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domingo, octubre 29, 2006

El Cáliz de la nueva literatura Puertorriqueña
(Parte I)

El Cáliz de la nueva literatura Puertorriqueña (Parte I)
Serie de opiniones sobre el Arte de escribir
Por Yolanda Arroyo Pizarro


Por estos días estoy celebrando mi onomástico. Todavía me faltan cuatro añitos para llegar a los cuarenta y dicen las malas lenguas que aún provoco fuertes pasiones por ahí entre los afectos que me rodean, así que tan mal no me va. Sin embargo, siempre que cumplo años la depresión llega acompañada de reflexiones sobre la vida, sobre lo que escribo, sobre lo que leo, sobre el curso que sigue mi existencia.

Es imperioso para mí saber hacia donde se dirige la literatura de mi país. Leer a los clásicos que la instauraron y seguirles la pista a las nuevas corrientes. Nutrirme del néctar de los nuevos escritores, de sus opiniones, de sus ideas progresistas y vanguardistas. Eso quiero y se vuelve toda una necesidad para mis sentidos. Ellos son el cáliz de la perpetuidad literaria de la tierra que piso, que me ve caminar ansiosa, que me ve llorar bajo la lluvia, que me ve reír sobre algún montículo. Ellos son mi engranaje, en ocasiones mi plato principal o mi postre. Así que a ellos he ido para saber, para curiosear, para averiguar. Quiero saciarme de lo que tienen que decir.

La faena la comencé el año pasado, con el artículo que publiqué en agosto del 2005 titulado “Opiniones sobre el arte de escribir”, en donde respetados colegas me obsequiaron sus pareceres. Entre ellos figuraron Lourdes Marie López, escritora del foro virtual Tallercuento de Ciudadseva.com, el amigo José Borges, talentoso narrador quien se encuentra culminando su Maestría en Creación Literaria y la extraordinaria historiadora, editora, prosista y quien dicho sea de paso, es mi marida de letras, Alma Rivera Collazo.

En esta ocasión he querido ampliar la mesa de discusión, así que he invitado a otros colegas del patio para que me conduzcan sobre sus veredictos en esto de sentarse a tomar el dictado literario.

Las tres preguntas que les hice, son las mismas tres que hice el año pasado:

1. ¿Por qué escribes?
2. ¿Qué papel juega la imaginación en la tarea y en la vida de un escritor?
3. ¿Se le pueden agotar los temas a un escritor?

Estas son sus respuestas:

mariangel
Mariángel Díaz Bergnes

1. ¿POR QUÉ ESCRIBES?
Porque me divierte y me siento libre. Porque entiendo que tengo el don de reinventar la vida y las experiencias que conozco para convertirlas en un suceso literario entretenido, fácil de leer y de entender, cautivando al lector o lectora desde la primera frase hasta la última. Para romper esquemas, los míos y los ajenos.

Escribo para abrir surcos intelectuales que nos enfrenten a una justicia planetaria y nos muevan lo suficiente para querer representar dicha justicia donde quiera que vayamos, para que nuestra fragancia como seres humanos sea esa justicia y la libertad que ésta representa. Escribo porque creo firmemente en la libertad como un valor innegociable.


2. ¿QUÉ PAPEL JUEGA LA IMAGINACIÓN EN LA TAREA Y EN LA VIDA DE UN ESCRITOR?
La imaginación me ayuda en el reinventar la realidad para convertir lo escrito en un suceso verosímil que mueva y conmueva a quien me lea, con la tácita intención de arañarle su conciencia social, tocar sus fibras emocionales o sencillamente entretener a través de un relato que le haga reaccionar más allá de sus prejuicios y su realidad inmediata.

3. ¿SE LE PUEDEN AGOTAR LOS TEMAS A UN ESCRITOR?
Nunca. Los temas son inagotables. Los temas son la vida entera que nos acompaña.


