Por Carlos Esteban Cana
Saludos desde la ciudad de Río Piedras, corazón universitario del área metropolitana de Puerto Rico. A continuación, y sin demoras, presentamos parte de lo ocurrido en nuestro ambiente literario, muy dinámico por cierto, durante los meses de marzo y abril del 2007. Eso sí, sugerimos que esta crónica se paladee a sorbos, entre pausas. Quizás los asteriscos que anteceden los párrafos puedan indicar señales adecuadas para su lectura.
Ante una audiencia de estudiantes y profesores la revista Faden entró con pie derecho en la Universidad de Puerto Rico. El 6 de marzo tuvo su presentación oficial de la mano del profesor de literatura, escritor y director de Terranova Editores, Elidio La Torre Lagares, en el Seminario Federico de Onís. La Torre Lagares señaló: “Todo proyecto de publicación literaria en Puerto Rico es, de por sí, un acto de manifestación política dada las condiciones de producción y consumo de nuestra literatura. No cabe duda que desde la publicación de un libro o una revista hasta la constitución de un cuerpo editorial constituye una propuesta de cambio en una sociedad que aún sufre altos niveles de analfabetismo, literal y funcional, como de una desabrida apatía hacia los libros y la literatura. Pero, de algún modo, como un hilo de luz invisible -o la metáfora del hilo de voz que acuñara Noel Luna-, nos repetimos en el tiempo en gestas quijotescas, atrevidas, dinámicas, para solventar, de algún modo, como decía Bataille, nuestra discontinuidad en el tiempo. Hoy, como en su momento le tocó a El Sótano 00931, Tongüas y Pastiche, el turno de entrar en esa sincronía es de Faden, dirigida por Gabriela Sifre y Ricardo Ramos-Soto, y que hoy presenta su edición príncipe al público lector universitario y general”.
La velada nos dio la oportunidad de conversar con varios de los jóvenes que colaboraron en la edición. Gustavo Quintero que se indentifica con la creación de cuentos cortos nos habló de Cortázar, Borges y Nabokov como sus influencias, Mariola Rosario Padró, lectora voraz de Franz Kafka, Clarice Lispector y Hoffman, combina su gusto por la imagen y la economía de palabras en breves poemas y Juan Serrano Santiago, quien estuvo asociado a la revista Puñal de epifanía, expresó: “Mi poesía se alimenta de la experiencia de estar aquí. En cada esquina pueden existir mil versos. La vida misma es lo que a la larga acrecienta esa sensibilidad”.
Anteriormente, y para ser preciso, 24 horas antes habíamos escuchado al editor de la publicación Ricardo Ramos Soto en el programa Piedra, papel y tijera, que transmite Radio Universidad, explicar lo que significaba el emblemático título y los propósitos de la revista: “Faden es un vocablo del esperanto que significa hilo. El esperanto es un idioma, un intento de hacer un idioma universal, y de la misma manera en la revista intentamos hilvanar nacionalidades, edades y manifestaciones. El enfoque es que la literatura y el arte no está restringido a sólo un grupo. Nuestra convocatoria es una abierta. Eso es lo que nos mueve abrir el espacio”.
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Y si de cobertura mediática a nuestros literatos se trata, no podemos dejar pasar por alto dos acontecimientos televisivos que ocurrieron esa misma semana, y ambos a través del canal 6 de la Corporación de Puerto Rico para la Difusión Pública. El primero trata de la visita de la escritora Rosario Ferré al programa Cultura Viva, por motivo del lanzamiento de su más reciente libro titulado Fisuras bajo el sello de la editorial Callejón. En la entrevista que sostuvo con la actriz Johana Rosaly, Ferré habló sobre la poesía que le ha ocupado los últimos cuatro años: “Es una poesía coloquial; de conversación íntima. Me gusta ese tipo de poesía. Hablar de lo que sucede todos los días, (por ejemplo) en la playa, viendo a los muchachos coger las olas; cualquier cosita que le pase a uno. Todo puede ser tema de un poema. Es como una conversación, es poesía coloquial”. Y sobre el proceso de creación en Fisuras añadió: “Para escribir un poema realizo como 50 versiones, déjame decirte que para sacar estas pequeñas fisuras, que son como el huesito del pescado después que se le ha comido la carne, toma versiones y versiones, resmas de papel que hay que botar”.
