La primera: porque regresé. Abrí los ojos de nuevo. No me quedé vagando en el otro plano luego de la anestesia general de hace dos semanas. Tampoco sucumbí a la falta de oxigenación, ni al dolor bronquial o a la agonía pulmonar que casi se deshace de mí el pasado agosto. Entonces, por eso me marco.
Otra: por mi libro Ojos de luna, por Colombia, por las reconciliaciones y los nuevos hallazgos que han delimitado mi espíritu.
Otra: por Jack y su propia marca. Su hermosa marca marcada en el mismo brazo de mi nueva marca.
Otra: por Aurora y su casi decenio. Por la luna. Por octubre. Por los eclipses perdurables y el color rojo fuego. Por los estrenados collares del décimo mes.
Otra: por el hombre de hoyuelos en las mejillas y el lunar de la boca.
Otra: por las mujeres “crudas” y las “pecosas”.
Otra: por Terranova. Elidio, “tú eres mío”. Ana Ive, “tú eres mía”. Grito como en un concierto de Ricky Martin. Que vivan las editoriales de calidad, que viva el trabajo arduo, las premiaciones a la grandeza humana y los festejos a la eficacia en el laburo… y que vivan los símbolos chamanísticos en los logos. (En high school decíamos: “Al que no le guste, jiqui, jiqui, jiqui. Y al que no: fuego por ése culo.”)
La última: porque esto no se acabe, porque tú te repitas y porque yo te encuentre.
1 comentario:
No importan las razones, a fin de cuenta son excusas, unas baratas otras no tantas. Lo que represente para tí, no importa lo que los demás vean dibujado sobre tu piel, es y será una razón más por la que tantas personas te queremos y admiramos. No por lo que eres, si no por lo qus somos cuando estamos contigo. Y, aunque no dejas de sorprenderme, estoy muy orgullosa de tu valentía.
La mujer cruda y tatuada.
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