IsaacCazorla
Isaac Cazorla
1. ¿POR QUÉ ESCRIBES?
Escribo por diversas razones. Hoy no creo saberlas todas: algunas aparecen y desaparecen de un día para otro. Pero, por mencionar la más recurrente, diré que escribo porque escribir es un placer.

2. ¿QUÉ PAPEL JUEGA LA IMAGINACIÓN EN LA TAREA Y EN LA VIDA DE UN ESCRITOR?
Creo que la importancia de la imaginación en la tarea del escritor depende de cada escritor (y de cada escrito). Hay otros oficios –algunos no muy lejanos- que requieren más de la imaginación que la literatura. Uno puede escribir un cuento –por ejemplo- sin mucha imaginación, basándose en una experiencia vivida o contemplada. El historiador en cambio, no puede reconstruir un contexto sin imaginación. El científico no puede resolver una fórmula sin imaginación. El abogado no puede presentar un caso sin imaginación, el arquitecto no puede diseñar un edificio sin imaginación, el ingeniero no puede planificar un puente sin imaginación. El escritor, en cambio, utiliza la imaginación para subvertir la realidad si –y sólo si- desea hacerlo. En este caso se convierte en un instrumento importante para su tarea.

Sin embargo es en la vida –y no en el oficio- en donde la imaginación cobra una importancia vital. Creo que no es posible vivir sin imaginación en tanto las personas nos dirigimos sólo hacia aquello que imaginamos: todo futuro, por inasible, pertenece al mundo imaginario. El día que está por comenzar, el ascenso laboral, el café de las tres, el siguiente beso, la próxima sábana fresca y hasta el propio epitafio o la herencia que dejaremos (o que vamos a cobrar) –por ejemplo- pueblan el mundo imaginario por el que todos vivimos. Sin imaginar algo, no nos atreveríamos a despertar.

3. ¿SE LE PUEDEN AGOTAR LOS TEMAS A UN ESCRITOR?
No creo que los temas puedan agotarse (porque no se agota el color al cerrar los ojos o no se agota la música al taparse los oídos). Pero sí creo que puede agotarse el escritor. Cuestión de descansar …o de olvidarlo.

viernes, octubre 27, 2006

La tarde en que abracé a Laura Restrepo
Crónica por Yolanda Arroyo Pizarro

Tan pronto la vi entrar, la noté famélica de olas, de arena, de mares caribeños y de playas borincanas. Laura llevaba descolgada de los labios ese tipo de sonrisa que se dispara con toda la efusividad del mundo, que se adorna con un carisma genuino.

Muchos habíamos llegado a la facultad de Humanidades en la Yupi debajo de un aguacero inmisericorde. El fenómeno había dejado vehículos inundados y a la deriva en un afluente de río bravío permutado en lo que quedaba de la avenida Muñoz Rivera. Luego de ése obstáculo pluvial, muchos anduvimos descalzos ya que nuestro calzado sucumbió a la realidad de la vaguada que nos llevaba el alma corriente abajo por las escalinatas destino a la Sala A. Allí, justo al final, rebosaba una fuente improvisada por los escalones, que si bien daba testimonio inquebrantable de la torpeza de los desarrolladores, también mostraba una belleza subyugante, digna de ser inmortalizada por algunos de nosotros en las letras.

Nos cambiaron el salón original de la convocación previniendo una mayor catástrofe ante las ráfagas de viento. Nos movimos todos hasta el Seminario Federico de Oniz. Una vez allí, empapados y recibiendo los embates del ahora aire acondicionado que seguramente se responsabilizaría de alguna inminente bronquitis, nos sentamos a esperar a que llegara la fuente de nuestra devoción.

