martes, octubre 12, 2010

Antología de la UNAM: Sólo cuento

Antología de la UNAM: Sólo cuento tomo II
Fragmentos del prólogo

Se trató de armar una buena antología de cuentos en lengua española, “cuentos excepcionales de autores vivos, de distintas tendencias, edades, intereses temáticos y estilísticos cuya única vinculación es la lengua en que están escritos”, como apuntó en su momento Rosa Beltrán. También, como en su precedente, se estructuró la antología por “atmósferas” (límites, aprendizajes, revelaciones, criaturas, etcétera), que son fronteras subjetivas construidas en este caso por Ana García Bergua (artífice de la selección y ella misma notable practicante del género), y que funcionan como posible guía del lector en esta summa hispanoamericana de ficciones portátiles cuya lectura continua (corrida, sin pausas) podría provocar delirios extremos, por lo que se recomienda aplicar los cuentos en dosis reducidas: uno o dos o hasta tres por día. No más. A riesgo de contraer una severa, aunque gozosa, intoxicación narrativa.

(…)

En la sección inicial, “Límites”, en los primeros cuentos (“Una raya en el agua” de Andrés Neuman, “Fin del mundo” de Héctor Manjarrez y “Ley de costas” de Lola López Mondéjar), las fronteras son tanto geográficas (los tres están ubicados en zonas de playa o acantilados) como personales: los lazos de los amantes son puestos a prueba y los paisajes exteriores se vuelven reflejo de un malestar interior conjunto. Luego (en “Ángeles caídos” de Alondra Badano Gaona y “El jardín de los ciegos” de Guillermo Fadanelli) se visita a la infancia y a la vejez, que son las playas, digámoslo así, entre la nada y la vida, una, y entre la vida y la nada, la otra.

(…)

La antología da entonces un salto de lo impalpable a lo corpóreo con dos apartados, “(Des)Encuentros” y “Perversiones”, y se transita en ellos de manera peculiar, como si se pasara de la primera cita (o ni siquiera eso, de la primera vez que dos miradas se funden) al develamiento no instantáneo pero sí consecuente de las honduras del Eros. Ya se ha dicho que la construcción de una antología implica el riesgo de atar lazos de un modo que no estaba previsto: riesgo o fortuna, porque se crean por azar comunidades. Y de esa forma funciona, más o menos, la vida en sociedad.

En cuanto a “(Des)Encuentros”, una recurrencia es el observar a dos personajes que podrían estar juntos y atender con mirada científica el modo como se atraen o se repelen: pasa entre un melómano y una deportista (“La corredora de Cuemanco y al aficionado a Schubert” de Mónica Lavín), o entre los que pacientemente se forman en el banco (“En la fila” de Enrique Jaramillo Levi), o cuando se pasa de las virtualidades al conocimiento concreto (“Emoticons” de Aurora Arias), o entre dos que viven juntos pero no cumplen la sentencia de Antonio Porchia de que “estar en compañía no es estar con alguien sino estar en alguien” (en “Pie sucio” de Hernán Ronsino), como homenajes también a las inevitables disonancias (“Las notas falsas” de Karla Suárez) o al falsete (a lo Shakira, la cantante colombiana) del amor, éste visto como enfermedad (en “Avalancha” de Yolanda Arroyo Pizarro).

Septiembre 2010

Fuente: http://alejandrotoledo.blogspot.com/2010/09/prologo-solo-cuento-ii-casi-dos-decadas.html

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Acerca de mí

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Yolanda Arroyo Pizarro (Guaynabo, 1970). Es novelista, cuentista y ensayista puertorriqueña. Fue elegida una de las escritoras latinoamericanas más importantes menores de 39 años del Bogotá39 convocado por la UNESCO, el Hay Festival y la Secretaría de Cultura de Bogotá por motivo de celebrar a Bogotá como Capital Mundial del libro 2007. Acaba de recibir Residency Grant Award 2011 del National Hispanic Cultural Center en Nuevo México. Es autora de los libros de cuentos, ‘Avalancha’ (2011), ‘Historias para morderte los labios’ (Finalista PEN Club 2010), y ‘Ojos de Luna’ (Segundo Premio Nacional 2008, Instituto de Literatura Puertorriqueña; Libro del Año 2007 Periódico El Nuevo Día), además de los libros de poesía ‘Medialengua’ (2010) y Perseidas (2011). Ha publicado las novelas ‘Los documentados’ (Finalista Premio PEN Club 2006) y Caparazones (2010, publicada en Puerto Rico y España).

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