domingo, febrero 07, 2010

Chárriez y sus 'raros'



Max Chárriez no tenía modo de saber que uno de mis cuentos favoritos, por la complejidad y profundidad del estudio del ser, de la syque del humano diferenciado, de la multidimensión de la personalidad, el carácter y las diferentes capas en respuesta del mundo, y porque a la vez cumplía con una límpida e impecable narración, era, precisamente, ‘La noche de los feos’, de Mario Benedetti. Cuando Chárriez incluyó en su libro de cuentos ‘Delirios de pasión y muerte’ (Editorial Aventis) un homenaje a Benedetti y a sus feos, no tenía manera de saber que yo iba a derretirme.

Lo bueno es que la versión homenaje de Max trae el tema hacia el foco de las nuevas subjetividades en sexualidades literarias. La otredad asumida es refrescante y necesaria. El cuento de Max se llama ‘La noche de los raros’ y detalla el encuentro, primero cibernético, luego en piel y cuerpo, de dos personajes queers que se van a consolar el uno en el otro, así como los feos del Mario.

Cuando se hace este tipo de cosas se corre el riesgo de quedar uno por debajo del texto al cual está tratando de agasajar. Lo sé por experiencia. En una ocasión quise incluir en un libro mío, un cuento homenaje a García Márquez y el tiro no me salió por donde debía. El saldo fue el retiro del abochornado bosquejo de la colección y una respetuosa reprimenda de la editora que corregía. Tal cual. Los escritores tenemos que aceptar las cosas como son en ámbito de edición y no irnos con paños tibios, que los falsos entrampamientos del ego todo lo que hacen es atrasar nuestro derrotero escribano.

Por el contrario, el cuento de Chárriez sí es muy bueno y si está a la altura del de Benedetti y a la altura de su delirante y apasionado libro. De hecho, es mi cuento favorito. Ése y el cuento de la mujer que le pasa por encima, con su vehículo, a una ex pareja, y da reversa para asegurar que el ‘hijoeputa’ ha de estar bien muertecito. Se titula ‘María(ticidia). El otro que me encantó es el titulado ‘Almas gemelas’, y aunque destila ternura, una historia conmovedora, memorable, y pudiera hasta ser considerado por muchos como el mejor cuento de la colección, es el más descuidado, ya que le conté (cálculo inconsciente que hacemos algunos cuando leemos) cinco erratas, ortográficas, gramáticas o de dedo, como se les quiera llamar. Varios otros cuentos que incluye Chárriez ya los conocía, pues vengo enterándome de su trayectoria desde que ganara algunos premios de certámenes literarios del país. También hemos coincidido en las lecturas que de ellos ha hecho en algunos eventos del Colectivo Homoerótica. Por eso me fueron familiares ‘Conspiración’, ‘Un cruce en el camino’, ‘Alma en vuelo’ y ‘Luxuria’.

Tomás Eloy, escritor argentino que recientemente ha dejado este plano, decía que si sólo pudiéramos vernos dentro de la historia, sentiríamos terror. Para superarlo, el escritor, dice él, no niega la historia, sino que la resucita, la transforma, la reinventa para hacerla no sólo visible, sino comprensible. Esto hace Max Chárriez y yo enmudezco confiada porque sé que en el fondo, no nos abandona la esperanza.

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Acerca de mí

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Yolanda Arroyo Pizarro (Guaynabo, 1970). Es novelista, cuentista y ensayista puertorriqueña. Fue elegida una de las escritoras latinoamericanas más importantes menores de 39 años del Bogotá39 convocado por la UNESCO, el Hay Festival y la Secretaría de Cultura de Bogotá por motivo de celebrar a Bogotá como Capital Mundial del libro 2007. Acaba de recibir Residency Grant Award 2011 del National Hispanic Cultural Center en Nuevo México. Es autora de los libros de cuentos, ‘Avalancha’ (2011), ‘Historias para morderte los labios’ (Finalista PEN Club 2010), y ‘Ojos de Luna’ (Segundo Premio Nacional 2008, Instituto de Literatura Puertorriqueña; Libro del Año 2007 Periódico El Nuevo Día), además de los libros de poesía ‘Medialengua’ (2010) y Perseidas (2011). Ha publicado las novelas ‘Los documentados’ (Finalista Premio PEN Club 2006) y Caparazones (2010, publicada en Puerto Rico y España).

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