Relatado por el propio Ric O'Barry, entrenador de los delfines de la serie Flipper, que ahora se ha convertido en solidario activista desde el suicidio de una de las delfines que él mismo entrenaba, la cinta mueve la sensibilidad del más férreo.
Boreales se declara en contra de esta masacre anual de delfines, al igual que se opone a la frívola matanza de tortugas en el Caribe cada año. Invitamos a los lectores a que se informen sobre el asunto y a que realicen contribuciones y donaciones que apoyen la lucha.
Aquí más info:
The Cove en Wikipedia
The Cove es un documental estadounidense de 2009, que describe la matanza anual de delfines en un Parque Nacional de Taiji, Wakayama, en Japón, desde el punto de vista de activistas anti-caza de delfines.[1] [2] La película resalta que la cantidad de delfines matados en la cacería de delfines en Taiji, es varias veces mayor que el número de ballenas cazadas en la Antártica y reporta que 23.000 delfines y marsopas son matados en Japón cada año en la industria ballenera nacional. Los delfines migratorios son arreados hacia una ensenada escondida, donde son atrapados con redes y asesinados por medio de lanzas y cuchillos junto a pequeños barcos pesqueros.
La película reseña el viaje del ex entrenador de delfines Ric O'Barry para documentar las operaciones de cacería de delfines en Taiji, Wakayama, Japón. En los 1960s, O'Barry ayudó a capturar y entrenar 5 delfines silvestres, que compartieron el papel de Flipper en la exitosa serie de televisión del mismo nombre. El show, un fenómeno de la cultura pop, generó una amplia adoración pública por los delfines, influyendo en el desarrollo de parques marinos que incluían delfines en sus atracciones. Luego que uno de los delfines, en opinión de O'Barry, cometiera una especie de suicidio en sus brazos al cerrar voluntariamente su orificio respiratorio para sofocarse, O'Barry comenzó a ver el cautiverio de delfines como una maldición, no una bendición. Días después, fue arrestado a las afueras de la isla Bimini, intentando hacer un hoyo en un redil marino para liberar a un delfín capturado.[8] Desde entonces, de acuerdo al filme, O'Barry se ha dedicado tiempo completo a abogar por los delfines en todo el mundo.
Luego de reunirse con O'Barry, Psihoyos y su equipo viajaron al pequeño pueblo de Taiji, un poblado que parece ser devoto a la maravilla de los delfines y ballenas que nadan junto a las costas del lugar. Sin embargo, en una ensenada cercana y aislada, rodeada de alambrados y avisos de "No Pase", toma lugar una actividad que la gente del lugar intenta esconder del público. En la ensenada, un grupo de pescadores de Taiji se embarcan en una cacería de delfines.
El filme establece que la cacería de delfines es, en gran parte, motivada por los enormes ingresos generados al pueblo por la venta de algunos delfines capturados a acuarios y parques marinos. Los delfines que no son vendidos al cautiverio son masacrados en la ensenada por los pescadores y la carne es vendida a los supermercados. De acuerdo a evidencias anecdóticas presentadas en la película, la mayoría de los japoneses no están al tanto de la cacería o del mercadeo de carne de delfín. La película afirma que la carne de delfín peligrosamente contiene altos niveles de mercurio y señala a los políticos locales que han legislado, por esa razón, por la eliminación de la carne de delfín de los menús escolares locales.
Más en: http://es.wikipedia.org/wiki/The_Cove
The Cove en Elmundo.es
Resulta que el delfín es el único animal, aparte del hombre, capaz de suicidarse, pues pueden dejar de respirar voluntariamente. Fue entonces cuando O'Barry se dio cuenta de que estos mamíferos no pueden vivir en cautividad y se arrepintió de todo lo que había hecho hasta el momento. "Los delfines viven muy deprimidos en esas piscinas de cemento, la famosa 'sonrisa de delfín' (la mueca eterna de estos mamíferos) es una gran hipocresía macabra" señala este activista, que desde hace 35 años lucha por destruir la industria que él mismo creó.
Estreno prohibido en Japón
Louie Psihoyos es el realizador de este espeluznante documental. Este director de fotografía de National Geographic decidió viajar junto a Ric a Japón para grabar la masacre. Con un equipo semimilitar de cámaras camufladas, llegaron a Taji, donde fueron muy mal recibidos. "Pasamos mucho miedo durante la filmación, nos vigilaban constantemente y ahora mismo temo por mi vida, pero no me rendiré", dice O'Barry, que amenazado por la Yakuza (mafia japonesa), viaja a Japón siempre con guardaespaldas y chaleco antibalas.
Más en: http://www.elmundo.es/elmundo/2010/06/10/cultura/1276195288.html
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