Ayer celebramos
la actividad ‘Raíz y herencia africana’ en el Jardín Botánico de la ciudad de
Caguas. Allí estuve compartiendo con los escritores Benito Masso y Gloriann
Sacha Antonetty. Compartimos nuestras
razones para escribir los libros de cada uno, y leímos algunos de los poemas y
fragmentos de nuestros textos acompañados por toques de tambor en homenaje a la
celebración de la herencia africana. Al final de la jornada, el público nos
hizo preguntas y compartió anecdotas.
Una de las
cosas que más llamó mi atención del libro “Negro: este color que me queda
bonito” de Benito Masso, es cuando él indica:
“A cada
persona negra, mulata, blanca o amarilla le corresponde buscarse, encontrarse,
rediseñarse conforme a la persona que quiere ser, y es esa, a mi entender, una
de las fórmulas para nosotros los negros poder salir de la opresión de afuera y
la de adentro”.
No había
tenido oportunidad de reseñar el libro “Negro: este color que me queda bonito” de
Benito pero aprovecho e incluyo en esta nota, que es uno de mis libros favoritos.
Inicié su lectura en un viaje que di a Atlanta en junio de 2014. Luego en
diversos momentos mientras estaba en la isla, iba a la playa, visitaba a mis
parientes en el área oeste, en el pueblo de San Germán y tuve la oportunidad de
completar la lectura del mismo. El texto es en sí una autoetnografía, memorias
de vivencias y el proceso de sanación por el que el autor pasó como un hombre
negro.
Conozco a
Benito, es un hombre culto, amable, y dedicado que se ha puesto como meta ser
un estudiante de la vida a eternidad. Por ejemplo, tiene a su haber entre sus
logros profesionales haber estado trabajando de contable autorizado CPA durante
muchos años. Luego se dispuso y estudió psicología. Él mismo lo dice en las páginas
finales del libro, en el epílogo: “Como
psicólogo puedo entender por qué uno reprime el miedo y rechaza su propia
realidad, especialmente cuando ésta se percibe y se vive como una situación
dolorosa. Por un lado lo hacemos por el miedo a confirmar que nos habrán de
rechazar por el mero hecho de ser negros y negras. Por otro lado queremos
evitar más dolor y nos refugiamos en la negación o en los cuentos como
estrategias de protección. Lo insólito y real del caso es que ni el miedo, ni
en el dolor, ni la angustia o el coraje desaparecen por el simple hecho de
crear un cuento mental que nos permita enajenarlos.”
Me impresionó
que en sus páginas principales el autor nos informa: “Cuando digo que aún me estoy
curando, me refiero a que la curación implica haberme recuperado totalmente de
la condición, y eso todavía no ha ocurrido.” Él se refiere a sus experiencias
de dolor y coraje al estar expuesto directamente a diferentes instancias de
racismo. En estas páginas el autor nos cuenta que el verse a sí mismo como lo
percibe y lo trata aquel que lo rechaza por ser negro, ha sido dolorosísimo.
Por consiguiente la persona que sufre de esta condición se siente como lo ve el
otro. Allí nos contó frente a todos, celebrando en el Jardín Botánico de Caguas,
que se sintió feo, bruto, apestoso, marginado, rechazado e incompetente. Hubo
momentos en que uno se siente incapaz de superarse, confesó con candidez.
A medida
que nos profundizamos en la lectura de su libro, nos damos cuenta que el mero
ejercicio de haber creado un texto como este ha sido uno de los mejores pasos
que ha tomado el autor para sanar. De hecho, en una de las partes él nos dice: “la
salvación de mi condición de racismo internalizado se produjo como resultado de
haber decidido explorar mi vida intensamente desde el año 1985 hasta el 1988,
justo después de mi segundo divorcio. Me entregué de forma intensa a un proceso
terapéutico a través de técnicas como la introspección, la reflexión, la
consejería espiritual, los talleres de transformación personal, la oración, las
lecturas bíblicas, el estudio y la aplicación de la metafísica.”
Durante su compartir en el evento, Benito indicó que de chico unos muchachitos blancos del barrio, de su misma edad, le cantaba lo siguiente: “negrito carabalí, tú comes mierda y yo maní”. Masso también nos contó que tenía nueve años cuando sucedió esto y que este fue el inicio que marcó una serie consistente de acciones racistas en su contra. También nos compartió que cuando se mudó a los Estados Unidos, cerca del lugar donde estudiaba intentó ir infructuosamente a varias barberías. En ellas los barberos le indicaban que no sabían manejar su pelo malo.
Las expresiones
y valentía de Benito Masso lograron aplausos y vítores del público.
Por su
parte, Gloriann Sacha Antonetty es la menor de los tres autores. Fue criada en
Carolina. Es comunicadora y actualmente trabaja como directora de
comunicaciones. También es profesora de la Universidad del Sagrado Corazón.
Formó parte de un colectivo que al cabo del tiempo publicó una antología. En
esa antología se incluye por primera vez el cuento “Loca de amor por el ahogado”
que es un homenaje al cuento “El ahogado más hermoso del mundo” de Gabriel
García Márquez. El texto comienza con una muchacha cuyo nombre es Blanca. Desde
el mismo inicio, con el nombre y los significados meta literarios y meta
cognitivos que se desprenden de él, se nos muestra que hay un elemento racial
que se va a desarrollar a través de la historia. En efecto, la autora hace
referencia a los dioses yorubas, Yemayá, a los juegos de caracoles, y a los
rituales de baño de cadáveres una vez encontrados a orillas de alguna playa. Es
un texto que le ha merecido muchos reconocimientos y que de hecho está incluido
en la antología puertorriqueña Palenque de temática negrista, antirracista
africanista y afro descendiente.