una por una, y se dijo que ninguna servía. Ofendidos, los dioses le enviaron cien mil ideas, todas a la misma vez, que halaron la mente del hombre en infinitas direcciones hasta que al fin su cabeza explotó. La detonación hizo un hueco en la realidad que creó el primer hoyo negro.
Los dioses examinaron el hoyo negro y vieron que era bueno. De vez en cuando escogen un escritor y repiten el experimento.
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Jennifer Pagán Colón (Guayama, 1983) Graduada de periodismo de la Universidad del Sagrado Corazón, donde actualmente cursa su maestría en Creación Literaria. Ha escrito artículos para Diálogo, Tecnetico.com y El Nuevo Día.
viernes, noviembre 11, 2005
1er Microrelato Certamen EL ESCRITOR Y LA HOJA EN BLANCO
Por Ramonita Irizarry
-Ahora sí que es verdad.- me dije, sentada frente a la pantalla... perdón, frente a la hoja de papel en blanco.
-No te asustes, es sólo un cuento. Es verdad que hace mucho que no escribes, pero ya verás como te fluye la creatividad. Además, lo tuyo son los relatos cortos. No te gusta abundar mucho. ¿Verdad?
-Ujúm.- Balbuceé, y sentí como el pecho me quiso reventar.
-¡Ajá! Ahora resulta que tienes miedo. ¿No te da vergüenza?
Me levanté de la silla y me fui a la cama, pero no pude dormir. Me resigné. Aproveché para leer algo de la novela de Vincent que había dejado en la mesita de noche.
Ya amanecía. Regresé a la biblioteca con la esperanza de producir algo. Me senté a escribir. Frida, mi perra, se acostó cerca. Siempre me acompaña.
La hoja en blanco seguía allí, esperando a que comenzara mi relato. Se burlaba de mí. Su risa me dolía como un aguijón.
-Qué frustrante. ¿A cuántos les habrá sucedido lo mismo? ¿A ninguno? ¿A todos?
Agarré la hoja de papel, la rompí y la eché al canasto. Saqué una nueva.
-Ahora sí, volveré a intentar.
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Ramonita Irizarry (Santurce, 1962) Posee un bachillerato en publicidad y acaba de completar una maestría en redacción para los medios, con especialidad en relaciones públicas, de la Universidad del Sagrado Corazón. Es madre de una joven de 18 años y esposa de un profesor universitario
jueves, noviembre 10, 2005
1era Convocatoria Certamen Boreales: EL ESCRITOR Y LA HOJA EN BLANCO
Los microrrelatos deberán ser sometidos a yolanda.arroyo@gmail.com antes del 19 de noviembre de 2005 y deben tratar sobre asuntos relacionados con lo que sucede cuando el escritor se enfrenta a esta situación de modo directo o indirecto.
Los microrelatos, inéditos y originales, o sea, creados para propósito de este certamen, serán publicados en la página de literatura “Boreales… Escritos de Yolanda Arroyo Pizarro” (http://narrativadeyolanda.blogspot.com/) a medida que vayan llegando, y desde allí podrán ser leídos y comentados por los visitantes.
Se exige que los microrrelatos no excedan la extensión de una página a doble espacio y que se atengan a la economía del lenguaje (ver reglas similares de microrelatos en el blog de Manuel Clavel Carrasquillo, talentoso propulsor de este tipo de iniciativas en blog, en http://estruendomudo.blogspot.com/2005/10/ier-certamen-de-microrrelatos.html ). Adicional, con el microrelato, el autor debe enviar una foto suya que lo identifique y una corta biografía de cuatro o cinco líneas.
Cuento: Hormigas de azúcar por Yolanda Arroyo Pizarro
A veces se distinguen lloriqueos, movimiento, desesperación en la cuna. En ocasiones silencios. La primera llegó a la boca comandada por la interacción química de la leche y el azúcar en el biberón. La segunda siguió el rastro de feromonas en fila india. La tercera y la cuarta le hicieron cosquillas e hizo que se echara a reír. Subió y bajó manos y piecitos, giró la cabecita y allí se encontró con la decimoquinta, con la vigésimo segunda, con la centésimo primera...
Mientras los relojes blandos de Dalí siguen marcando la hora en la desgastada y fétida copia cuarta categoría de un crepúsculo, las fosas nasales se van llenando. Lo mismo ocurre con las orejitas a medida que la estampa en estarcido de la seda, se habita por una solitaria mosca y, dicho sea de paso, las hormigas que suben hacia el reloj de bolsillo. Un resbaloso óleo derretido se observa desde el catrecito que se menea defendiéndose de los insectos. Completando una tríada de relojes aparece otro a punto de deslizarse, y este acapara miradas... atrae unos ojitos asustados. Horror, sorpresa, ante la cosquillosa sensación que poco a poco se convierte en asfixia cuando el resto, que ya lo arropa casi por completo, se dirige motivado por el rastro de dulce hacia lo que queda sin cubrir de la boca.
15-9-2003
sábado, noviembre 05, 2005
El peor crítico
Escritor Invitado: José Borges
Sale del baño. Luego, se sienta frente al computador y observa la página en blanco que ilustra la pantalla. Sabe que necesita comenzar; el resto es fácil. Escribe una oración. La lee y la borra. Piensa. Investiga diferentes páginas en la red acerca del tema, busca palabras en diccionarios y enciclopedias. Escribe un párrafo, dos. Lee lo escrito. Selecciona con el cursor los dos párrafos y hunde la tecla gris con letras negras que dice “DEL”. Va al baño. Regresa inspirado. Escribe cuatro párrafos. Espera a que el cuento se cuente. Va al baño. Regresa. Relee el texto. Borra todo. Enciende un cigarrillo, se toma un café, se pasa la mano derecha por el cabello, verifica los correos electrónicos, lee parte de un libro, se corta las uñas, se rasca el pelo… se acuesta para pensar y se duerme.
Despierta, va al baño, después a la cocina. Sirve un vaso de jugo de naranja. Se sienta frente al computador, ya caliente. Comienza a escribir. Una oración. Un párrafo, dos, tres. Una página, dos, cuatro, siete. Lee el texto. Regresa al baño. Pasan tres minutos y vuelve al computador, a las páginas, al cuento. Relee. Escucha al cuento. Borra todas las páginas y comienza a escribir otra vez. No para hasta llegar al final. Imprime el texto. Enciende otro cigarrillo mientras espera. Recoge los papeles y va al baño.
Se para frente al espejo y le enseña el cuento a su reflejo.
-Aquí está. ¿Satisfecho?
Espera con los brazos extendidos ante el espejo, aún mostrando los papeles blancos con letras, palabras, páginas…cuento. Parece enseñar un hijo.
El reflejo asiente con la cabeza, apaciguado.
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José Borges (Queens, 1972) Estudiante de Maestría de Creación Literaria en la Universidad del Sagrado Corazón. Escribe para el colectivo Derivas.net. Ha publicado en la página Narrativa Puertorriqueña del escritor Mario Cancel y es moderador del Taller Virtual de la página CiudadSeva.com