Miami soleado, nueva novela de Marta y premios ICP

Hoy sábado, la ciudad amaneció soleada y me permitió varias aventuras. Mientras disfrutaba todas y cada una de ellas, pensaba en dos noticias literarias importantísimas de las cuales me enteré acá, luego de haber cruzado el charco. La primera: que Marta Aponte Alsina está estrenando novela. Buenísima noticia para los lectores y para todos los colegas que le seguimos la carrera y estamos al tanto de su prolífica producción. La segunda: se dieron a conocer los premios del ICP a los mejores libros y artículos periodísticos publicados en el año 2006. Logré contactar a Mayra Santos y la felicité por ese merecidísimo primer premio. Además, me alegré mucho porque se reconociera el trabajo de Ángel Rosa Vélez con su novela El Lugar de los Misterios. Brinqué en un solo pie al leer de las menciones de honor a Tony Aguado Charneco y a Ana Maria Fuster, y ya no pude más con la alegría y revuelo que me dio saber que la adorable amiga Ana Teresa Toro también había sido galardonada con el Primer Premio de Periodismo “Bolívar Pagán”. A varios otros igualmente los felicito, aunque no les conozca tanto: Antonio Gaztambide-Géigel y a Luce López Baralt.

Y bueno, ya regresando a las aventuras, me fui para Bayside. Es la tercera vez que le visito en mi vida. En esta ocasión, me tatué temporeramente con hena el nombre “Aurora”, en la teta derecha. Ello como preludio al otro tatuaje de carácter más permanente que deseo hacerme. Por aquello de que extrañaba a la luz de mis ojos, y el hecho de que fueron cuatro los años que mis pechos fueron completamente suyos.

Después almorcé en Bubba Gump Shrimp, el restaurant que nació de la idea de la película de Forest Gump y en breve me fui en un mini crucero que te lleva a ver las casas de los famosos, sus lujos, comodidades y etcéteras por todas las islitas de la costa. Island hopping que le llaman. Que si la mansión de Tony Motola, los Stefan, la de Shaquile O’neil, la de Oprah, la de Julio Iglesias, la de Paulina Rubio, la de Xuxa y algunas otras. Más tarde entré a ver un juego de NBA. Jugaron los Heats de Miami contra los Pacers. Grité hasta más no poder, bebí cerveza de nueve dólares la botella (carajo!!!!!), compramos un jersey, una gorra, fotos, en fin. Lo mejor fue que, como buenos boricuas, compramos taquillas a $20 para la sección más alejada del estadio American Airlines Arena en la sección 300, y luego en el “half time” nos movimos para palco, en la sección 100, en donde los asientos costaban casi $150. Entramos como “perro por su casa” y nadie nos dijo nada. Vi a Shaq cerquitita. Pude olerle el sudor. Me gustó muchísimo.

Al salir, relocalizamos el GPS del auto alquilado en Budget, y escribimos: Hard Rock Café Hotel & Casino en Hollywood Boulevard. Cientos y cientos de máquinas tragamonedas nos esperaban, pero lo que más llamó nuestra atención fueron 50 mesas de Pocker al estilo Texas. Ganamos alguito ($485), nos fue chílin.

Mañana todavía me queda el juego de fútbol de los Dolphins y el viaje de regreso en la noche.