Lectura de Mara Pastor.
Lectura de Guillermo Rebollo Gil.
Anoche, viernes 8 de enero, fui al recital de poesía Poetry is busy, parte de las series de en boca dura de la Fundación para la Cultura Popular en el Viejo San Juan, calle Fortaleza #56. Las series de poesía Poetry is busy comenzaron alrededor del 2007 en el Café Seda, también en el Viejo San Juan. Esta serie se trata de un encuentro de poetas, acompañados por música y, como en buen ambiente de barra, bebida y comida.
Pues aquello que empezó en el 2007 ha continuado. Aunque parte de los fundadores originales de la serie no se encuentran viviendo acá, el esfuerzo se hace para seguir colaborando, y aprovechando los encuentros en la Isla, para recitar poesía. Uno de estos encuentros fue el de anoche. Mara Pastor, Guillermo Rebollo Gil, Urayoán Noel y Yara Liceaga se juntaron, se leyeron, se releyeron y nos alucinaron, no, nos hicieron alucinar, porque ellos estaban muy lúcidos, con su recital. Los acompañó el grupo de música electrónica experimental distorsionetry DSP, compuesto esa noche de Omar Silva, Nelson Rivera, Polidesto (Abdiel Torres) y Marco Trevisani.
El formato fue bastante sencillo. Empezó el grupo DSP con su pieza “Lado A”, hecha de derivaciones improvisadas de un “guión” sobre la experimentación de conceptos sonoros musicales. En otras palabras: música conceptual electrónica. Hacía tiempo que no escuchaba una presentación musical tan Cage-like en persona. La música se hacía por medio de midis, con las Apples allí, y con alguna contribución de la guitarra de Omar Silva. La improvisación sonora del grupo fue un buen preámbulo a la lectura de poesía que vino después, primero, porque se notaba que estaban pasándola muy bien hablándose dentro de su improvisación, y segundo porque los cuatro se acoplaban muy bien. Luego de la declamación de poesía, DSP tocó su “Lado B” y los poetas pasaron a leerse unos a los otros.
El acople de DSP fue replicado por los cuatro poetas que se sucedieron en sus lecturas. El orden en que leyeron fue el siguiente: Mara Pastor, Guillermo Rebollo Gil, Yara Liceaga y, por último, Urayoán Noel. Pocas veces he ido a un recital donde la calidad y creatividad de las lecturas, y de los poetas, sea tan consistente y uniforme. Con esto no quiero decir que sean homogéneos, pues tanto su poesía como su declamación son particulares. Pero, aún con la presencia de Noel, quien es un excelente artesano de la palabra y un performero dinámico y seductor, no había sensación de jerarquía entre los poetas. Sus voces dialogaban en igualdad y sin protagonismos, y se notaba que se acoplaban bien y que se leían unos a los otros.
La voz de Mara Pastor es quisquillosa y sinestésica. Su poesía viaja por los sentidos de igual forma que el lector/audiencia viaja por los lugares que evocan los poemas. Sus imágenes provocan un efecto sensorial múltiple en la audiencia hábilmente. En su poema La cucaracha en el hombro de Pablo La Puente, no sólo se podía ver la cucaracha, sino prácticamente sentir como sus antenas se movían en el aire, y como esto se relacionaba directamente con la sensación alucinante de estar en el DF.
Guillermo Rebollo Gil, por otro lado, performea sobre performear. Su poesía, con ecos de Hermes Ayala, Pedro Pietri y de Ginsberg (vaya combinación) apuntala el artificio de la creación de la voz poética, allí, en pleno público, a plena vista. Rebollo Gil simula sin disimular y se gufea él mismo, pero más al que se lo gufea a él, mientras reflexiona sobre las divisiones raciales y clasistas de la sociedad contemporánea. Nadie se salva, y menos que nadie él. Su striptease poético se trata sobre evidenciar el proceso de la investidura de la voz del Poeta.
