Por Raquel Albarrán
I
— ¿Trajiste el cuento?
— No.
— ¿Por qué?
— Porque no.
— Has de estar haciendo algo genial, ¿no?
— No.
— ¿Como que no?
— No me sale nada...
— Ay, ¡mira que modesta la nena!
II
Word. A velocidad constante, la luminosidad del cursor oscila unas 66 veces por minuto. Que es lo mismo que unas 3,960 veces por hora. Ó, 570, 240, el silencio de casi una semana.
_____________________________
4 comentarios:
Me encanta ver cómo cada cual enfrenta o observa este proceso. Sólo les puedo decir: Voy a ustedes.
"Yo puedo!!", decia una cancion
Je je. Esa es mi reacción. No puedo explayarme más sobre un síndrome ya harto conocido. Aunque sí puedo agregar algo que estuve practicando últimamente: sentarme frente a la máquina y mirar para el costado, en un ángulo exacto de 90 grados con respecto al monitor; luego pensar y no volver la vista al frente hasta no tener una frase que escupir. Espero sirva de algo. Salú y letras.
La página en blanco, el canvas en blanco, el codigo de programación en blanco... hasta el cabello se me esta poniendo blanco. Sé lo que es eso.
Saludos,
Jorge Sepulveda
Ex-alumno UPR Rio Piedras
Publicar un comentario