“When we look
away from the importance of the erotic in the development and sustenance of our
power (…) we use each other as objects of satisfaction rather than share our
joy in the satisfying.”
Audre Lorde in The Erotic as Power
Los libros son canales. Es compulsoria la sanación a través del sentir,
tesis de este manifiesto. Sin embargo, en otros casos el espanto mantiene
paralizados a muchos. En medio del desconcierto y la reflexión sobre la
sorpresiva supervivencia, las manos del escritor vuelan a perpetuar en letras
el escape de lo nefasto; huyen a una dimensión literaria en dónde la meta es
hallar el feng shui narrativo. Al huir nace un valiente, un caballero de la
armadura que perpetúa e inmortaliza el suceso. Buscando armonía. Con la
respiración casi detenida, con falta de aliento y la garganta seca, el creador
literario sabe que es casi imposible asimilar tanto horror, a menos, claro, que
se canalice. Y el mejor método es manos al teclado. Eso hace el autor de Genéstica.
En el texto, Cirujana del alma, por
ejemplo, el escritor suplica: Ten piedad
de las heridas que me propinó el pasado. Permíteme tumbar este cuerpo maltrecho
sobre tu cálida camilla de ilusiones. Canal, erótica, sentimiento, conducto. Genéstica es, sin duda, un canal
efervescente. La efervescencia permite las veredas hacia y desde el erotismo. Gracias
Antonino Geovanni, por canalizarnos.
El propio autor nos dice: "GENÉSTICA es para todo aquel que
alguna vez ha perdido sus caminos, mas ha contado con la sabiduría para
manipular su Genética hasta volver a encontrarse. Sus letras son
para aquellos que luchan sin cesar en pos de Sus sueños. Su alma es para
aquellos que se rehúsan a claudicar ante la adversidad y continúan la batalla
hasta conquistar su Génesis."
—Yolanda Arroyo Pizarro
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