Yara Liceaga va al grano, su poesía es una navaja que te cercena quirúrgicamente. La economía de esta voz es soberbia. Lo que implica lo explícito de su lenguaje se logra al usar la palabra precisa, el verbo exacto, en su poesía. No hay que decir nada más, con lo que dijo, lo dijo todo y más. Su forma de declamar, claro está, añade a este efecto, pues marca más la ironía y la amplitud de la multiplicidad de significados de sus poemas. Yara es una excelente contraparte a Mara, quien se desborda en la descripción de los objetos y las sensaciones hasta hacerlos extraños. Yara, más que describir, desnuda y muestra el “core” de las cosas, de las ideas, de los sentidos. Experimentar el diálogo entre ambas es una delicia.
Urayoán Noel se tiró la maroma de limitar las cinco partes de su poema al uso exclusivo de una vocal. Los pies, o palabras inicio-tema, de las cinco partes fueron Adán, Eter, Isis, Oso y Ur, la ciudad primera. La lectura fue genial. Su declamación fue energética y arrolladora. Hipnotizó con el prodigio de su malabar vocálico al público. En ese experimento lúdico también insertó crítica social y política contemporánea, cuestiones del ser y del amado y una parodia de su práctica académica “doctor ¿ontólogo o proctólogo?”
Fue un placer escuchar a Urayoán y fue un buen cierre para las lecturas individuales. En el final, cada uno declamaba al otro. Los cuatro poetas resonaban como los cuatro músicos, que experimentaban cada cual por su lado, pero que se hacían ver bien unos a los otros y que se notaba que se gozaban su arte. Al final, dentro de la pluralidad de sonidos lo que había era una bella armonía.
Estaré pendiente al próximo Poetry is Busy. La próxima semana escribiré sobre las editoriales cartoneras y, en específico, sobre la Atarraya Cartonera de aquí, editorial dirigida por Xavier Valcárcel. Invito a todos a que vayan al lanzamiento del poemario Candada por error de Mara Pastor, de editorial Atarraya Cartonera, el miércoles 13 de enero, a las 7:00 pm en la Tertulia en Río Piedras. Allí estaré y les contaré la semana que viene.
Post original en:
http://www.bea.laacera.com/2010/01/normal-0-21-false-false-false-es-pr-x.html
Anoche, viernes 8 de enero, fui al recital de poesía Poetry is busy, parte de las series de en boca dura de la Fundación para la Cultura Popular en el Viejo San Juan, calle Fortaleza #56. Las series de poesía Poetry is busy comenzaron alrededor del 2007 en el Café Seda, también en el Viejo San Juan. Esta serie se trata de un encuentro de poetas, acompañados por música y, como en buen ambiente de barra, bebida y comida.
Pues aquello que empezó en el 2007 ha continuado. Aunque parte de los fundadores originales de la serie no se encuentran viviendo acá, el esfuerzo se hace para seguir colaborando, y aprovechando los encuentros en la Isla, para recitar poesía. Uno de estos encuentros fue el de anoche. Mara Pastor, Guillermo Rebollo Gil, Urayoán Noel y Yara Liceaga se juntaron, se leyeron, se releyeron y nos alucinaron, no, nos hicieron alucinar, porque ellos estaban muy lúcidos, con su recital. Los acompañó el grupo de música electrónica experimental distorsionetry DSP, compuesto esa noche de Omar Silva, Nelson Rivera, Polidesto (Abdiel Torres) y Marco Trevisani.
El formato fue bastante sencillo. Empezó el grupo DSP con su pieza “Lado A”, hecha de derivaciones improvisadas de un “guión” sobre la experimentación de conceptos sonoros musicales. En otras palabras: música conceptual electrónica. Hacía tiempo que no escuchaba una presentación musical tan Cage-like en persona. La música se hacía por medio de midis, con las Apples allí, y con alguna contribución de la guitarra de Omar Silva. La improvisación sonora del grupo fue un buen preámbulo a la lectura de poesía que vino después, primero, porque se notaba que estaban pasándola muy bien hablándose dentro de su improvisación, y segundo porque los cuatro se acoplaban muy bien. Luego de la declamación de poesía, DSP tocó su “Lado B” y los poetas pasaron a leerse unos a los otros.
