jueves, mayo 31, 2007

El Cáliz de la nueva literatura Puertorriqueña (Parte V)

El Cáliz de la nueva literatura Puertorriqueña (Parte V)
Serie de opiniones sobre el Arte de escribir
Por Yolanda Arroyo Pizarro

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La amiga Ana Maria Fuster Lavín nos cuenta cuándo comenzó a escribir y cómo se dio:

“Comenzó con esa pasión por leer, soñar despierta, no tenía hermanas para contarles mis inventos, sólo dos hermános bastante mayores que yo y de ahí a escribir un paso. Comencé quizás en las clases de historia de la high school, pues yo escribía en la libreta la versión según me la imaginaba de los hechos marginales, si tal gobernador estaba casado con tal dama de sociedad, el libro no decía nada más y yo me inventaba parlamentos entre ellos, me costó algún regaño tonto de la maestra Baéz … Ya desde los 8 años yo me tomaba “prestados” los libros del cuarto de mis hermanos, pues me aburría como mi mamá mima a Rosa…

Podría decir que comencé con la literatura oral así como en la prehistoria. Era niñera a los 15 años, baby sitter, y entretenía a las gemelas contándoles historias, cuentos en el aire. Quizás por esa propia fascinación que poseía por los libros. Escribir con esa pasión y necesidad fue ya en la universidad, con mucha pasión y adicción, desde los 24 años…”

También ha contestado las preguntas típicas para Boreales:

1. ¿Por qué escribes?
Difícil es definir las pasiones, obsesiones, sueños y pesadillas, y ese síndrome de los silencios y susurros interiores, que no paran de hablarme. Diagnóstico loca y cuentista crónica. Contestar por qué escribo, es preguntar para qué respiramos, para qué sirven las alas de las gaviotas, escribir es la justificación que tengo para vivir para ser libres y poder vivir la eternidad en un papel así como el amor en una palabra, así como amo a mi pequeño hijo y me descubre nuevamente la magia del descubrimiento. Quizás escribo por timidez, pero siempre por pasión, es como una enfermedad sin remedio, soy adicta a escribir cuentos, poemas, ensayos, cartas. Inventar nuevos mundos, escribiendo soy dueña del tiempo, del espacio, de la frontera entre la vida y la muerte. En realidad, Yolanda, y citando el inicio del discurso de Paul Auster al recibir el Premio Príncipe de Asturias de las Letras 2006: “No sé por qué me dedico a esto. Si lo supiera, probablemente no tendría necesidad de hacerlo.”


2. ¿Qué papel juega la imaginación en la tarea y en la vida de un escritor?
“Esa necesidad de hacer, de crear, de inventar es sin duda un impulso humano fundamental.” Dijo también Paul Auster en su discurso del Príncipe de Asturias. La imaginación lo es todo, los sueños despiertos. Las lecturas que hacemos, el cine y nuestro alrededor, lo que vemos y escuchamos. Estamos constantemente recibiendo sensaciones, impulso, viviendo intensamente hasta el verso más sencillo, la conversación con una amiga, las pasiones y hasta los titulares de periódico. Esa imaginación, esa capacidad de sorprenderse, de maravillarse, se transmite a través de la palabra, luego se moldea con la disciplina, de corregir de releer. La imaginación lleva al arte. La vida de un escritor, es como cuando le leo un cuento a mi niño miguel, o vemos una película juntos, y luego el me la cuenta a su manera, o me dice mamá yo soy todos los personajes de la película, un día es bombero, otros astronauta y camina por las calles sin gravedad, otros es darth vader, y veo su sonrisa….


3. ¿Se le pueden agotar los temas a un escritor? ¿Por qué?
Siquiera he pensado en la posibilidad, eso sería ver la vida con gríngolas, pero definitivamente para el escritor no hay límites. Las voces internas siempre nos hablan de los secretos en las sombras de los demás. No creo en la posibilidad del fin de los temas, siempre hay algo que contar, que escuchar, que ver, que leer. Dos personas son incapaces de ver la misma realidad, los mismos intereses perspectivas. Eso sería morir de aburrimiento…

6 comentarios:

no apta para la humanidad dijo...

Qué hermoso leer esta entrevista. Ana María Fuster contagia con su amor y dedicación a la escritura. Como buena bruja conjura magia en sus palabras y propaga su enorme pasión en cada letra. He crecido y aprendido mucho a través de esta autora.
Me encantó eso de que la imaginacion es soñar despiertos y que esa imaginación es lo que impulsa al arte.
un abrazo a las dos escritoras fabulosas y a ambas mi respeto, admiración y cariño

Anónimo dijo...

La personalidad de Ana María se puede ver en sus letras. Esa intensidad, picardía y curiosidad son algunas de las cualidades que la hacen una fabulosa mujer y escritora. Un abrazo a ambas.
¡Que vivan las mujeres de armas tomadas!

dijo...

Concurro con Ana, siempre hay algo para contar y si no, siempre hay voces nuevas que den matices distintos a lo que se cuenta...

Anónimo dijo...

Ana María es poema hecho mujer.

Emilio

Awilda Cáez dijo...

Me gustó mucho esta entrevista. Fue como escuchar a Ana María, con su voz suave y su sonrisa genuina.

Ana María Fuster Lavin dijo...

Yolanda, estoy emocionada y honrada, con el honor que me haces! La palabra nos da vida, también amistades tan iluminadas como tú, No apta, Madam, Ojitos, Emilio y Awilda... que encima son extraordinarios escritores desde la diversidad. Gracias eternas y cuentan conmigo siempre... Besos

Acerca de mí

Mi foto
Yolanda Arroyo Pizarro (Guaynabo, 1970). Es novelista, cuentista y ensayista puertorriqueña. Fue elegida una de las escritoras latinoamericanas más importantes menores de 39 años del Bogotá39 convocado por la UNESCO, el Hay Festival y la Secretaría de Cultura de Bogotá por motivo de celebrar a Bogotá como Capital Mundial del libro 2007. Acaba de recibir Residency Grant Award 2011 del National Hispanic Cultural Center en Nuevo México. Es autora de los libros de cuentos, ‘Avalancha’ (2011), ‘Historias para morderte los labios’ (Finalista PEN Club 2010), y ‘Ojos de Luna’ (Segundo Premio Nacional 2008, Instituto de Literatura Puertorriqueña; Libro del Año 2007 Periódico El Nuevo Día), además de los libros de poesía ‘Medialengua’ (2010) y Perseidas (2011). Ha publicado las novelas ‘Los documentados’ (Finalista Premio PEN Club 2006) y Caparazones (2010, publicada en Puerto Rico y España).

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