Todos los datos que se refieren a Muñoz Marín, a Luis A. Ferré y a Albizu Campos, entre otros constructores de nuestra huella dactilar borinqueña, fueron muy iluminadores. También aquellas curiosidades que concernían a la Masacre de Ponce, al bombardeo de Utuado, al grito de Lares y demás. Algo que llamó grandemente mi atención fue el asunto de las mujeres. A pesar de que el libro dice homenajear con su dedicatoria a “todas las mujeres que acompañaron a Pedro Albizu Campos hasta el final”, estas rebeldes protagonistas brillan por su ausencia. A excepción de uno que otro detalle minúsculo y una explicación somera sobre Ruby Black, Lolita Lebrón y Rosa Collazo pareciera que no existían mujeres de puñal en pecho y dispuestas a dar, ellas también, la vida por el amor a la patria y el deseo de libertad. Lo consideré algo muy contradictorio.
Otro asunto que llamó fuertemente mi atención fue el discurso que, poco antes de ser ingresado a la cárcel, esgrimiera Albizu Campos atacando la política yanqui y su infiltración en la universidad del estado. Afirmó que: “el propósito de la escuela norteamericana en Puerto Rico es crear traidores, cobardes y afeminados para servir al Imperio”. Y hace un llamado a ser “patriotas, valientes y viriles” (página 54).
El planteamiento discursivo homofóbico es obvio, además de misógino, como si, en primera instancia, no estuviera Albizu Campos de acuerdo en el homenaje-dedicatoria que hacen a las “mujeres” que lo acompañaron (clara contraposición al autor de ‘Desde Lares’), a menos que estuviera incluyendo únicamente a las mujeres viriles (pudiera ser el caso), o como si para ser un hombre valiente y patriota hubiese que eliminar el elemento afeminado/ no-viril. Habrá que indagar más sobre estas expresiones que ha dejado el insigne para la posteridad, en especial debido a la gran cantidad de patriotas valientes LGTBQ que siguen sus ideologías.
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