El acople de DSP fue replicado por los cuatro poetas que se sucedieron en sus lecturas. El orden en que leyeron fue el siguiente: Mara Pastor, Guillermo Rebollo Gil, Yara Liceaga y, por último, Urayoán Noel. Pocas veces he ido a un recital donde la calidad y creatividad de las lecturas, y de los poetas, sea tan consistente y uniforme. Con esto no quiero decir que sean homogéneos, pues tanto su poesía como su declamación son particulares. Pero, aún con la presencia de Noel, quien es un excelente artesano de la palabra y un performero dinámico y seductor, no había sensación de jerarquía entre los poetas. Sus voces dialogaban en igualdad y sin protagonismos, y se notaba que se acoplaban bien y que se leían unos a los otros.
La voz de Mara Pastor es quisquillosa y sinestésica. Su poesía viaja por los sentidos de igual forma que el lector/audiencia viaja por los lugares que evocan los poemas. Sus imágenes provocan un efecto sensorial múltiple en la audiencia hábilmente. En su poema La cucaracha en el hombro de Pablo La Puente, no sólo se podía ver la cucaracha, sino prácticamente sentir como sus antenas se movían en el aire, y como esto se relacionaba directamente con la sensación alucinante de estar en el DF.
Guillermo Rebollo Gil, por otro lado, performea sobre performear. Su poesía, con ecos de Hermes Ayala, Pedro Pietri y de Ginsberg (vaya combinación) apuntala el artificio de la creación de la voz poética, allí, en pleno público, a plena vista. Rebollo Gil simula sin disimular y se gufea él mismo, pero más al que se lo gufea a él, mientras reflexiona sobre las divisiones raciales y clasistas de la sociedad contemporánea. Nadie se salva, y menos que nadie él. Su striptease poético se trata sobre evidenciar el proceso de la investidura de la voz del Poeta.
Yara Liceaga va al grano, su poesía es una navaja que te cercena quirúrgicamente. La economía de esta voz es soberbia. Lo que implica lo explícito de su lenguaje se logra al usar la palabra precisa, el verbo exacto, en su poesía. No hay que decir nada más, con lo que dijo, lo dijo todo y más. Su forma de declamar, claro está, añade a este efecto, pues marca más la ironía y la amplitud de la multiplicidad de significados de sus poemas. Yara es una excelente contraparte a Mara, quien se desborda en la descripción de los objetos y las sensaciones hasta hacerlos extraños. Yara, más que describir, desnuda y muestra el “core” de las cosas, de las ideas, de los sentidos. Experimentar el diálogo entre ambas es una delicia.
Urayoán Noel se tiró la maroma de limitar las cinco partes de su poema al uso exclusivo de una vocal. Los pies, o palabras inicio-tema, de las cinco partes fueron Adán, Eter, Isis, Oso y Ur, la ciudad primera. La lectura fue genial. Su declamación fue energética y arrolladora. Hipnotizó con el prodigio de su malabar vocálico al público. En ese experimento lúdico también insertó crítica social y política contemporánea, cuestiones del ser y del amado y una parodia de su práctica académica “doctor ¿ontólogo o proctólogo?”
Fue un placer escuchar a Urayoán y fue un buen cierre para las lecturas individuales. En el final, cada uno declamaba al otro. Los cuatro poetas resonaban como los cuatro músicos, que experimentaban cada cual por su lado, pero que se hacían ver bien unos a los otros y que se notaba que se gozaban su arte. Al final, dentro de la pluralidad de sonidos lo que había era una bella armonía.
Estaré pendiente al próximo Poetry is Busy. La próxima semana escribiré sobre las editoriales cartoneras y, en específico, sobre la Atarraya Cartonera de aquí, editorial dirigida por Xavier Valcárcel. Invito a todos a que vayan al lanzamiento del poemario Candada por error de Mara Pastor, de editorial Atarraya Cartonera, el miércoles 13 de enero, a las 7:00 pm en la Tertulia en Río Piedras. Allí estaré y les contaré la semana que viene.
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Créditos fotográficos:
1 comentario:
Let´s get busy!
arriba la poesía
abrazo fraterno desde Panamá
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