Por Jennifer Pagán Colón
Hubo una vez un hombre que deseaba ser escritor. Los dioses escucharon su plegaria y le dieron de regalo mil ideas. El hombre examinó las ideas, una por una, y se dijo que ninguna servía. Ofendidos, los dioses le enviaron cien mil ideas, todas a la misma vez, que halaron la mente del hombre en infinitas direcciones hasta que al fin su cabeza explotó. La detonación hizo un hueco en la realidad que creó el primer hoyo negro.
Los dioses examinaron el hoyo negro y vieron que era bueno. De vez en cuando escogen un escritor y repiten el experimento.
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1 comentario:
Malditos dioses... tan caprichosos, tan vanidosos, tan curiosos.
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