El segundo acontecimiento televisivo al que hacemos alusión es al documental Un hombre consciente de su identidad transmitido el 10 de marzo y producido por Ulises Rodríguez y dirigido por Papo Nazario. El mismo recoge la vida y obra del novelista más prolífico del siglo XX en Puerto Rico, nos referimos al siempre vigente Enrique Laguerre. Y como a través de la magia televisiva fue posible escuchar nuevamente la parsimoniosa voz de don Enrique es importante destacar algunas de sus reflexiones: “Me ha preocupado salir de la interinidad porque no se puede hacer una vida de significación válida, si se quiere vivir interinamente; eso siempre me ha preocupado, porque quien vive interinamente no hace obra permanente, y a nosotros en Puerto Rico nos hace falta que exista obra permanente, aunque sea sencilla, hacer el trabajo bien hecho”. Y en medio de un ambiente donde, a veces, no todo lo que brilla es oro siempre es bueno escuchar la voz de un verdadero maestro, que en palabras del propio Laguerre es aquel que nunca deja de serlo: “Se habla mucho de la gloria de este escritor, de lo grande que es este autor y se le ve desde un punto de vista egocéntrico, sin embargo creo que el autor debe estar ahí para servir a su País”.
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Por otro lado El Pen Club de Puerto Rico rindió merecido homenaje a una de las voces de más respetadas en el panorama literario insular, la poeta Kattia Chico. En un evento que se caracterizó por ser una verdadera reunión de amigos en el Chateau Rouge el sábado 7 de abril, la poeta Mairym Cruz Bernal tuvo las siguientes palabras para su colega: “No conozco otra persona que sea más íntima que Kattia. No conozco otra persona que sea más secretiva que Kattia. Mi máquina de escribir me acaba de marcar que secretiva no existe porque para inventar a Kattia hay que decir palabras nuevas. Cuando Kattia se pone de pie y nos conversa, ella es en sí el planeta tierra. Su cuerpo tiene un leve movimiento sin parar que va girando y girando, muy lentamente, como una danza disimulada que hace con el mundo”. Y más adelante Cruz Benal añadió: “Porque Kattia no tiene nada que inventar, la vida en sí le dio la metáfora, los perfiles, las montañas, los profundos dolores, la perplejidad, una hija a su vez, le dio los gatos y dos manos suficientes para la caricia, la de nuestra piel, la de sus poemas”.
El evento continúo con la lectura de Chico de nuevos poemas y algunas de sus piezas más emblemáticas como Efectos secundarios del olvido, El palacio de la luz, Sábato en las matemáticas e Inventario de excusas. También fueron parte del homenaje los escritores John Torres, Ana María Fuster, Michelle Rodríguez y Samuel Medina. Vale la pena destacar la excelente conducción del evento por parte del también poeta Miguel Ayala.
Y si del Chateau Rouge hablamos no podemos olvidar la presentación del Libro de las sombras, primer poemario de la también editora de Borinquen literario y Bocetos de una ciudad silente Ana María Fuster Lavín. Una noche intensa a casa llena que dio paso a la efervescencia del poder de la metáfora. Y de ese acontecimiento editorial ocurrido el pasado 10 de marzo, no queremos que caiga en el olvido algunas de las palabras que Iva Yates, autora del espacio cibernético Pinacoteca, compartió con los presentes: “El poemario de Ana María Fuster lleva el título que le corresponde porque nos muestra, a través de una pequeña rendija, la historia de una bruja cualquiera y la relación de esta con su entorno físico y espiritual. La bruja poeta se mueve entre juegos temporales de Cronos, las olas espumosas de Yemayá, la oscuridad del Hades y las calles de la ciudad, entre lo visceral y lo sublime, lo físico y lo sensual. Encontramos aquí pedazos de las sombras, desde lo cotidiano hasta los deseos más íntimos y clandestinos”.