Laura llegó puntual. Llevaba un vestido largo negro, de tela suavecita y fina que contrastaba con su oscuro cabello y como dijera ya, su sonrisa a flor de piel dispuesta al invite del rompeolas borincano. Me acerqué y me abrazó. Así de sencillo. El resto de la multitud comenzó a acercarse también. Nos tomamos fotos con ella, le hicimos varias preguntas de su estadía en la isla, de cómo la estaba pasando, del tapón descomunal que había tomado debido a las lluvias y de sus próximos compromisos literarios. A todo ello Laura contestó con un magnetismo y ecuanimidad pocas veces visto.


Mis expectativas hacia esta mujer—la cual considero una de las mejores escritoras del mundo— eran muy altas, y corría el riesgo de irme directito al sótano de picada y de cabeza si no eran copadas. Sin embargo, me sorprendí al darme cuenta de que todas las expectativas Laura las iba llenando poquito a poco. Desde que nos contara sobre sus anécdotas escribiendo su novela Delirio para el Premio Alfaguara, pasando por su formación literaria en Colombia, contándonos y haciendo paralelismo con sus otras obras, hasta la cátedra tan esencial que nos ofreció sobre el proceso de la escritura. Todo ello la hizo crecerse aún más si fuera posible, ocupando ahora un puesto mayor entre mis respetos y admiraciones que por derecho le pertenecían.

Laura Restrepo en su novela Delirio me había virado como media desde la primera leída, y tal efecto se multiplicó y hasta se elevó a la milésima potencia justo en las siguientes relecturas. Ahora Laura nos contaba cuan importante era para ella haber llevado el mensaje de la violencia que se esconde detrás de las mentiras familiares, —que es el tema principal de la novela y el disparador de la locura de Agustina, —rodeado de la situación social que arropa su país Colombia. Hubiera querido decirle cómo me había enamorado yo del Bichi, y por supuesto de mi infatuación por su antitesis tan colmado de virilidad en el Midas Mc Alister, pero no hubo mucho tiempo. El público la abarrotaba con preguntas tan intensas como ingeniosas, cargadas de un contenido intelectual tan enorme que me hizo volver a tener fe en el efecto que la literatura causaba en mis congéneres. En vez de ello, le pregunté sobre la historia de la portada, y justo fue allí cuando “la tarde en que abracé a Laura Restrepo” llegó hasta el cenit más sublime. Laura, que poseía total y absoluto dominio de las destrezas de control de grupo y de proyección en presentaciones, exclamó mi nombre—sí, dijo claramente y a viva voz “Yolanda”— y acto seguido pasó a contestar mi pregunta. Yo quedé en un trance en donde ella y yo éramos las únicas en aquella sala, y la escuché como un niño escucha la voz tierna y bondadosa de una madre que le instruye.

Laura me contó —debería decir nos contó pero no me da la gana— que cuando escribe, se siente como si estuviera vistiendo a una persona, y enseguida lo primero que hace es ponerle el sombrero. Ese “sombrero” viene a ser el título acompañado de la portada a su libro, y con relación a ésta nos indicó que la había visto en una exhibición de arte de la fotógrafa Sandy Skoglund. Le había gustado tanto que estuvo meses enteros intentando convencer a la artista para que le permitiera usarla y por fin lo logró.

Aún con sus ojos brillosos en apetencia de marullos y sed de arrecifes borinqueños, Laura fue lo suficientemente bondadosa y altruista como para abrir su cofre del tesoro y repartirnos joyas a cada uno. De todas las alhajas que nos brindó, las más que atesoré fueron dos. La primera de ellas: cuando nos habló de la génesis de Delirio, explicándonos que había escrito en grandes cartulinas de colores los nombres de las cuatro voces narrativas de la obra para irle adjudicando características y elementos exclusivos que resaltaran a lo largo de la historia las diferentes personalidades, gestión que por nada del mundo dejaba en manos del procesador de texto, puesto que prefería ver el entorno del mundo que iba creando y recreando como si fueran papiros de la más onerosa cartografía. Sin duda alguna para ella esto era el equivalente a un elemento de brújula imaginaria que le permitía distinguir cada punto cardinal fielmente desde un contexto más práctico.

