“Turbo girl: historias de la mamá del diablo”
del poeta guadalajareño Ángel Ortuño, es una extraordinaria publicación de las
gigantes editoras boricuas Zayra Taranto y Mayda Colón que dirigen el proyecto
cultural Trabalis Editores en
co-edición con Ediciones Aguadulce de
otra talentosísima puertorra, Cindy Jiménez Vera. (Interesante que sean mujeres
puertorriqueñas tan osadas las que se hayan a la vanguardia de un proyecto tan
osado). En las páginas de Turbo girl hay
transgresión, humor picante, sexualidad descarnada, erotismo y pornografía. Existe en el libro, más que todo, un desafío al sistema. ¿A cuál? A la iglesia, al
capitalismo, a la robotizidad de las relaciones humanas. Y Ortuño construye además
una invitación para que nos dejemos de mojigaterías, disfrutemos nuestros
cuerpos y hagamos acopio de las emociones con crudeza, sin tanto tapujo.
Mi poema favorito
es el titulado Aclaración, que lee de
la siguiente manera:
«el matrimonio
natural creado por dios / es / el encuentro fortuito entre / una paloma / y /
una virgen / sobre una mesa de carpintero / (en otras versiones del mito / la
paloma es un paraguas / la virgen, una máquina / de coser / y el carpintero no
estaba en casa)»
(ACLARACIÓN, Turbo girl: Historias de la mamá del diablo,
2015)
En la reseña titulada
“Ángel Ortuño y el humor de la poesía porno” de Juan Romero Vinueza, se nos
dice que: “La obra de Ortuño posee un quiebre de forma y de sentido. Los
textos, por lo general, empiezan hablando de una circunstancia en particular y
luego, al finalizar, el tema y la situación han cambiado –a veces,
drásticamente.” Y en efecto, es este quiebre, esta vuelta de tuerca, lo que
permite disfrutar del libro con tanto beneplácito porque la sorpresa está
siempre a la vuelta de la esquina.
Añade además Romero
Vinueza que “para hablar de la poesía de Ángel Ortuño, es preciso conocer algo
de cine de Clase B, pornografía y humor negro. O más que conocer, disfrutar de
ellos. Su apuesta poética es la de destruir los preceptos literarios de lo que
el común lector de poesía pensaría que es poesía.”
Incluyo otro fragmento
del poemario y un pedazo adicional de la reseña:
«La paz mundial es
cosa de John Lennon. La inventaron / los Beatles en una sinagoga / mientras
comían niñitos ojiazules y hablaban / con la boca llena / (son en todo /
vulgares y odiosos: las razas no difieren / tan sólo en su apariencia / sino en
su inteligencia / y yo usaría la ciencia / contra su negligencia). / Me dicen
que mataron a ese cerdo de Lennon. Vladimir Illich no / envenena ya el aire. /
Larga vida en bikini al cuarto reich.»
(Fotografía sexy
con temática nazi, Turbo girl: Historia
de la mamá del diablo, 2015).
(Fragmento)
La desmitificación
y la desacralización de las figuras de la religión católica forman parte del
repertorio usual de Ortuño. Empero, la comparación, a modo de mofa, de las dos
situaciones (una paloma y una virgen y la paloma como paraguas más la virgen
comomáquina de coser) es la que muestra, en su totalidad, la expresión estética
y, a la vez, humorística. Podríamos decir que con la primera premisa lo que
hace la voz poética es, únicamente, contarnos algo y ponerlo sobre la mesa;
mientras que, en la segunda, manifiesta que en otras versiones del mito, así,
escapando de la culpa, refiere a un hecho bastante dadaísta y absurdo –como
también pudo haber sido la primera versión, aceptada en la Iglesia–. Sin
embargo, la naturalidad con la cual es expresado el paréntesis de laaclaración
funciona cual si fuese un secreto, un cuchicheo que nos dice la verdad de algo.
Recordemos que dentro del humor existe algo que nos molesta. Si lo contamos desinhibidamente
no será socialmente aceptado.
La poesía de
Ortuño quizá no esté socialmente aceptada. El poeta recurre a la pornografía, a
la incredulidad que muchos pasajes bíblicos causan, a las referencias nazis, a
cómo comprar tigres o servicios sexuales por internet, etc. La poesía del
mexicano muestra aquello que sabemos que existe, pero que no queremos aceptar.
Recurre muchas veces a la ironía –quizá para hacer que el énfasis se ponga en
la broma y no en el fondo de la misma y, así, de una manera macabra, desviar la
atención del lector–, para lograr decir todas aquellas verdades gore que el
público no aceptaría que se dijeran en el habla cotidiana, mucho menos en un
poema. Para finalizar, mostraré otro poema en el que se burla de una de mis
bandas favoritas y, sin embargo, la razón por la que lo hace está más que
justificada. Les dejo el poema Fotografía sexy con temática nazi, para que
ustedes mismo lo juzguen:
Fuente:
Labarraespaciadora
/ 2 marzo 2016 / Juan Romero Vinueza
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