Tenemos que añadir que aprovechamos la gira promocional del Libro de las sombras al recinto de Aguadilla de la Universidad de Puerto Rico, el jueves 15 de marzo para entrevistar a la Dra. Herminia Alemañy, especialista en la narrativa de la mexicana Rosario Castellanos y directora del Departamento de Español de dicha institución. Alemañy, con un plan docente de vanguardia ha colocado a su departamento en un lugar de relieve, en lo que a la enseñanza de la literatura puertorriqueña e hispanoamericana contemporánea se refiere. Con la amabilidad que la caracteriza, la nos indicó: “Lo que tenemos es un proyecto especial con los estudiantes para que conozcan a los escritores puertorriqueños jóvenes. Y no es que nosotros no estudiemos a Luis Rafael Sánchez o a Enrique Laguerre, siempre lo hacemos, pero deseamos además que nuestros alumnos también entren en contacto con lo que se está escribiendo ahora. Mi intención es que ellos se acerquen a las nuevas tendencias y técnicas creativas. Se trata de que conozcan lo que se está escribiendo actualmente, tanto en Puerto Rico como en hispanoamérica”.
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Y si de surcos nuevos y necesarios en las letras boricuas se trata es imperativo nombrar el trabajo creativo que han estado realizando autores como Carlos Vázquez Cruz, Emilio del Carril, Ángel Lozada y Benito Paztoriza, para mencionar sólo algunos de los nombres de escritores que han tomado el batón que dejara la inmensa obra de Manuel Ramos Otero. En este caso nos ocuparemos, sin embargo, de Moisés Agosto.
Nocturno y otros desamparos fue presentado el 15 de marzo y aún está en boca de todos. Para el bautizo o presentación del libro, publicado por Terranova Editores, contamos con la presencia de Rubén Ríos Ávila, autor de Desembocadura y La raza cómica. Nos dice el crítico: “La literatura y el arte en general tienen otra manera de ser políticos, esa manera la describe elocuentemente el mismo Moisés con el epígrafe de Paul Auster con que comienza su libro, dice así: ‘Al ver tantas vidas al descubierto en tan poco espacio de tiempo, el viajero adquiere una nueva comprensión de sí mismo y de su lugar en el mundo, se ve como un elemento de vasto conjunto, y se ve como un individuo diferenciado, un ser sin precedentes, con un futuro personal insustituible, y se entiende, por último, que sobre él recae la exclusiva responsabilidad de ser quien es.
Continúa Ríos Ávila después de hacer la referencia anterior: “Y de eso se trata también la ética de la escritura y la del arte, de un compromiso ineludible que enfrenta al artista con el imperativo de ser, nada más y nada menos, quién es. Es un imperativo categórico que acepta sin miramientos y sin ambages la responsabilidad de asumir nuestro destino, esa condición de lo insustituible en cada cual que nos exige que nos atrevamos a presentarle al mundo nuestra diferencia”.
Y concluye: “La literatura puertorriqueña por mucho tiempo pensó que esa diferencia sólo podía articularse por medio de la fórmula nacional, pero eso ha cambiado, por las páginas de nuestra literatura reciente empiezan a desfilar otros cuerpos, otros deseos, otras luchas y otros márgenes. Los cuerpos dolidos y danzantes de Nocturno y otros desamparos de Moisés Agosto, ahora forman parte de esa galería”.