Lo segundo: cuando nos mencionó el efecto que había causado su novela en el presidente del jurado José Saramago y la anecdótica pregunta que el premio Nóbel de Literatura le había hecho sobre Delirio: “¿contra quien estás saldando cuentas con esta historia, Laura?” ¡Ah!, y Laura nos contó que la perspicacia de Saramago no había caído en oídos sordos, porque en efecto —pasó a decirnos a continuación— “cuando escribimos desde el corazón, desde la memoria, y desde la realidad disfrazada que nosotros eventualmente disfrazaremos más, siempre se saldan cuentas con nuestros fantasmas, y demonios y delirios del pasado que nos angustian”. ¡Que la literatura sirve para saldar cuentas con nuestros tormentos!, dijo Restrepo, y yo me convencí. Toda una lección invaluable.

El conversatorio con Laura culminó y las inclemencias del tiempo afortunadamente mejoraron, así que nos pudimos ir un poco más secos devuelta a nuestros carros. Yo no sé los demás, pero lo que era yo, iba caminando descalza y con una enorme sonrisa que nada ni nadie sería capaz de borrarme del alma.

Photobucket - Video and Image Hosting
De izquierda a derecha: Mayra Santos-Febres, Laura Restrepo y Yolanda Arroyo.



Publicado originalmente en Derivas.net el martes, julio 26, 2005

Gira Sotanera... no se la pierdan





De izquierda a derecha, María Antúnez, Carlos Esteban Cana, Yolanda Arroyo Pizarro y Julio César Pol.


SOTANO TOUR 2006

EL SÓTANO 00931 E ISLA NEGRA EDITORES
INVITAN A LAS PRESENTACIONES DE LOS LIBROS
DE LOS ESCRITORES DEL COLECTIVO EL SÓTANO 00931:


AMARILIS TAVÁREZ VALES: REALID(H)ADES
JOHN TORRES: FRACTURAS DEL DEVENIR

JULIO CÉSAR POL: LA LUZ NECESARIA

JUANMANUEL GONZÁLEZ: SOBRE TODO TUS SILENCIOS
FEDERICO IRIZARRY NATAL: KITSH

SABADO 28 DE OCTUBRE 7:00 PM EN BORDERS DE CAROLINA
PRESENTACION A CARGO DE JADITZA AGUILAR


MARTES 7 DE NOVIEMBRE 7:00 PM EN UPR PONCE
PRESENTACION A CARGO DE JOSE PONS Y ALBERTO MARTINEZ

jueves, octubre 26, 2006

Corazones rotos
por Yolanda Arroyo Pizarro

Con cariño, a María...



El cibermundo le ha abierto la puerta a mujeres que no se atreven —por cualquier razón— a levantarse un jevo en el Happy Hour, pero que, utilizando el flat monitor de escudo, y la redacción de textos compactos con emoticones de resguardo, logran acumular la suficiente valentía como para acceder a un “blind date” en combo agrandado, o sea, con extras. Digo “extras” porque en vías de lograr la meta de la “pajillus mentis”, hasta se pautan beneficios extendidos en pro del “conquistado” si la velada logra llenar las expectativas. Hacen aparición inmediata promesas de “te haré esto por allí”, y “lo otro por allá” que tan pronto son redactadas en la caja de texto virtual, logran efectos interesantes y devastadores sobre las “partes nobles” de ambos redactores. El cerebro y la intuición ceden su espacio al placer de los sentidos hormonales. De ese modo, estas mujeres se tiran la maroma de encontrarse con tipos extraños que sólo han visto por webcam (a lo sumo), o que de otro modo, únicamente han visto en una fotografía. En ocasiones dan por sentada como verídica esa misma imagen en formato jpeg que el contactado envió a través del Messenger, aludiendo a los valores moralmente honestos del individuo que acaban de conocer, y suponiendo que al mismo no se le ocurriría jamás-ni-nunca alterarla.

