Pedro Cabiya estuvo esta pasada semana realizando el Media Tour de su última publicación La Cabeza, libro que fluctúa entre el género de novela y cuento largo, editado por Isla Negra. En su disertación el pasado viernes 9 de noviembre de 2007 en Sagrado Corazón, ante una concurrencia mayormente compuesta por los estudiantes de la Maestría de Creación Literaria de esa universidad, explicó que para él no era nada importante definirse entre uno u otro género. Lo importante—aseguró— es que es un texto literario que transmite el desasosiego que siente el ser humano indeciso cuando se enfrenta a las diferentes situaciones que le presenta la vida.
“Cuando tienes una historia en la cabeza, lo verdaderamente imperioso es plasmarla en papel sin alterarla del todo. —añadió —Aunque acepto que el mero hecho de escribir el relato, sacarlo de cómo lo viste en tus sueños, en tu mente, ya de por sí implica dañarlo. Dañarlo en el sentido de que todavía para el escritor resulta complejo asirse del lenguaje en aras de entablar la conversación con el lector. Las historias son más completas cuando las concebimos en ideas. Tratamos de explicarlas, y así nace la publicación.”
También nos dijo Cabiya: “Casi todas mis historias las sueño primero. O al menos, si las he pensado antes, las sueño para poder terminarlas. Nunca comienzo una historia si no sé cómo va terminar.”
En un interesante dúo improvisado con el colega Juan Carlos Quiñonez, que se encontraba presente en el evento, Cabiya mencionó: “Ojalá en nuestros tiempos, el mío y el de Juanca, hubiera existido una Maestría como ésta. Nosotros parimos el arte que hoy profesamos a pulmón, dando cantazos. Fuimos escritores nacidos a lo silvestre. No dejen perder esta gran oportunidad que Puerto Rico les ha brindado por los últimos años. Espero que más instituciones se unan a este esfuerzo con la creación de otros programas similares.”
Finalizó diciendo: “Me siento muy cómodo escribiendo este tipo de literatura que raya en lo fantástico o ciencia ficción. Me aburren los relatos de la realidad. No me gusta escribir historias que son sólo historias. Tienen que pasar cosas apoteósicas, inimaginables, tienen que ser historias tremendas… o atroces.”
1 comentario:
Mmmm... Ese es mi comentario totalmente anti-literario. ;)
Publicar un comentario