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Y de visita en nuestras costas tuvimos al más reciente premio Alfaguara de Novela, el peruano Santiago Rocangliolo. En una divertida e interesante conversación que sostuvo con la narradora y poeta Mayra Santos Febres, el lunes 20 de marzo en la librería La Tertulia, el autor de Abril rojo compartió impresiones generales sobre el arte de escribir:
“Creo que uno escribe para uno, aunque a veces escriba sobre política y sobre sociedad, es decir, para reproducir un conflicto, para comunicar algo. Por lo general parto de cosas que me preocupan y que me involucran personalmente; aquello que de alguna manera me produce rabia o temor o emociones fuertes. Lo que pasa luego es que invento unos personajes a los cuales echarles la culpa de todas esas cosas; a los cuales atribuirles todas estas emociones y actitudes. Casi todo el trabajo es ir re elaborando, ir materializando estas emociones en personajes”.
También Rocangliolo habló sobre el género que le hizo merecedor del premio Alfaguara: “La novela negra, que era despreciada por la alta cultura, resulta muy adecuada para un mundo sin referentes morales muy claros. En el género ni el asesino era tan malo ni el policía era tan bueno en el mejor de los casos. Y eso ha hecho que la novela negra se vuelva un retrato muy adecuado acerca de la ambigüedad moral de estos tiempos, que también son tiempos en los que no hay buenos y malos tan fáciles de distinguir”.
Como si de una poética personal nos hablara, concluye: “Me interesa poner el dedo precisamente en esas llagas, en lo que no mostramos de nosotros mismos. De eso me interesa escribir. La literatura es como un espejo deformante de la gente que te muestra los lados oscuros, lo que quieres ocultar de ti mismo”.
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Ya que hemos hecho referencia en esta crónica a sombras, a lados ambigüos, oscuros, y no precisamente de aquel que se menciona en la saga “La guerra de las galaxias” -que en estos días cumple su trigésimo aniversario- continuamos con la presentación del poemario La habitación oscura de Sofía Irene Cardona, el 17 de marzo y, nuevamente, en La Tertulia.
Dos rigurosos lectores como el poeta Servando Echeandía y el Dr. Juan Gelpí fueron los invitados a presentar el poemario. El primero de ellos, Echeandía, apuntó lo siguiente:
“La habitación oscura demuestra maestría en todos los registros de la gradación poética. Dije que no quería sonar académico pero es preciso consignar que los niveles léxico, de composición formática y estructura general del poemario son impecables. Hay que decirlo pues no es común encontrarse con una obra que satisfaga todas las expectativas de una lectura exigente. Hay que distinguir el lenguaje preciso, el verso bien medido, el ritmo perfectamente adecuado, la extensión exacta del poema, el lirismo trascendente, no superfluo, y no sigo pues lo que intento indicar, en resumidas cuentas, es que el aspecto técnico del ejercicio poético no es el logro más significativo de este poemario, pero una vez más, sin éste, es difícil que se entienda la impresionante red de sus múltiples connotaciones. Para decirlo de una buena vez, La habitación oscura es un libro que mientras vamos disfrutando sus aciertos técnicos nos hace pensar, pensar profundamente, y que tras de su lectura me siento menos tonto, que creo que ahora contemplo algunas de las incógnitas de esta vida con la ayuda de la mirada inteligente de Sofía Irene Cardona”.
Por su parte, el autor de Lliteratura y paternalismo en Puerto Rico, Juan Gelpí puntualizó desde el comienzo: “Inicio estos comentarios sobre el excelente libro de poemas que Sofía Irene Cardona tituló La habitación oscura recordando unas observaciones de la poeta y ensayista Tamara Camelstain sobre las mujeres que escriben, y cito:
“Si la escritura y el silencio se reconocen uno al otro en ese camino que los separa del habla, la mujer, silenciosa por tradición, esta cerca de la escritura. Silenciosa porque su acceso al habla nació en el cuchicheo y el susurro para desandar el microfónico mundo de las verdades altisonantes”.