Son precisamente esas “partes nobles” las que llevan la delantera en el encuentro; son ellas las que mandan, sin importar que se descubra que el jpeg se haya retocado en Photoshop, o que la imagen de la webcam haya venido acompañada de algún tic nervioso esofágico que nunca pudo captarse en pantalla, por aquello de las resoluciones, distorsiones de la imagen y/o “buffer” de transmisión. La meta es acostarse con el tipo, pues porque sí. Porque hace tanto que no me tiro a nadie; porque desde hace seis años nada de nada y seguramente me ha vuelto a crecer el himen; porque si no ahora ¿cuándo?, que hay que aprovechar las oportunidades según caen del cielo, caramba. Si total, ya estamos ahí. Vestidas y bastante alborotadas. Y se deja una engatusar por una misma (que lo único que ha hecho el ciberdate es reírse como un idiota y toser toda la noche a lo bestia). Tienen esas mujeres la cartera llena de las páginas dobladas e impresas, de todas las palabras hermosas y plagiadas de poesía.com que el susodicho les ha versado en el chat.

¿Ignora esa mujer engatusada, que el Don Juan desaparecerá en la mañana, y que no le volverá a contestar el teléfono y lo que es peor, que la bloqueará de su lista de contactos del Messenger? Puede ser. Pero soy de la opinión que en el fondo se sospechaba lo que ocurriría. Que muy, muy en el fondo se sabía que esa probabilidad existía. Lo que pasa es que el lapachero mental no deja escuchar el sentido común, el “te lo dije” que todas llevamos dentro.

Se convierte esta mujer en una más con el corazón roto. Porque, créanlo o no, estas mujeres son tan buenazas y tan loables que sufren. Y lo hacen por meses. Luego se recuperan y juran no volver a contactar a nadie por el Messenger. Y cumplen. El nuevo amor se contactará esta vez por Yahoo Personals, Match dotcom o Guame punto com. Por aquello de irnos más a la segura.



Publicado originalmente el viernes, 22 de julio de 2005 en Derivas.net

sábado, octubre 21, 2006

Haber bebido de Bondades de Cronos




La actividad de presentación del libro Bondades de Cronos de Maribel R. Ortiz, nos mostró a una poeta de ingenio, a una mujer apasionada y llena de talento para el “performance”. Maribel nos hechizó con sus versos, con sus formas a ritmo de cadencia, con su entorno maravillosamente orquestado, con un show multimedia y por último con su voz. Sus versos fueron declamados como gotas que caen del cielo y se convierten en gatos sobre el tejado. La felicitamos a ella por el lustre y variedad que dio al evento, a su compañero de vida por el apoyo y pasión mostrados, Mario R. Cancel, y a sus diligentes editores, Elidio y Ana Ivelisse de Terranova.


Video y Fotos: Yolanda Arroyo Pizarro
(Espere unos minutos por el "buffering" y hacer clic en Play)





jueves, octubre 19, 2006

Dido - Here With Me

Borrar todas las fotos. Cerrar los ojos. Olvidar las declaraciones de amor, ignorar las promesas… Aceptar lo que ella me pida, que soy su puta o su amiga, su amor de fin de semana o su vuelo de alas marchitas. Aceptar su intención de vida futura, o la hidalguía de su huida, su naturaleza viperina, su ser. Así, ya. Sin preguntar mucho. Así, ya, sin querer saber de nada.


