Javier Abad Molina en su escrito "Imagen-palabra: texto visual o imagen textual” asegura, y me convence, de que vivimos inmersos en una continua narración de imágenes portadoras de mensajes. Estos mensajes, a su vez, permiten un acceso a una cultura visual muy rica. Abad Molina luego hace referencia a lo que él llama el Homo Videns contemporáneo que “se entiende y entiende este mundo eminentemente visual de manera más intuitiva, veloz, universal y multimedia”.
No puedo evitar pensar-pensarme desde la obra poética
de Nemir Matos y hacer correlaciones que me llevan a sentirme Homo Videns luego de leerla y retozarme
en sus ideas. No puedo evitar ver-leer a la poeta y sentir que ella posa sobre
mis ojos unos binoculares mágicos que dan paso a leerla-leerme/
entenderla-entenderme.
Nemir Matos, en su nueva propuesta ‘El arte de
morir y la pequeña muerte’, me hace “leer la vida” para narrar y narrarnos,
enriqueciendo ese imaginario personal por el que nos dirige desde ‘Las mujeres
no hablan así’, libro que publicara en 2010. En este texto recién estrenado nos
deja ver un nuevo ciclo y el cierre necesario de otro. Siento a Matos en estas páginas
más sosegada, más enamorada de la existencia, menos calamitosa en el dolor del
destierro, aunque siempre con su vena denunciadora de verdades incómodas.
‘El arte de morir y la pequeña muerte’ es un sustrato
simbólico del devenir, un fundamento para encarar los nuevos conocimientos, la
nueva alborada. Como ya ha dicho Joan Brossa, “el idioma de la poesía visual es
como el esperanto. El lenguaje literario ya no es el único vehículo apto para
incluir las formas poéticas.” Sabemos que las imágenes permiten seleccionar qué
y cómo queremos que la mirada entienda una situación; sabemos además que los
grandes exponentes de arte hacen uso de esa realidad aumentada para desbordarnos
en placeres que nos deslumbren. Nemir se dedica a ese canto, a dejarnos
escuchar sus tonadas, pinceladas en versos. Matos hace uso capital de esa propiedad
y se hibrida con Yolanda Fundora para acercarnos el elixir de una poesía en
pixeles y letras fuentes altamente deseables. Odas a esta nueva criatura.
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