Salvando las distancias necesarias, La habitación oscura elabora, en cierto modo, un desandar que es microfónico, o un apartarse de ese mundo de las verdades altisonantes, de ese microfónico mundo de las verdades altisonantes, de esa especie de logos masculino que históricamente han saturado buena parte de la cultura y la literatura. Los versos con los cuales cierra el libro, bien podrían aludir a esto, que dicen:
Déjenme soñar con el origen.
Que me perdonen por decirlo en voz muy baja.
Los señores, que mandan sobre el día,
disculparán que asombre la esperanza.
Imposible para nuestros propósitos reproducir en su totalidad la reflexión del Dr. Gelpí, pero no queremos tampoco que el público lector se pierda de su conclusión: “Por último quiero plantear que La habitación oscura, podría también leerse como un homenaje “en voz muy baja”, para citar un verso del libro, a aquella habitación propia sobre la cual reflexionó Viginia Woolf con profunda ironía y lucidez. En la primera década del siglo XXI la habitación propia de Sofía Irene Cardona en su muy acertado trabajo a partir de los espacios de la poesía, puede plantearse el dilema de Woolf de otro modo: la mujer que escribe rescata desde su espacio, ya apropiado, el valor incalculable de la imaginación”.
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Y si de homenajes se trata, debemos reconocer que los profesores Eugenio García Cuevas y Rubén Soto, votaron la casa por la ventana con el “Colegtilogo”, un simposio sobre la literatura del poeta y prosista Joserramón Melendes celebrado los días 28 y 29 de marzo en la Universidad de Puerto Rico. Nuestra entrevista-conversación con los gestores del evento se dio entre los espacios del pasillo y una atestada librería. También el espacio cibernético sirvió de puente. Hasta logramos, tremenda suerte la nuestra, unas palabras del propio poeta homenajeado.
Abordamos en primer lugar a Cuevas, que recientemente presentó Lengua en tiempo, un libro que es tarea obligatoria para los que aman la excelencia en el periodismo cultural. Sobre los resultados del simposio nos comentó: “Ha sido extraordinario desde cualquier ángulo que tu lo mires. Primero porque se recupera una figura como Che Melendes que ha sido determinante en la poesía, en la creación, en la difusión, en la formación, y en la compilación de lo que es la poesía puertorriqueña de los años 70 en adelante. Se hizo este simposio para hacer una primera valoración; hubo 14 ponencias, divididas entre trabajos gráficos y exposiciones leídas, pero curiosamente el evento ha sido tan emotivo. El testimonio de Rafa (Acevedo), por ejemplo, fue acerca de la deuda que tiene esa generación con el trabajo de Che Melendes, un testimonio; Liliana Ramos, por su parte, dio un testimonio del trabajo en la generación del 70. De Estados Unidos vinieron dos estudiosos de la décima, y reflexionaron sobre cómo fue leído Desimos désima, cuál fue la recepción que tuvo ese poemario que luego que fue musicalizado por Andrés Jiménez, e ilustraron su ponencia con películas y fotos. Yo creo que todo esto emociona, aquí se ve cómo la poesía se convierte en historia hoy en día”.
Debemos, en este punto de la crónica, destacer unos comentarios de Cuevas sobre la difusión mediática de este evento: “Lo que funcionó para la asistencia al simposio fue la lista de correos electrónicos. Aquí se demostró que si la prensa de papel no quiere auspiciar, no se necesita. La prensa se perdió este evento. Lo que demuestra que las cosas se pueden hacer aunque no estén disponibles grandes recursos. Lo que hay es que tener voluntad, voluntad, y voluntad. Y creer en el trabajo de todos, porque esto es un trabajo colectivo”.
Por su parte, el Dr. Rubén Soto, autor de Ocasión y fortuna, hizo el siguente llamado: “Solicitamos de las máximas Autoridades Universitarias del Recinto de Río Piedras que le otorguen el título y cargo con todos los privilegios que entraña, el cual otrora ostentara tan dignamente nuestro poeta Francisco Matos Paoli, de "Poeta Residente" y sin condiciones administrativas o docentes que Che Melendes considere que atenten contra la continuación y gestación de su obra poético-crítico-filosófica, y de su libertad creativa”.