I didn't hear you leave
I wonder how am I still here
And I don't want to move a thing
It might change my memory

Oh I am what I am
I do what I want
But I can't hide

And I won't go
I won't sleep
I can't breathe
Until you're resting here with me

And I won't leave
I can't hide
I cannot be
Until you're resting here with me

I don't want to call my friends
For they might wake me from this dream
And I can't leave this bed
Risk forgetting all that's been

Oh I am what I am
I do what I want
But I can't hide

And I won't go
I won't sleep
I can't breathe
Until you're resting here with me

I won't leave
I can't hide
I cannot be
Until you're resting here

I won't go
And I won't sleep
And I can't breathe
Until you're resting here with me

And I won't leave
I can't hide
I cannot be
Until you're resting here with me

Oh I am what I am
I do what I want
But I can't hide

And I won't go
I won't sleep
And I can't breathe
Until you're resting here with me

I won't leave
I can't hide
I cannot be
Until you're resting here

And I won't go
And I won't sleep
And I can't breathe
Until you're resting here with me

I won't leave
I can't hide
I cannot be
Until you're resting here with me

martes, octubre 17, 2006

Cuento: PASTORAL
Por Ignacio de Iraola

Cuento leído en el último encuentro de escritores en Café Berlín.



— Aaaahg!!! — El grito fue grande, como el orgasmo... y la frustración.
Se agarró a ella con pena y se durmió.
Despertó abrazado. Ella no se había movido.
— Tenemos que hablar. — Se lo dijo al oído con ternura. — Yo siento mucho por ti.
No se atrevía a ser directo. La pegó más a su cuerpo.
— Yo siento que tú no participas. Estás distante. — le pasó la mano por la cabeza.
Ella no hizo nada.
— No haz tenido un orgasmo nunca. — Se contuvo temeroso de lo que había dicho.
Ella no se movió.
— Te he traído tus manjares favoritos y te los he dado de mi mano. — La miró con ternura.
Pero los ojos tristes no enseñaban placer.
Con otra táctica:
— He visto cómo te maman, y créeme, no me he puesto celoso, pero creo que disfrutas más con ellos que conmigo. Se que debes hacerlo, sino se mueren.
— ¡Haz algo! ¡Dime algo! — subió el tono, sin coraje.
Ella ni lo miró.
La apretó hacia sí con fuerza, casi haciéndole daño sin notarlo.
Ella baló.
— Perdona, ¿Te lastimé? — y acarició su vellocino.
Y sonrió cuando ella finalmente tuvo una respuesta:
— Bee eeh....

Ignacio de Iraola
Septiembre de 2006
Editado en octubre 4 de 2006

miércoles, octubre 11, 2006

Mis menstruaciones y una canción


Artista: Ricardo Arjona
Album: Adentro
Canción: De vez en mes

De vez en mes te haces artista,
dejando un cuadro impresionista
debajo del edredón.

De vez en mes con tu acuarela,
pintas girones de ciruela
que van a dar hasta el colchón.

De vez en mes un detergente,
Se roba el arte intermitente
De tu vientre y su creación.

Si es natural cuando eres dama,
que pintes rosas en la cama
una vez de vez en mes.

[Coro]
De vez en mes
una cigüeña se suicida,
y ahí estás tú tan deprimida
buscándole una explicación.
De vez en mes
el cielo te roba el milagro,
el tiempo te hace un calendario
de una vez, de vez en mes.
De vez en mes
tú me propones huelga de hambre,
yo algo de imaginación.

De vez en mes la luna nueva,
viene a quitar lo que renueva
y a colocar otra ilusión.

De vez en mes soy invisible,
para intentar en lo posible
no promover tu mal humor.

De vez en mes no hay quien te aguante,
y es un pecado estar distante
y otro peor quedarme ahí.

y aunque hay receso obligatorio,
y el cieo se hace un purgatorio
te amo más, de vez en mes.

[Coro]

De vez en mes
tu vientre ensaya para cuna,
tu humor depende de la luna
y yo te quiero un poco más.

De vez en mes
a tu te da por tomar siestas,
a tus hormonas por las fiestas
y el culpable siempre yo.

De vez en mes
no hay más reloj que el de tu cuerpo,
no hay más luz que la que das.
De vez en mes.

