A Zulma, por traer de vuelta a los cobitosTu regreso, tu melena suelta leona al acecho… tu aroma de lavanda, tu sonrisa finita… tu caminar andrógeno y decidido, tu arrumaco de cuchara, tu beso en el talón… tu abrazo sismográfico, tus ojos cuando encuentran los míos, tu succión de la piel detrás de mi rodilla, tu caricia en mi pantorrilla, tu rostro aguileño, tu cielo de la boca, tu silencio, tu jadeo, tu saliva… esto es vida.
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