Tuvimos la fortuna de conversar luego de la clausura del “Colegtílogo” con el propio Che Melendes, y nos dijo:
“Lo que yo entendí que pasó aquí, por debajo, por encima, o en el medio, como tú lo quieras poner, fue un saneamiento. Algo higiénico. Puramente medicinal. Yo sentí que el texto, lo que se decía, la temática, era meramente un punto de apoyo, para un irse sanando de toda la invasión que hay de sin sentido. De toda esa invasión de no tener una meta, de no tener fondo, de no tener una percepción de la realidad como algo orgánico.
“Ya a la provecta edad de 54 años, uno podría retirarse a una casa en el campo, en una hamaca y criar gatos. Y a mí me han entrado ganas infinitas, no solamente de seguir escribiendo, que tengo que hacerlo, pero también de organizar mi obra que es mucha. Hice un trabajo como editor muchos años y tuve que dejar a un lado mi trabajo personal y se acumuló material; mi trabajo de autoedición, lo que llamo la sobre-escritura. Ahora hay que sobre-escribirlo, primero escribirlo y luego sobre-escribirlo, y no sólo me ha dado las ganas de escribir, que es una cosa infinitamente higiénica, sino que me dan ganas de hacer la otra labor que es organizar lo otro, lo viejo, que es más difícil. Y me dieron ganas hasta de eso porque, de alguna manera, lo pidieron.
Aprovechamos la oportunidad para que nos comentara acerca de su poética: “Básicamente dos palabras resumen mi poética: severidad y entrega. Hay que estar entregao y ser severo con la técnica”. Y acerca de su obra puntualizó: “Cada libro tiene su centro de gravedad distinto. Por ejemplo, yo no puedo decir que Desimos désimas es más que La casa de la forma o que La casa de la forma es más que Desimos désimas, porque son dos núcleos, uno como en lo más cultural, La casa de la forma, y Desimos désimas que me ha dado tantas satisfacciones, de comunicación más directa con la gente. Pero entonces están mis libros de ensayos como Para delfín y la crítica que he tenido la oportunidad de trabajar con la obra de otros, la lectura que yo he hecho de Matos Paoli, de Corretjer, de Ángela (maría Dávila), de (José María) Lima. No podría hablar de mi obra si menciono sólo un libro. Lo que sé es que mi trabajo se organiza en tres núcleos: la poesía, la prosa y la crítica. Y entre esos núcleos no puedo escoger.
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Y si de escoger se trata nosotros nos vimos en ese mismo dilema durante El Pulpo, evento convocado por Papo Colo el 29 de marzo y que tenía como finalidad unir el trabajo creativo de 25 poetas y 25 artistas. El auspiciador del evento lo fue el Instituto de Cultura Puertorriqueña. Para describir el evento tomo prestado del blog La no-aptitud para la humanidad la siguiente reflexión: ‘La obra, en parte performance, en parte Artist Book, en parte objeto artístico, presentó un junte de tanto talento. Para mí, el aspecto más interesante de esta iniciativa fue el encuentro de dos formas de expresión artística distintas. Los escritores se vieron en la obligación de pensar en el aspecto visual de sus letras y los artistas tuvieron que explorar lo literario de la plástica. Dos formas de creatividad distintas que convergen para crear una obra’.
Cursamos las entrevistas de rigor en El Convento de los Dominicos en el Viejo San Juan, con la grata sorpresa de habernos encontrado con personas que siempre nos serán muy queridas, y esto fue lo que encontramos.