De vez en mes.


martes, octubre 10, 2006

Performace "Aparato del tiempo" con Maribel Ortiz

Viernes, 20 de octubre, 7 PM
Cuartel de Ballajá Viejo San Juan



Performace

Terranova Editores y la poeta Maribel R. Ortiz invita a tod@s a montarse en el Aparato del tiempo, para conocer las Bondades de Cronos. Será un viaje a través de universos paralelos habitados por mariposas caóticas y otros especímenes, mininas metrópolis, hoyos negros, vampiras y demás poemas dimensionales. “Allí el espacio es habitáculo del nefasto discurso”… (Kaos).A- par -para -rato del tiempo (dígase aparato) aparatosa combinación de teatro y performance. Músicos de antifaz y orejas felinas interpretarán jingles y recitarán versos, el público se subastará al mejor postor, “todo tiene un precio”… (Ebay in-corpo-rate.) “en una ciudad amurallada de gatos.” (Minina metrópoli)


Para información adicional, favor de comunicarse a anaivelisse@terranovaeditores.com

miércoles, octubre 04, 2006

Leo mientras escucho Claire de Lune

Gracias, Alma, por recordarme estos contratos...


Me comprometo a vivir con intensidad y regocijo,
a no dejarme vencer por los abismos del amor,
ni por el miedo que de éste me caiga encima,
ni por el olvido, ni siquiera por el tormento de
una pasión contrariada.
Me comprometo a recordar, a conocer mis yerros, a
bendecir mis arrebatos.

Me comprometo a perdonar
los abandonos, a no desdeñar
nada de todo lo que me
conmueva, me deslumbre,
me quebrante, me alegre.

Larga vida prometo,
larga paciencia,
historias largas.

Y nada abreviaré que deba sucederme,
ni la pena ni el éxtasis,
para cuando sea vieja
tenga como deleite
la detallada historia de mi vida.



Ninguna eternidad como la mía, Angeles Mastretta



domingo, octubre 01, 2006

Aplauso para Luis Othoniel Rosa


Al escritor Luis Othoniel Rosa lo vengo estudiando desde que le descubriera en una maravillosa antología de Mayra Santos-Febres. En aquella ocasión redacté un artículo publicado por el periódico El Vocero de Puerto Rico y la revista interactiva Letralia.com titulado La narrativa puertorriqueña en “Cuentos de oficio”. En él describí a Othoniel Rosa como un oficial de prosa que sabía lo mismo que el gran Horacio Quiroga, que “en un cuento bien logrado, las tres primeras líneas tienen casi la misma importancia que las tres últimas”.

Más tarde volví a coincidir con Othoniel Rosa en el colectivo literario Derivas.net. Esta tarde acabo de leer en el periódico que se ha posicionado como una de las primeras voces de la narrativa emergente del país al alcanzar el Primer Premio de Cuento en el Certamen 2006, patrocinado por El Nuevo Día.

Felicitamos al amigo y colega. Para leer su cuento Aquiles mejor que Aquiles acceder aquí.

Enhorabuena para Jocelyn Pimentel


Jocelyn Pimentel acaba de ganar el Certamen de Poesía Olga Nolla 2006. La poeta es la creadora del blog Comentario que se encuentra en la dirección http://ojitosdemar.blogspot.com/. Su poemario ‘[cartografía del silencio]’, le ha merecido la atención del jurado que catalogó a su obra de "brevedades íntimas pero accesibles, plasmadas desde una distancia intelectual, pero con un efecto muy emocional".

Brincamos de la alegría ante este logro de la amiga Ojitos.

Para leer los reportajes de El Nuevo Día sobre el galardón y laudo ir a:

http://www.endi.com//XStatic/endi/template/nota.aspx?n=81670

http://www.endi.com//XStatic/endi/template/nota.aspx?n=81686

http://www.endi.com//XStatic/endi/template/nota.aspx?n=81674