Al primero que abordamos fue al autor de Sobretodo tus silencios, el poeta y sotanero Juanmanuel González y nos comentó: “Mi la participación en un principio se limitaba a trabajar solamente con el texto escrito. Pero ciertas circunstancias me llevaron a hacer un poco más. Así que me vi en la tarea de consultar a un amigo artista y le hablé de un concepto que incluyera tapa e inodoro, con un espacio que funcionara como pared. Después me di a la tarea de plasmar diferentes textos que suelen aparecer en los baños, dibujos y textos sexuales y los mezclé con algunos textos poéticos; esa fue básicamente la idea que se me ocurrió.
La poeta Magaly Quiñones, por su parte, trabajó con Rafi Trelles unos de los poemas de su libro Sueños de papel. Sobre la experiencia nos dice: “Fue excelente. Rafi Trelles y yo trabajamos hombro con hombro. Yo le di a él la oportunidad de que el seleccionara el texto, porque dije: ‘Mira Rafi, selecciona tú. Sé que así te vas a sentir cómodo’. Y me dice: ‘¡Ay, yo te lo agradezco tanto!’ Y él estuvo como tres días lee y lee hasta que encontró ese que se titula Imágenes del agua.
Ana María Fuster trabajó su pieza con el artista Ricardo Avalo, y ambos se expresaron muy entusiasmados con la experiencia. Avalo nos indicó: “Hicimos dos presentaciones, en una nos fuimos bien abstracto, en la otra bien graffiti, como en los 70’s. Ella sacó unas notas que tenía de escritos y las armamos. Yo había identificado unas palabras que me llamaron la atención, que las relacioné con mi obra plástica, y entonces desarrollé lo de los vacíos, el infinito”.
Ana María intervino de inmediato: “Lo que elegimos fueron frases sueltas de un poema, del que cierra el Libro de las sombras para la parte setentosa y en la abstracta escogí la primera de las Palabras embotelladas (texto poético aún inédito)”. Y añadió: “Yo hice algo de trampa porque entré en Internet, y me colé así, algo voyerista, a su web y vi su obra. Por eso elegí una de las botellas, porque me di cuenta que las botellas cuadraban bien con su trabajo”.
Aprovechamos el alto momentáneo que Gallego (José Raúl González) realizó en la promoción de su primera producción discográfica, Teatro del barrio, para participar de la actividad y dialogamos brevemente con él: “Me tocó trabajar con Raquel Quijano, y ella hizo un trabajo bien fiel al poema, al texto. Yo le envíe un poema que no cupo completo pero quedó la carne, lo más fuerte. El poema se llama Lost, esa pieza viene en mi próximo libro, el tercero, que se llama El mapa. Ese libro es como un mapa poético-geográfico de situaciones que han pasado en mi vida, ubicándolas geográficamente en ciudades como Nueva York, París, Santo Domingo, San Juan. Son imágenes de situaciones, no sólo mías sino colectivas, que las ha vivido el pueblo. Y de espacios desaparecidos como el Safari Park. Algunos de esos lugares se han perdido: varios son comerciales, otros son espacios de diversión del País, o de instalaciones deportivas como la piscina del Escambron. Es un juego con la nostalgia de esos espacios que ya no están”.
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Y si del Instituto de Cultura Puertorriqueña se trata tenemos que destacar que ya su editorial publicó la Convocatoria a los Premios de literatura 2007. En esta edición el premio internacional corresponde al género del cuento, pero ojo, también tienen premios nacionales en los géneros de poesía, literatura para niños y jóvenes, ensayo y dramaturgia. Para obtener mayor información puede accesar su página cibernética en www.icp.gobierno.pr
Y para no alejarnos mucho del ICP reproducimos parte de una entrevista que la Asociación de Periodistas de Puerto Rico cursara al Director Ejecutivo de dicha agencia gubernamental, el Dr. José Luis Vega, en su programa Frente al Pueblo el pasado 15 de abril. En esa edición, el espacio televisivo conducido por Oscar Serrano, Presidente de la ASPPRO, contó con la presencia de Manuel Clavell, gestor del blog Estruendomudo, como periodista invitado. A continuación una pequeña muestra de la conversación que allí se dio:
MC: “Pero hay a veces que hay un gusto por lo folclórico en lo municipal. Quizás las iniciativas que vengan desde lo urbano, y que vengan a promover esa convivencia social que usted hablaba en el distrito (cultural) se podrán dar en municipios pequeños. ¿Usted cree que la gente podría reaccionar a eso? Al arte experimental, a artes plásticas… Les choque… Performance… Teatro…”
JLV: “Yo creo que es bien importante entender que en un País tan compacto como Puerto Rico, conviven diversas estéticas y conviven diversos gustos, y diversas valoraciones de lo que es o debe ser la actividad cultural. Es importante respetarlas todas. No se trata de imponer criterios o formas culturales más novedosas frente a las tradicionales. Y de modo sí, hay lugares donde lo que a un universitario le pudiera parecer una expresión folclórica, demasiado teñida de tradición, en esos lugares esas son formas vivas y la gente vibra y las respeta y se sienten identificadas, y eso no significa que estén cerradas a otras posibilidades. De modo que yo pienso que la política cultural tiene que moverse dentro de amplios criterios de tolerancia y de multiplicidad de valores y apreciaciones estéticas”.
Les ruego indulgencia a los que se tomaron esta crónica cultural y literaria en un sólo trago, es decir, de cantazo. Y aclaro que fueron muchos los eventos acontecidos que no se incluyeron en esta edición. Eso sí, tenemos la esperanza de que usted, en la próxima entrega, nos siga acompañando. Es todo, por ahora. Para finalizar los dejamos con las reflexiones que el poeta Néstor Barreto, autor de Sí, compartió con nosotros durante El Pulpo. Se despide Carlos Esteban Cana.
Néstor Barreto:
“Produje un poema-obra plástica. Yo venía con unas ideas que he estado trabajando. Son reflexiones sobre varios conceptos. El primero es la espesura, estructura conceptual que he trabajado en Sí, experiencia estética de la lectura de mi poesía, que es una bien densa y bien tupida. Son capas encima de capas, donde el sentido se pierde. Y entonces hice una analogía entre esa experiencia de leer y la experiencia visual que más me atrae, que es la experiencia del matorral, de la maleza, el matorral, la espesura. ¿Por qué? Porque la espesura es asimétrica, es simultánea, es plural, es bien diversa; es irracional, y, a la vez, tiene orden porque está ahí y no tenía alternativa. Las cosas van, caprichosamente cogen para un lado, y se mueren y viven. Esa misma simultaneidad es la metáfora constructiva que quiero comunicar; es como una percepción de la pluralidad y lo diverso. Esa es la espesura”.
“Entonces tengo la invisibilidad, que está dentro de la espesura. Las cosas son invisibles aunque están ahí, pero como hay tantas cosas hay que buscarlas. Hay que tener un ojo. Hay que distinguir, discriminar, y sacar. Eliminar cosas para poder ver algo dentro de ellas o, sino, estarías viendo el todo. Estás viendo todas las formas, y se invisivilizan algunas para ver la visibilidad de la espesura”.
“Otro tema sobre el que reflexiono es lo familiar. Eso de que lo familiar da asco, y lo vemos cuando aquí celebramos más a los muertos porque mientras están vivos son insoportables. Además “lo familiar” tiene otros sentidos: ¿qué es mi familia?; ¿qué es un mundo? ¿Es el círculo dónde me manifiesto? ¿El lugar dónde he recibido mayores gratificaciones? Poco a poco me di cuenta también que con éste concepto estaba reflexionando además sobre la propia exhibición, porque aquí todos eran familiares, y a todos se le aplicaba eso de “lo familiar da asco”. Que nosotros mismos no lo veíamos y Papo (Colo), que viene de afuera nos pudo convocar, unir aleatoriamente como en una espesura, como en matorral, como en la maleza, y lo logró. Lo que yo estaba trabajando en el proceso reflejó los propios aspectos generales del pulpo”.
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